La banda sonora de la inmigraci¨®n
Cantantes consagrados en sus pa¨ªses y j¨®venes promesas del espect¨¢culo triunfan en Madrid, gracias a un circuito musical que convoca a medio mill¨®n de extranjeros de la ciudad
En las paredes forradas de carteles de George Michael, El Canto del Loco o Pearl Jam, brillan las otras estrellas. Nombres como Claudio Vallejo (El Sentimental de Am¨¦rica), Fernando Zumba (El Insuperable), Los Kjarkas o Los Gigantes del Vallenato se leen en anuncios contundentes: Rumba latina, Los duros de la salsa, Revent¨®n ecuatoriano. Aqu¨ª sus rostros no dicen mucho, pero para muchos inmigrantes son como si fueran de la familia. "En los conciertos se te pone la piel de gallina. El p¨²blico se emociona y hasta se pone a llorar. Su ¨ªdolo les recuerda a su tierra", se?ala el peruano Andr¨¦s Barsola, de 42 a?os, manager de algunas de las estrellas que visitan Madrid. En un aut¨¦ntico circuito musical para los "nuevos madrile?os" (sobre todo latinoamericanos), que, como su n¨²mero en la capital -528.000 empadronados-, va en aumento.
"Estos artistas han renacido con la inmigraci¨®n. En sus pa¨ªses act¨²an en bodas o fiestas privadas, y las comunidades en el extranjero les han permitido resucitar, salir de gira", explican desde la productora Partenope
"El p¨²blico no los dejaba bajar del escenario. Les tiraban de los ponchos y lloraban como si sufrieran. Yo pensaba en lo lejos que estaban de sus seres queridos y tambi¨¦n me puse a llorar", dice el 'manager' Andr¨¦s Barsola
"Me siento como el pariente que viene de lejos y trae noticias. La gente te saluda y te abraza como si te conocieran de toda la vida". El comediante colombiano Andr¨¦s L¨®pez, de 35 a?os, acaba de presentar en Madrid su espect¨¢culo Pelota de letras. Es un ¨ªdolo en la comunidad latina. "Les hablo de los problemas de la familia hispana y me entienden", cuenta. Antes del pelotazo, el humorista vivi¨® en Canad¨¢ como estudiante. Muchas veces pens¨® en quedarse, pero regres¨®. Ahora, convertido en una estrella, viaja por all¨ª de vez en cuando.
Andr¨¦s pertenece a las nuevas generaciones de artistas, aunque tambi¨¦n hay cl¨¢sicos y folcl¨®ricos equivalentes a Raphael o Isabel Pantoja. Algunos viven de su profesi¨®n en su pa¨ªs de origen, otros han tenido que marcharse como muchos de sus fans, y hay quienes han resucitado. "Los artistas locales han renacido con la inmigraci¨®n. En sus pa¨ªses act¨²an en bodas o fiestas privadas y las comunidades emigradas al extranjero les han permitido resucitar, salir de gira", explica el zaragozano Sa¨²l Presa, de 44 a?os, director de Partenope, una productora pionera en Espa?a en traer artistas de distintos rincones del mundo.
Su presencia aumenta en la ciudad. Cada dos o tres semanas se anuncian en salas y discotecas como Caracol, Clamores, Juanchito, Latin Brothers y Coyote Palace; el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid los incluyen en sus presupuestos, y hasta los festivales de verano les hacen hueco. La mayor¨ªa son estrellas latinas, aunque tambi¨¦n hay rumanas, marroqu¨ªes y del resto de ?frica. En los efervescentes eventos, los espa?oles son minor¨ªa: all¨ª se convierten en extranjeros. Y es que durante el espect¨¢culo el recinto se transforma en otro pa¨ªs: hay banderas, platos t¨ªpicos, familias enteras y regalos de la patria que a veces llevan por encargo los propios artistas.
En los conciertos el feeling llega a ser tan fuerte que el estribillo de "?otra, otra!" se amplifica durante horas. Barsola ha tra¨ªdo a m¨¢s de 40 artistas de Latinoam¨¦rica, pero todav¨ªa se conmueve cuando habla de Los Kjarkas, el grupo boliviano autor del tema Llorando se fue que salt¨® a la fama con el baile de la lambada. "No los dejaban bajar del escenario. Les tiraban de los ponchos y lloraban como si sufrieran. Yo pensaba en lo lejos que estar¨ªan de sus seres queridos y tambi¨¦n me puse a llorar", recuerda el manager.
Barsola lleva m¨¢s de 10 a?os en el oficio, y su vida dista mucho del glamour de una celebridad: ¨¦l y su esposa pegan los carteles, preparan los bocadillos y transportan a las estrellas durante las fren¨¦ticas giras. Despu¨¦s de cada concierto Los Kjarkas ten¨ªan el tiempo justo para quitarse el poncho y apretujarse en un coche. "Sal¨ªamos acelerados por la autov¨ªa porque nos esperaban en otra ciudad", relata el manager entre aspavientos como si continuara al volante.
