Rectificar es de serios
El t¨ªtulo de este art¨ªculo lo he tomado prestado. Lo utiliz¨® la que fuera defensora del lector de este peri¨®dico, Mal¨¦n Azn¨¢rez, en una columna donde hablaba de la llamada prensa de calidad. Una condici¨®n que atribu¨ªa a todo medio de comunicaci¨®n capaz de reconocer sus errores, exponerlos p¨²blicamente y luego rectificar sobre ellos si era necesario. Rectificar no es s¨®lo de sabios, dec¨ªa Azn¨¢rez, es algo que tambi¨¦n acostumbran a hacer los peri¨®dicos serios, solventes y responsables. Esta consideraci¨®n no s¨®lo deber¨ªa afectar a los medios de comunicaci¨®n, sino a cualquier ¨¢mbito de la vida. Y mucho m¨¢s a la pol¨ªtica, ya que sus protagonistas viven de su credibilidad ante los ciudadanos.
Todo esto viene a cuento de la polvareda que ha provocado en M¨¢laga una denuncia del PSOE contra el alcalde Francisco de la Torre por un cambio de calificaci¨®n de unos terrenos en el Plan General, que afecta a la familia del primer edil. Lo ocurrido se resume de la siguiente forma: los socialistas denunciaron un cambio de uso de una parcela de la madre del alcalde que permite unas plusval¨ªas superiores a las que ten¨ªa con anterioridad. Pero erraron fijando el terreno en los planes, se equivocaron en la evaluaci¨®n millonaria de las compensaciones e incluso en que parte de esos terrenos ya no pertenecen a la madre del alcalde. Unos fallos tan garrafales ante la trascendencia de la denuncia, que han terminando solapando la parte de veracidad que tambi¨¦n incluye la acusaci¨®n: que realmente ha existido un cambio de uso, que los terrenos se han revalorizado y que el alcalde vot¨® afirmativamente el cambio, cuando pudo haberse ausentado del debate al tener posibles intereses en la operaci¨®n.
El PSOE no ha querido rectificar y ha seguido adelante con la denuncia. Todo aparentemente perfecto, si no fuera porque lo que se empe?an en mantener es su actitud de denunciar, pero no ya la denuncia que hab¨ªan hecho. Rectificar, aunque hubiera sido s¨®lo parcialmente, era de serios, pero lamentablemente siguen sin hacerlo. La pol¨¦mica denuncia del PSOE habr¨ªa que enmarcarla en el nivel de crispaci¨®n que se ha instalado en la pol¨ªtica espa?ola. Desde hace alg¨²n tiempo todo esc¨¢ndalo tiene que alcanzar un grado superlativo para lograr trascendencia y los pol¨ªticos se pasan el d¨ªa matando dinosaurios con tirachinas. No se busca el acierto propio, sino el resbal¨®n del contrario. Por eso, la democracia se va sustanciando a cara de perro. Hay otro ejemplo muy similar en Huelva, donde los socialistas han denunciado las llamadas a una l¨ªnea er¨®tica desde un tel¨¦fono m¨®vil asignado al alcalde y que presuntamente pudo haber hecho su ch¨®fer. Algo que lleva camino de acabar en los tribunales, como ha hecho el alcalde De la Torre con la denuncia de los socialistas en M¨¢laga.
En esa misma ¨®ptica de asfixiar al contrario hay que enmarcar tambi¨¦n la actuaci¨®n de algunos concejales del PP en M¨¢laga nada m¨¢s estallar la pol¨¦mica. Al menos dos ediles populares ocultaron en sus r¨¦plicas parte de la realidad del cambio de calificaci¨®n, y negaron que la propia madre del alcalde hubiera presentado una sugerencia al PGOU solicitando la modificaci¨®n, como luego se ha acreditado. Para hacer m¨¦ritos, el concejal de Urbanismo del PP fue m¨¢s papista que el Papa y neg¨® la evidencia. Ha habido un cambio de calificaci¨®n de los terrenos y por tanto su revalorizaci¨®n. Algo que no hab¨ªa desmentido ni el propio afectado por la denuncia, Francisco de la Torre. No es la primera vez que planteo que vivimos en un mundo donde hay que esforzarse hasta la extenuaci¨®n para demostrar lo evidente. Y lo evidente es que el PSOE en M¨¢laga ten¨ªa una operaci¨®n urban¨ªstica que requer¨ªa de algunas explicaciones por parte del alcalde, pero busc¨® un esc¨¢ndalo con plusval¨ªas millonarias que no se ajusta a la realidad. Ante los errores, el alcalde de M¨¢laga no le puso el list¨®n muy alto al PSOE para dar marcha atr¨¢s. S¨®lo exigi¨® una rectificaci¨®n. Y no hubiera sido dif¨ªcil hacerla. La rectificaci¨®n era incluso compatible con mantener lo sustancial de la denuncia. Porque rectificar es de sabios. Y de serios.
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