La poes¨ªa de Joan Ignasi Pla
Es probable que los asesores de Joan Ignasi Pla hayan revisado, a estas horas, su estrategia para la pr¨®xima campa?a electoral. Es lo que aconsejar¨ªa el sentido com¨²n tras la encuesta publicada por este diario y que daba una ventaja de 13 puntos al Partido Popular. Claro que no suele ser el sentido com¨²n una cualidad que abunde entre los consejeros de la pol¨ªtica. Viven estas personas el d¨ªa a d¨ªa con tanta intensidad que s¨®lo aciertan pensar en el titular de prensa de la ma?ana siguiente, olvidando que las elecciones son una carrera a largo plazo. De cualquier modo, si Pla aspira a competir con alguna posibilidad de ¨¦xito en las pr¨®ximas elecciones, necesitar¨¢ un cambio profundo en su relaci¨®n con los electores. Por diversos motivos, la estrategia empleada hasta hoy no ha funcionado en absoluto.
La encuesta publicada por EL PA?S ha evidenciado que la tranquilidad con que se comporta el presidente Camps estaba plenamente justificada. No se trataba de una simple pose, como por error hab¨ªamos pensado alguna vez. Es incre¨ªble el provecho que ha extra¨ªdo este hombre a dos ideas tan simples como el desd¨¦n de Zapatero por la Comunidad Valenciana y la falta de agua. A efectos pr¨¢cticos, poco importa que estas consignas que repite cada d¨ªa sean o no ciertas. Lo que debemos valorar es su eficacia sobre la poblaci¨®n y, al d¨ªa de hoy, esta es enorme. En todo caso, el problema es de la oposici¨®n, que no ha sabido neutralizar la ofensiva del Partido Popular y se ha enredado, desde el primer momento, en el problema del agua.
Durante los ¨²ltimos d¨ªas, me he dedicado a preguntar a mis amistades por los motivos de su voto en las pr¨®ximas elecciones. Me he dirigido a aquellos cuyas simpat¨ªas supon¨ªa que se decantaban por el Partido Socialista: eran las razones de estos las que pretend¨ªa conocer. Parte de ellos se ha manifestado en contra de la pol¨ªtica urban¨ªstica que promueve el Consell, pues la consideran lesiva para el futuro de la Comunidad. Para algunos, el motivo estar¨ªa en el deterioro de los servicios p¨²blicos, especialmente la Educaci¨®n. En alg¨²n caso -pocos, lo que me ha sorprendido- lo determinante es la tolerancia del Gobierno frente a la corrupci¨®n y su conducta en el accidente del metro. Por ¨²ltimo, estaban los fieles, es decir, quienes votar¨¢n al Partido Socialista en cualquier circunstancia. En general, podr¨ªamos decir que las respuestas han sido las habituales y siempre dentro de lo que cab¨ªa esperar. Lo extraordinario, sin embargo, es que nadie, absolutamente nadie, aludiera al programa o a la personalidad de Joan Ignasi Pla como un motivo para votar.
Hace poco le¨ªa yo en las p¨¢ginas de La Vanguardia un art¨ªculo de Francesc-Marc ?lvaro sobre las elecciones catalanas. Lamentaba el escritor la puja de ofertas que se ha desatado entre los candidatos, dispuestos a obtener el voto regalando libros de texto, gafas, aud¨ªfonos o pensiones por maternidad. Sin rechazar el efecto que pudieran tener estas promesas, se preguntaba ?lvaro por los motivos ¨²ltimos que llevan al elector a escoger uno u otro candidato. La pregunta se la han formulado numerosos estudiosos a lo largo del tiempo. Aunque no existe unanimidad -es dif¨ªcil coincidir en un asunto como este-, s¨ª parece claro que las razones del votante suelen estar m¨¢s all¨¢ de esos premios de supermercado. "Las elecciones", escribe ?lvaro, "se ganan en la medida en que se acierta a interesar a muchos en una intuici¨®n nueva, potente, clara, cre¨ªble y oportuna. Se gobierna con la prosa, pero se gana con un mucho de poes¨ªa". A la vista de las encuestas, quiz¨¢ los socialistas deban preguntarse por la poes¨ªa de Joan Ignasi Pla.
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