El Madrid pasa de todo
El Getafe derrota, saca los colores y perdona la goleada a un rival incapaz de lanzar a puerta una sola vez
Pidi¨® Capello al comenzar la Liga 50 d¨ªas de margen, de tregua. Se dirigi¨® a los medios, al p¨²blico, se supone. Que se guarden las cr¨ªticas durante ese periodo de tiempo, implor¨® el italiano. Cincuenta d¨ªas, ni uno m¨¢s, han transcurrido desde entonces (y muchos m¨¢s de 50 bostezos) y Capello no ha logrado construir un equipo de f¨²tbol que merezca ese nombre. Lo que s¨ª ha logrado construir es una aut¨¦ntica pesadez de equipo. Pas¨® el Madrid por Getafe y se gan¨® la derrota con todas las de la ley. No hizo nada para ganar un partido que se llev¨® el Getafe de calle. El cuadro de Schuster, sin embargo, mereci¨® mayor recompensa: la goleada, por ejemplo.
Las bajas obligaron a Capello a modificar la retaguardia del Madrid. Ech¨® mano el italiano de Helguera, un mal defensa, se supone, proscrito como le ten¨ªa el t¨¦cnico. Y Helguera fue el mejor. Lesionado y todo. Nunca perdi¨® el sitio, lleg¨® al quite con rapidez, sac¨® la pelota con criterio, lo que pone en solfa el castigo sufrido en los ¨²ltimos meses.
GETAFE 1 - REAL MADRID 0
Getafe: Abbondanzieri; Cort¨¦s, Belenguer, Alexis, Paredes; Celestini, Casquero; Cotelo (Pulido, m. 85), Del Moral (Alberto, m. 70), Redondo (Licht, m. 76); y Pach¨®n. No utilizados: Luis Garc¨ªa; Pulido, Licht, Paunovic, Alberto, Nacho y Contra.
Real Madrid: Casillas; Mej¨ªa, Helguera, Ra¨²l Bravo, Roberto Carlos; Diarra (Ra¨²l, m. 46), Emerson; Beckham (Robinho, m. 67), Cassano (Ronaldo, m. 46), Guti; y Van Nistelrooy. No utilizados: Diego L¨®pez; Pav¨®n, Cannavaro, Robinho y Valero.
Gol: 1-0. M. 60. C¨®rner que saca desde la derecha Redondo y Alexis se adelanta a Ra¨²l Bravo.
?rbitro: G. V¨¢zquez. Amonest¨® a Diarra, Cotelo y Robinho. Expuls¨® a Ronaldo (m. 90), por doble amarilla.
Unos 15.000 espectadores en el Coliseum Alfonso P¨¦rez de Getafe.
En toda la primera parte el Madrid s¨®lo pis¨® tres veces el ¨¢rea rival. Todo su peligro empez¨® y termin¨® en un par de tiritos que se marcharon fuera, remitidos por Roberto Carlos. Entre que Guti no ve¨ªa la pelota y que otros no quer¨ªan verla, al¨¦rgicos como parecen a ella, el Madrid no fue capaz de emitir una sola se?al positiva. Ni un regate digno de menci¨®n, ni una combinaci¨®n, ni un pase, ni un contragolpe. Nada de nada. El equipo era una filfa, una miseria, y s¨®lo la falta de pegada del Getafe (y dos apariciones salvadoras de Helguera) imped¨ªa que a los de Schuster les sonriera el marcador. Como merec¨ªan.
Por no hacer mudanza de la costumbre, Capello volvi¨® a apostar por Emerson y Diarra, los m¨¢s excelsos representantes de su guardia pretoriana. No quiso oir a quienes la ped¨ªan que arriesgara, que juntara a Ronaldo y a Van Nistelrooy. Ayer lo hizo cuando no le qued¨® otra, cuando el Getafe le estaba haciendo un nudo a su equipo.
Se ha quedado el conjunto de Schuster sin Gavil¨¢n, sin Riki, sin un pu?ado de jugadores importantes. Y el equipo sigue gustando, y gust¨¢ndose. Le falta gol, desde luego, que si lo llega a tener ayer desintegra a la peque?ez de rival que tuvo enfrente. El Getafe se hizo con el bal¨®n desde el primer minuto y no lo solt¨®. Es algo habitual desde que Capello est¨¢ al frente del Madrid. Le debe gustar que sea el rival el que marque el ritmo del juego. El Madrid espera y espera, a ese ritmo trot¨®n que le dan sus dos medios centro, Emerson y Diarra, que en Getafe no hicieron m¨¢s de lo que acostumbran. Nada.
Pero tan descarada era la impotencia del Madrid, que Capello opt¨® por rectificar. Sac¨® a Ra¨²l del banquillo, donde le coloc¨® precisamente ahora que parece haber recuperado el gol, y a Ronaldo, que acab¨® expulsado por decirle alguna bravata al ¨¢rbitro. Mand¨® a la ducha al sopor¨ªfero Diarra, que adem¨¢s hab¨ªa visto la amarilla por atropellar a un rival, y a un Cassano a quien se le ha puesto una cara, y un f¨²tbol, de alma en pena. Durante unos momentos dio la impresi¨®n de que el Madrid se iba a hacer con el bal¨®n. Guti retras¨® su posici¨®n y dirigi¨® un par de combinaciones con criterio. Pero ni as¨ª se vino el equipo arriba. Lleg¨® el gol de Alexis en un c¨®rner que el Madrid defendi¨® como en los viejos tiempos. De pena.
Para mayor desgracia, se lesion¨® Helguera y Capello tuvo que volver a rehacer su maqueta, retrasando a Emerson a la defensa. El Getafe se encontr¨® acunado entre los ol¨¦s de su p¨²blico. Acumul¨® unas cuantas ocasiones que debieron convertir el envite en una goleada sonrojante para el peor Madrid de la temporada, que ya es decir. Un Madrid incapaz de disparar a porter¨ªa en 90 minutos, incapaz de crear peligro, incapaz de amagar siquiera con ello. Un Madrid capaz, muy capaz de dimitir. Y capaz de hacerlo sin sonrojarse, a una semana vista de que el Bar?a le visite en Chamart¨ªn.
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