Del fasto al palo

A estos chicos del PP no les quedan m¨¢s dedos para taponar tantas v¨ªas de agua, cuando el inquilino del Palau, que ya escora lo suyo, se dispone a afrontar los inminentes embates electorales. En cosa de dos semanas, moci¨®n de censura, con huida hacia ninguna parte, nervios, razones que son sinrazones, y nuevo golpe en los nudillos, porque a la UE le parece un disparate el urbanismo valenciano. Bruselas le ha ense?ado los colmillos, por segunda vez, a esa LUV que no va m¨¢s all¨¢ de miniar la afortunadamente desguazada LRAU. A Bruselas no le han podido dar gato por liebre, como tampoco se lo han dado a la mayor¨ªa de los paisanos. Joan Antoni Oltra, portavoz adjunto de Esquerra Unida-L'Entesa, en las Cortes, ha calificado de bodrio una legislaci¨®n "que permite barbaridades y, cuando no, se hace la vista gorda". Joan Antoni Oltra no solamente ha estado certero en sus apreciaciones, sino comedido, por cuanto conoce que adem¨¢s de la vista gorda, presumiblemente tambi¨¦n se hace la cuenta gorda. O las cuentas gordas. Nuestro pa¨ªs -y no solo el nuestro- era un hermoso territorio, donde entr¨® a saco y sin contemplaciones, una pol¨ªtica depredadora, especulativa y mezquina, que lo ha convertido en intransitable postal de estelas mortuorias: bajo este PAI yace un bosque. A muchos cargos p¨²blicos, la curia romana los ha desalojado del limbo, tras su voladura controlada, y los ha privado de refugio y excusas: ahora deben ocupar el puesto, con todas las responsabilidades inherentes, donde los coloc¨® las urnas. Ahora deben mojarse y rendir cuentas, unos y otros: o se dan al saqueo y al destrozo del medio ambiente, o aceptan las directrices urban¨ªsticas comunitarias, enmiendan la turbiedad legislativa y denuncian los abusos perpetrados a su amparo, o que vayan preparando las maletas, sin olvidarse de los restos de dignidad y principios que presuntamente a¨²n los informa, aunque tambi¨¦n los hay, y no parecen pocos, a quienes solo los informa el talonario. Bruselas, con probabilidad, y el pueblo, con seguridad, no paga tramposos. A todo esto, el Consell se ha revuelto, supuestamente sorprendido en sus estratagemas, y le ha plantado cara, no tan solo con arrogancia, sino quiz¨¢ con una sensaci¨®n de inconfesable incompetencia y enmascarada debilidad, a la Comisi¨®n Europea sobre la LUV, que le ha dado un tir¨®n de orejas tan clamoroso como justificado, El Consell, una vez cogido en el cepo del ultim¨¢tum, ha hecho lo que mejor sabe hacer: lanzar amenazas de arbitrariedad contra Bruselas y, por supuesto, contra el gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, a quien ya debe su propia existencia y su escasa consistencia.

Contra Bruselas, donde ese mismo Consell tan ?austero? celebr¨® recientemente, con gran boato, el 9 d'Octubre, y donde invit¨® a 300 personas, con el dinero de los contribuyentes valencianos. Les pagamos el salario y hasta los caprichos de sus amigos. No se extra?en si cualquier d¨ªa de estos reciben alguna facturita de Bruselas. La tienen ya de cemento, como debe ser.