Echarle el ojo al p¨¢jaro
En Espa?a recalan m¨¢s de 500 especies durante el a?o, pero el oto?o es la ¨¦poca id¨®nea para la observaci¨®n de las aves. Se trata de especies acu¨¢ticas y marinas en su mayor¨ªa, lo que facilita a¨²n m¨¢s su identificaci¨®n. Una afici¨®n gratificante y, a la vez, valiosa para el medio ambiente
"Un buen aficionado a la ornitolog¨ªa puede convertirse en el mejor embajador para la conservaci¨®n de la aves y su entorno", advierten en la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO/BirdLife), pionera en la conservaci¨®n de las aves. S¨®lo por este car¨¢cter ben¨¦fico ya merece la pena dar el paso. Pero son muchas m¨¢s las ventajas que aguardan, entre ellas las de disfrutar m¨¢s de los paseos por la naturaleza gracias a la identificaci¨®n de la fauna m¨¢s visible.
El oto?o es una ¨¦poca id¨®nea para ensanchar conocimientos, ya que recalan en nuestro pa¨ªs miles de individuos de especies del norte de Europa. Por otro lado, la mayor¨ªa son aves acu¨¢ticas y marinas (patos, ¨¢nades, ¨¢nsares, porrones, gaviotas, cormoranes?) que facilitan a¨²n m¨¢s su observaci¨®n por la tendencia a nadar y posarse durante largo tiempo en humedales costeros e interiores. Un simple vistazo desde la orilla de lagos, lagunas, embalses, salinas, marismas, deltas o albuferas permitir¨¢ alargar la n¨®mina de especies vistas e identificadas.
La disposici¨®n de las aves a dejarse observar es algo elemental para no sentirse frustrado ante cualquier excursi¨®n ornitol¨®gica. Hay que recordar que no se est¨¢ en un zoo o un recinto cerrado en el que las aves se exhiben ante los visitantes. En este caso se visita su entorno natural y m¨¢s bien huyen ante la presencia humana, por lo que habr¨¢ que atender a varias recomendaciones para no contar los paseos por fracasos.
Lo primero es acertar con la zona elegida, y para eso existe numerosa y variada informaci¨®n (Internet, gu¨ªas, libros, asociaciones de defensa de las aves?) que describen qu¨¦ especies y en qu¨¦ lugar y momento se pueden avistar, y hasta la posibilidad de apuntarse a cursos de identificaci¨®n mediante la observaci¨®n y el canto. Una buena gu¨ªa de campo de aves debe ser elemento indispensable durante la ruta para solucionar al instante cualquier duda sobre la forma, el plumaje, el comportamiento o la ubicaci¨®n de una especie. Ni el calor ni el fr¨ªo excesivo son buenos aliados para este tipo de excursiones, as¨ª como la niebla, el viento y la lluvia. Las primeras horas del d¨ªa y las ¨²ltimas de la tarde aseguran un mayor ¨¦xito en la observaci¨®n e identificaci¨®n, y una indumentaria y un comportamiento lo m¨¢s cr¨ªptico posible, sin mucho colorido ni estridencias, ayudan a que la avifauna se muestre m¨¢s confiada.
Otro objeto que no debe faltar son los prism¨¢ticos. Tenerlos a mano garantizar¨¢ que se pueda acercar la imagen de la silueta lejana del ¨¢guila imperial y el buitre leonado en vuelo, la de los patos cuchara y los flamencos en el centro de la laguna, la de las garzas reales y el mirlo acu¨¢tico en el lecho de un r¨ªo o la del halc¨®n peregrino y las chovas piquirrojas en el cortado rocoso. Es recomendable fijar primero la vista en el ave y luego enfocar con los prism¨¢ticos.
Millones de personas s¨®lo en el Reino Unido disfrutan cada d¨ªa colg¨¢ndose unos prism¨¢ticos y saliendo al campo a ver e identificar aves. Espa?a cuenta con un n¨²mero y variedad de especies mucho mayor que el de cualquiera de los pa¨ªses del norte europeo, pero una afici¨®n infinitamente menor. Es el momento de converger con Europa tambi¨¦n en este aspecto.
Nos lo ponen f¨¢cil. Algunas aves comunes y f¨¢cilmente reconocibles.
Mirlo com¨²n. Negro y con el pico amarillo. Se mueve nervioso entre setos y ¨¢rboles, preferiblemente cerca del agua. Su combinaci¨®n de trinos melodiosos y escandalosos (de alarma) se oye en parques y jardines.
Petirrojo. Cara y pecho rojo anaranjado. Suele mostrarse confiado y tiene un canto de reclamo f¨¢cil de reconocer, con un continuo tec-tec-tec. Le gustan los sotos y bosques cercanos a r¨ªos. Tambi¨¦n frecuenta zonas verdes en las ciudades.
Paloma torcaz. Pariente salvaje de la dom¨¦stica. Se identifica por las marcas blancas de cuello y alas. Encuentra su mejor ambiente en las masas densas de ¨¢rboles, sin desde?ar los peque?os bosquetes de parques y jardines urbanos.