Las paradas del circuito las determina el n¨²mero de inmigrantes en cada ciudad de Espa?a. Madrid, Barcelona, Zaragoza, Lorca, Murcia y Pamplona suelen ser visitas obligadas. El p¨²blico se entera a trav¨¦s de los carteles, las emisoras latinas, los locutorios o el boca a boca. As¨ª supo Gacela Palacios, ecuatoriana de 37 a?os, que su ¨ªdolo iba a cantar en Madrid: Claudio Vallejo, El Sentimental de Am¨¦rica, ecuatoriano como ella.
Hasta La Virgen del Cisne esperaba la llegada de El Sentimental el pasado 8 de septiembre. En el polideportivo de La Concepci¨®n (Ciudad Lineal), despu¨¦s de horas de discursos, danzas y fuegos artificiales, miles de ecuatorianos rodeaban el escenario donde reposaba la imagen de su patrona. "S¨ª, dijeron que va a venir", murmuraban. Gacela esperaba en primera fila. "Lo conozco desde ni?a. Crec¨ª escuchando sus canciones: No me quisiste, No te perdonar¨¦, Devu¨¦lveme la vida... ?Es la m¨²sica cortavenas!". Gacela trabaja como camarera, pero los fines de semana se convierte en La Paloma Ecuatoriana, especialista en el cancionero de El Sentimental.
La voz tropical de su ¨ªdolo, Claudio Vallejo, de 52 a?os, ha sido como una navaja para varias generaciones de desenga?os. Pese a todo es optimista. En su curr¨ªculo figuran cuatro matrimonios, 13 discos, m¨¢s de 30 a?os como cantautor y un exilio: vive en Estados Unidos. "Don Claudio me pidi¨® que le vendiera estos DVD con sus ¨¦xitos", dice David Su¨¢rez, de 18 a?os, frente a una manta con v¨ªdeos en la entrada del recinto. De melena y piercing, el chico comenta que lo suyo es la m¨²sica fuerte, grupos de rock como Korn, Limp Bizkit, Offspring... "Y El Sentimental. Su m¨²sica es para chillar", subraya mientras un cliente protesta por el precio del DVD.
Pocas estrellas viven de su profesi¨®n. Quiz¨¢s por ello Andr¨¦s L¨®pez se siente privilegiado. "Vivo de mi cuento", se?ala. Su Pelota de letras, que naci¨® en los bares de Bogot¨¢, le ha dado para recorrer el mundo y abrir una productora de nuevos talentos.
A Madrid tambi¨¦n llegan famosos del reggaeton que no bajan de 40.000 euros por concierto, consagrados que aceptan la d¨¦cima parte y otros que s¨®lo comen una vez al d¨ªa para ahorrar el dinero de las dietas. El cantante y el guitarrista de los reyes de la tecnocumbia peruana ni siquiera esperaron su paga cuando vinieron a Madrid. En el ¨²ltimo concierto no salieron al escenario. Sus visados de artistas iban a expirar y prefirieron fugarse a regresar a su pa¨ªs. "Me han dicho que los han visto por Italia", detalla el peruano Barsola.
Para el ecuatoriano Fernando Zumba (38 a?os), tambi¨¦n conocido como El Insuperable, venir a Europa es una manera de elevar su prestigio. En el asiento trasero de la camioneta del tambi¨¦n ecuatoriano Eduardo Casas -el empresario que le ha tra¨ªdo- cuenta con voz menuda que se gana la vida como camionero en Estados Unidos. "Me gusta cantar, llevar a la gente un poco de su m¨²sica. Tengo 20 a?os de carrera art¨ªstica", subraya mientras el empresario, al volante, bromea sobre el pago de la gira: "Hay artistas que est¨¢n ganando cach¨¦ y encima me piden adelantos", exclama y suelta una carcajada. Las miradas de ambos se encuentran en el retrovisor.
Una noche antes de la fiesta de la Virgen del Cisne, El Insuperable y El Sentimental de Am¨¦rica iban a compartir escenario en la discoteca Coyote Palace. Claudio Vallejo nunca se present¨®. "Nos dijeron que le dol¨ªa la tripa", explicaba Gacela al d¨ªa siguiente, cuando ca¨ªa la noche en el polideportivo de La Concepci¨®n. Los ecuatorianos segu¨ªan llenando el recinto mientras la Asociaci¨®n de La Virgen del Cisne agradec¨ªa su presencia a los miembros del gabinete de la concejal Ana Botella. En el p¨²blico tambi¨¦n hab¨ªa otros espa?oles: representantes de una caja de ahorros y de una inmobiliaria que se animaban a bailar las danzas t¨ªpicas de los Andes.
