Ma?ana ser¨¢ mejor
Por segundo a?o y en ese mercadillo global de la TV que es el Mipcom de Cannes, que impone las tendencias de la temporada y se?ala el futuro, ha vuelto a hablarse m¨¢s de pantallas n¨®madas que de pantallas sedentarias. Las buenas noticias del Mipcom ya no proceden de las series norteamericanas, los documentales brit¨¢nicos, las producciones HBO/Channel Four, las telerrealidades extremas de Endemol o las declinaciones euroasi¨¢ticas del culebr¨®n latino. Por ese lado, por el lado del cuarto de estar, no hay nada nuevo bajo el sol cat¨®dico-digital y seguiremos consumiendo lo mismo que en las pantallas sedentarias de la primera o segunda generaci¨®n, sean generalistas, tem¨¢ticas o de pago.
La noticia del Mipcom est¨¢ en la arrolladora invasi¨®n de esas tres micropantallas n¨®madas que son Internet, el tel¨¦fono m¨®vil y el iPod que est¨¢n mutando los modos de ver, producir, emitir y financiar esas nuevas im¨¢genes televisivas que nacen bajo el signo del 3.
Es decir, la in¨¦dita e imparable sant¨ªsima trinidad de las pantallas de los m¨®viles 3G, los populares mp3 y esos v¨ªdeos online de la tercera generaci¨®n de Internet, como YouTube, MySpace y la ya infinita gama de puntocom que emiten gratis o de pago millones (billones, dice Wired) de im¨¢genes en movimiento, sean narraciones largas o cortas, de ficci¨®n o documentales, pelis, clips o realitys.
Apuesto a que as¨ª se configurar¨¢ la televisi¨®n del futuro, pong¨¢monos como nos pongamos. Un individuo rodeado de cuatro pantallas: una sedentaria, la de siempre, sea plana o de culo anal¨®gico; una semin¨®mada, la de Internet, y las dos in¨¦ditas micropantallas n¨®madas y port¨¢tiles del videotelefonino 3G y del mp3, que ya est¨¢n aqu¨ª.
Este Mipcom ha decretado el final de los arcaicos tiempos en los que todos ve¨ªamos televisi¨®n en familia, en un id¨¦ntico cuarto de estar, a la misma hora y s¨®lo conectados a cadenas de intercambiable programaci¨®n. Y ¨¦sta es la buena noticia. Adi¨®s al todopoderoso share, la madre de todas las batallas y la g¨¦nesis de las trifulcas morales del ya viejo invento.
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