Val McDermid pone al d¨ªa la novela policiaca en 'Un eco lejano'
Nuevos m¨¦todos de investigaci¨®n como el an¨¢lisis del ADN han revolucionado la ciencia forense. Aunque algunos han encontrado en estos avances un fil¨®n -los creadores de la serie televisiva CSI, por ejemplo-, para otros representan un lastre. Es el caso de los escritores de novela negra, obligados a revisar sus obras con pesquisas de laboratorio. "Es uno de los grandes problemas con los que se enfrenta el g¨¦nero, porque la evoluci¨®n de la ciencia forense afecta mucho a la novela negra. Es dif¨ªcil escribir en la actualidad una obra tradicional. Por eso, muchos autores ambientan sus novelas en el pasado. Evitan as¨ª describir una metodolog¨ªa que desconocen", explica la escritora Val McDermid (Kirkcaldy, Escocia, 1955), que ha visitado Barcelona para presentar su novela Un eco lejano (RBA).
"Adem¨¢s, a medida que la polic¨ªa avanza, tambi¨¦n lo hacen los criminales. Cada vez dejan menos pruebas, porque est¨¢n al d¨ªa de las nuevas t¨¦cnicas. Es como las tarjetas de cr¨¦dito. Se perfeccionan con el tiempo, pero los fraudes no cesan", a?ade.
Samaritanos o asesinos
La compleja relaci¨®n entre la literatura policiaca y los progresos en la pr¨¢ctica de las autopsias fue uno de los retos a los que se enfrent¨® la autora para escribir el libro. Como en sus obras anteriores, Val McDermid no se anda con rodeos timoratos. Cuatro j¨®venes se encuentran con una chica moribunda que ha sido brutalmente violada. Aunque tratan de auxiliarla, sus esfuerzos para salvar a la desdichada Rosie Duff son in¨²tiles. Parad¨®jicamente, cuando llega la polic¨ªa, son los ¨²nicos sospechosos al tener las manos manchadas de sangre. Los samaritanos se convierten as¨ª en presuntos asesinos. Pero las pruebas escasean y el caso se cierra en falso.
D¨¦cadas despu¨¦s, la polic¨ªa decide reabrir el expediente de Rosie Duff: alguien est¨¢ matando a los cuatro colegas que la vieron por ¨²ltima vez con vida.
McDermid no se inspir¨® en un caso real, una costumbre que es para ella un principio ¨¦tico. "No me encuentro a gusto alimentando mis novelas con la pena y el duelo ajenos. No me siento con derecho a hacerlo", apunta la escritora. No obstante, para el arranque de Un eco lejano se bas¨® en una an¨¦cdota que le explic¨® una amiga. "Su hijo era estudiante de Medicina. Una noche regresaba borracho de un pub en compa?¨ªa de unos amigos. Vieron entonces que unos maleantes estaban apaleando a un hombre. Como es l¨®gico, intentaron ayudarle. Cuando lleg¨® la polic¨ªa, los agentes les acusaron de la paliza porque sus ropas estaban te?idas de sangre. Afortunadamente, la v¨ªctima segu¨ªa consciente y sac¨® a la polic¨ªa de su error", recuerda la autora, que ha ambientado por primera vez una novela en su pueblo natal. "Me plante¨¦ c¨®mo ser¨ªa la vida de estos chicos, similares a los que frecuentaba en mi juventud, si hubieran vivido siempre bajo la sospecha. ?sa fue mi obsesi¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.