Justo en ese momento alguien lo vio entrar a los camerinos: El Sentimental. En un par de zancadas Gacela estaba all¨ª. Detr¨¢s de la puerta, la estrella brillaba de pies a cabeza: zapatos de charol, traje crema, corbata roja y sonrisa plena. "Estoy muy contento de estar con mi gente. Yo s¨¦ lo que es ser inmigrante. Tienes que vivir lejos de tu tierra y muchas veces te ven con desconfianza. Pero tambi¨¦n somos humanos", comentaba Vallejo antes de que los fans lo apretujaran. Entre ellos, un ni?o que lo miraba fijamente mientras le ped¨ªa una foto. "?C¨®mo te llamas?", pregunt¨® el artista. "Wagner", respondi¨® el peque?o.
All¨ª tambi¨¦n estaban los danzantes con sus trajes de cuero, las azafatas del evento, algunas familias y Gacela, que se abalanz¨® sobre El Sentimental. "Anoche nos dejaste esperando en la discoteca. Nos dijeron que te pusiste mal", le recrimin¨®. El ¨ªdolo, sudoroso y menos sonriente, respond¨ªa tajante. "Eso es mentira. Me pusieron en el cartel y no me avisaron".
El maestro de ceremonias ya lo estaba anunciando. Vallejo se limpi¨® el sudor y sali¨® lentamente al escenario. De frente a la algarab¨ªa, el artista tom¨® el micr¨®fono y comenz¨® a afilar su voz. El p¨²blico lo esperaba abierto en canal, con los ojos brillantes y los m¨®viles encendidos. "Sin lloradas, sin lloradas", dijo la estrella antes de que sonara la primera canci¨®n.
Del jolgorio africano al intimismo rumano
Las voces y ritmos que vienen del extranjero ya tienen una etiqueta: world music. "Es un t¨¦rmino que inventaron los ingleses para todo lo que no era pop o rock. Aqu¨ª se las conoce como m¨²sica ¨¦tnica o m¨²sicas del mundo", explica el zaragozano Sa¨²l Presa, de 44 a?os, director de Partenope, una de las productoras especializadas en traer ese tipo de sonidos a Espa?a.
No s¨®lo los inmigrantes latinos reciben la visita de sus estrellas. Colectivos como el africano y el rumano tambi¨¦n tienen visado para la m¨²sica. Y cada uno lo vive a su manera.
Para algunas familias africanas es una fiesta. Se visten con sus mejores galas y preparan comidas t¨ªpicas que comparten despu¨¦s del concierto. El manager senegal¨¦s Kaly, de 36 a?os, los vive con intensidad. Tambi¨¦n es percusionista y en los directos suele acompa?ar a las estrellas. "Es muy excitante escuchar tu m¨²sica", exclama.
En el caso de los rumanos la intensidad es m¨¢s silenciosa. Muchos de los rumanos que viven en Madrid provienen del campo, de pueblos donde lo que se tararea es la m¨²sica folcl¨®rica. Desde hace dos a?os la Federaci¨®n de Asociaciones de Rumanos en Espa?a organiza festivales con estrellas del g¨¦nero, como Grigore Lese o Lenuta Purja. "Las canciones tienen una entonaci¨®n aguda que te llega muy dentro", cuenta el rumano Gelu Vlasin, de 40 a?os, responsable de comunicaci¨®n de la federaci¨®n. Tras el ¨¦xito, quieren ampliar el repertorio. En noviembre esperan a Mihai Traistariu, que consigui¨® el cuarto puesto en el ¨²ltimo festival de Eurovisi¨®n con un tema de pop.
Comunidades m¨¢s peque?as como la india tambi¨¦n acuden a la llamada de sus ¨ªdolos. Hace dos a?os, para la presentaci¨®n en Madrid del indio Malkit Singh, se fletaron varios autobuses desde diferentes rincones de Espa?a. Llegaron repletos de compatriotas. Se le conoce como el Rey del Bhangra y siempre utiliza turbante. Su m¨²sica, una fusi¨®n de pop y ritmos aut¨®ctonos, hace furor en la India y el Reino Unido. Entre sus seguidores tambi¨¦n hay anglosajones.
"Es m¨¢s f¨¢cil ver a un espa?ol en un concierto de congole?os que en uno de latinos", afirma Presa, que ha tra¨ªdo a m¨¢s de un centenar de artistas de los cinco continentes durante la ¨²ltima d¨¦cada. "Yo creo que es cuesti¨®n de marketing. Industrias como la brit¨¢nica o la francesa, donde el world music lleva m¨¢s tiempo, han aprovechado y valorado la m¨²sica de las antiguas colonias".
En Espa?a es un fen¨®meno nuevo, pero ya han empezado a sonar los primeros acordes.
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