Buitre leonado. El buitre m¨¢s numeroso y el que m¨¢s se muestra en la Pen¨ªnsula. Se le suele ver en grupos, planeando a gran altura en busca de carro?a y mostrando sus alas largas y anchas, m¨¢s oscuras hacia el extremo. La media monta?a y los cortados rocosos son sus h¨¢bitats preferidos.
Busardo ratonero. Rapaz que acompa?a muchos viajes por carretera por su tendencia a posarse en los postes de tel¨¦fono, a la espera de recoger animales atropellados o cazar ratones despistados. M¨¢s habitual en ¨¢reas abiertas, dehesas y campi?as arboladas.
?nade azul¨®n. Rara es la charca, laguna o embalse que no frecuenta, incluso en zonas urbanas. Cabeza verde irisada, estrecho collar blanco, pecho marr¨®n y cuerpo gris¨¢ceo. Es normal verle acompa?ado de la hembra, de tonos pardos y menos vistosos.
Focha com¨²n. Otro morador habitual de zonas h¨²medas costeras y de interior (tambi¨¦n en algunos parques) que incrementa por miles sus efectivos en invierno. Identificable por el contraste de su cuerpo negro, con pico y frente blancas, y por un ruidoso trompeteo.
Gaviota reidora. Com¨²n y numerosa en invierno, tanto en la costa como en embalses del interior e incluso en Madrid. Reconocible por sus manchas negras en la cabeza y el pico fino y rojo terminado en negro.
?D¨®nde est¨¢n?
Parques y jardines. Cualquiera de una gran o peque?a ciudad. Casa de Campo y el Retiro, en Madrid; monta?a de Montju?c y La Ciutadella, en Barcelona; Mar¨ªa Luisa, en Sevilla; San Francisco, en Oviedo, y los jardines de Aranjuez.
Humedales y r¨ªos. Marismas del Guadalquivir-Do?ana (Huelva-Sevilla-C¨¢diz), albuferas de Valencia y Mallorca, delta del Ebro, lagunas de La Mancha (Ciudad Real-Toledo-Cuenca), humedales de Alicante (Santa Pola, El Hondo, Torrevieja), r¨ªa de Guernica (Vizcaya), marismas de Santo?a (Cantabria), r¨ªa de Ortigueira (A Coru?a), parque regional del Sureste (Madrid), Arribes del Duero (Zamora-Salamanca) y hoz del Durat¨®n (Segovia).
Bosques y monta?as. Sierra de Gredos (?vila), Picos de Europa (Asturias-Cantabria-Le¨®n), sierra de Guadarrama (Madrid-Segovia), sierra de Guara y Ordesa (Huesca), Aig¨¹estortes (Lleida), Monfrag¨¹e (C¨¢ceres) y sierra de Cazorla (Ja¨¦n).
Estepas y campi?as. Bardenas Reales (Navarra-Zaragoza), Monegros (Huesca-Zaragoza), Belchite (Zaragoza), Serena (Badajoz) y Llanos de C¨¢ceres.
Canarias. Es el para¨ªso de las aves end¨¦micas (exclusivas del archipi¨¦lago). Especialmente recomendables: caldera de Taburiente (La Palma), bosque de laurisilva de Garajonay (La Gomera) y Fuerteventura y Lanzarote.
El equipo
Prism¨¢ticos. Deben ser la prolongaci¨®n de los ojos en los paseos ornitol¨®gicos. Es importante buscar asesoramiento en tiendas especializadas (de ¨®ptica y fotograf¨ªa). Unas medidas de 8 aumentos por 30 mm de di¨¢metro o de 10 ¡Á 40 son las id¨®neas.
Gu¨ªa de aves. Una recomendaci¨®n esencial: mejor que contengan ilustraciones de aves y no fotograf¨ªas, y al lado, mapas con el ¨¢rea de distribuci¨®n en diferentes ¨¦pocas del a?o. Los dibujos marcan y definen mejor los detalles que diferencian a unas especies de otras. Algunas obras: Aves de Espa?a, de Eduardo de Juana y Juan M. Varela (Lynx Edicions) y D¨®nde ver aves en Espa?a, de Jos¨¦ Antonio Montero (Lynx Edicions y SEO/
Birdlife).
Cuaderno de campo. Para anotar observaciones y curiosidades y recordar detalles del ave (lugar, forma, colores?) que no se pueden cotejar al momento con una gu¨ªa.
Telescopio terrestre. Para los que pasen la primera etapa de la afici¨®n. Permite localizar y observar aves situadas a gran distancia.
Fotograf¨ªa. Un buen complemento de la observaci¨®n. En la actualidad existe la posibilidad de acoplar c¨¢maras digitales (no vale cualquiera) a los telescopios, consiguiendo primeros planos de calidad de aves que est¨¢n a decenas de metros. Esta t¨¦cnica se llama digiscoping (www.fotodigiscoping.info).
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