Talando la ley

Cayeron 3.000 pinos. Talados impunemente en un refugio protegido de cig¨¹e?as negras en la sierra de ?vila. Un constructor, con permiso y apoyo de la Junta de Castilla y Le¨®n y del Ayuntamiento de Las Navas del Marqu¨¦s, inici¨® la tala para levantar su urbanizaci¨®n pese a que el Tribunal Superior de Justicia lo hab¨ªa impedido. Su objetivo, construir en el espacio protegido 1.600 chal¨¦s y cuatro campos de golf a costa de 35.000 pinos. As¨ª se gest¨® uno de los mayores atentados ambientales de Espa?a, seg¨²n los ecologistas, y en cuya tramitaci¨®n se observa un acuerdo total entre las administraciones y el promotor a?os antes de iniciar los tr¨¢mites ambientales.

Nada pod¨ªa salir mal. Nadie pod¨ªa paralizar la Ciudad del Golf, una gran urbanizaci¨®n en un bello pinar de la sierra de Guadarrama, en ?vila pero pegado a Madrid. El alcalde de Las Navas del Marqu¨¦s, Gerardo P¨¦rez, del PP, pact¨® en 1999 con el Banco Santander, propietario de Uni¨®n Resinera, la compra de 7.000 hect¨¢reas de monte del pueblo por nueve millones de euros que saldr¨ªan de una recalificaci¨®n de 95 hect¨¢reas de pinar para hacer una urbanizaci¨®n. Para el banco no era suficiente: la Junta pod¨ªa frenar la urbanizaci¨®n, as¨ª que ¨¦sta entr¨® en la operaci¨®n.

Y lo hizo sin problemas. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente, que dirige Carlos Fern¨¢ndez Carriedo, entr¨® con el 20% de la sociedad p¨²blica Montes de las Navas, SA. El Ayuntamiento se qued¨® con el 70% y la Diputaci¨®n, el 10%. En 2001 buscaron a un constructor para urbanizar el pinar. Seg¨²n un acta del consejo de administraci¨®n, "a principios de julio se tuvieron los primeros contactos con una empresa levantina interesada en la adquisici¨®n de los terrenos para la construcci¨®n de un campo de golf, un hotel y viviendas". Tal empresa, Residencial Aguas Nuevas, firm¨® con Montes de las Navas un documento en el que la primera mostraba "su intenci¨®n de adquirir 95 hect¨¢reas de pinar por 9,157 millones de euros". Aguas Nuevas es propiedad de Francisco G¨®mez, El Paloma, constructor alicantino y presidente del Cartagena Club de F¨²tbol. Un consejero de la empresa dijo que hab¨ªa contactado con Vallehermoso y Reocisa, entre otras promotoras, y que no estaban interesadas en la operaci¨®n.

En ese momento, 26 de noviembre de 2001, intervino un hombre clave, Sebasti¨¢n Gonz¨¢lez, n¨²mero dos del PP de ?vila, presidente de la Diputaci¨®n y de Caja de ?vila y hoy secretario de organizaci¨®n del PP. ?ste pregunt¨® "si no ser¨ªa conveniente ralentizar el proceso de la venta de los terrenos pidiendo informes de viabilidad urban¨ªsticos y medioambientales". El alcalde se opuso, preocupado por "si se retrasa el proyecto, se promueve licitaci¨®n p¨²blica y la empresa considera que es una maniobra y no mantiene su oferta". No quer¨ªa sacar a subasta el solar p¨²blico, sino vend¨¦rselo directamente a la empresa con la que lo pact¨®. As¨ª, altos cargos de la Junta y el Ayuntamiento decidieron la edificabilidad de un suelo de alto valor ecol¨®gico y se comprometieron a urbanizarlo antes de iniciar los tr¨¢mites ambientales. P¨¦rez explic¨® la semana pasada que "todo el mundo estaba de acuerdo con la operaci¨®n", que los campos de golf previstos son "buenos para el monte, ya que se trata de zona verde" y que ¨¦l quer¨ªa crear "un pulm¨®n verde" con los chal¨¦s y el golf, y crear empleo.

Al final, el solar sali¨® a subasta y, l¨®gico, se lo qued¨® la empresa que dise?¨® la urbanizaci¨®n. El solar era ya de 215 hect¨¢reas (de las cuales el municipio s¨®lo hab¨ªa recalificado la mitad). M¨¢s del doble pero casi el mismo precio, como una oferta del dos por uno. Corr¨ªa febrero de 2002 y en julio, cuando se firm¨® la escritura, el constructor introdujo una cl¨¢usula por la cual, si el terreno no estaba recalificado en dos a?os, la empresa p¨²blica le indemnizar¨ªa. Nada pod¨ªa ir mal.

Como estaba pactado, la declaraci¨®n de impacto ambiental sali¨® antes de cumplirse dos a?os de la escritura. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente autorizaba talar 35.000 pinos maduros, a cambio de reforestar una superficie similar y urbanizar en un ¨¢rea cr¨ªtica para la cig¨¹e?a negra a cambio de financiar estudios sobre ¨¦sta.

Pero fue mal. Un vecino enfadado porque no le recalificaron un terreno fue a los tribunales y, contra todo pron¨®stico, el Tribunal Superior de Justicia le dio la raz¨®n a ¨¦l y un varapalo a la Administraci¨®n. Por urbanizar un monte en vez de la zona a reforestar, contravenir el decreto auton¨®mico de protecci¨®n de la cig¨¹e?a negra e ignorar las leyes ambientales en un proyecto sin inter¨¦s p¨²blico. Pero como el vecino no iba a pedir que se ejecutara la sentencia (si lo hiciera su finca quedar¨ªa protegida) el fallo qued¨® en el limbo. El Paloma aprovech¨® y comenz¨® a talar. As¨ª, si alg¨²n d¨ªa ten¨ªa que ejecutar la sentencia, ser¨ªa imposible porque no habr¨ªa pinar.

S¨®lo la actuaci¨®n de los ecologistas de Centaurea, SEO/Birdlife, Amigos de la Tierra o WWF/Adena, entre otras asociaciones, sirvi¨® para frenar la tala. Eso y que el fiscal de Medio Ambiente, Antonio Vercher, record¨® al alcalde que pod¨ªa incurrir en responsabilidades penales si no hac¨ªa cumplir la sentencia. Ayer, adem¨¢s, cerca de 400 vecinos se manifestaron en contra del desaguisado. Eso ha salvado, de momento, el pinar. De momento: El Paloma ya dijo que cuando todo se calme puede volver a la tala.