Capello descubre a Robinho
El brasile?o aporta una buena dosis de fantas¨ªa y el Madrid golea al Steaua
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En la noria de Capello, por fin, apareci¨® Robinho. El italiano se ha tomado m¨¢s tiempo de la cuenta en descubrir a este liviano brasile?o que anoche aport¨® al Madrid una buena dosis de fantas¨ªa, muy atrofiada ¨²ltimamente, y contagi¨® al grupo de tal forma que el encuentro baj¨® la persiana con un magistral lienzo de Van Nistelrooy. Con m¨¢s arte que de costumbre y la aplicaci¨®n debida, el Madrid se concedi¨® un partido analg¨¦sico tras su ap¨¢tica excursi¨®n a Getafe. Capello cambi¨® su dictado con ¨¦xito y su envite por Helguera y Robinho le dio otro aire al equipo, que se sinti¨® mejor cosido en las dos ¨¢reas. En una y otra fue muy superior al Steaua, al que despidi¨® del partido en un suspiro. Ahora, con el Bar?a a la vista, el Madrid tiene m¨¢s alternativas y, con la Liga de Campeones encarrilada, el equipo ha mejorado su cr¨¦dito justo a tiempo.
STEAUA BUCAREST 1 - REAL MADRID 4
Steaua: Carlos Fern¨¢ndez; Saban (Thereau, m. 58). Golan, Ghionea, Petre Marin; Nicolita, Paraschiv (Oprita, m. 78), Lovin (O.Petre, m. 62), Bostina; Dica y Badea. No utilizados: Cernea, Stancu, Baciu y Coman.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Helguera, Cannavaro, Roberto Carlos; Diarra, Emerson; Ra¨²l, Guti (Beckham, m. 70), Robinho; y Van Nistelrooy (Ronaldo, m. 78). No utilizados: Diego L¨®pez, Mej¨ªa, Ra¨²l Bravo, Pav¨®n y Cassano.
Goles: 0-1. M. 9. Sergio Ramos cabecea hacia abajo un c¨®rner ejecutado por Guti. 0- 2. M. 34. Ra¨²l aprovecha un rechace de Fern¨¢ndez a remate de Van Nistelrooy. 0-3. M. 55. Pase de Guti sobre Robinho, que recorta a Saban y su remate es desviado por Golan. 1-3. M. 64. Gadea fusila un bal¨®n que la defensa madridista no acierta a despejar tras un c¨®rner. 1-4. M. 75 Van Nistelrooy marca de vaselina con Fern¨¢ndez a media salida.
?rbitro: Roberto Rosetti (Italia). Amonest¨® a Dica y Golan.
Unos 30.000 espectadores, lleno en el Ghencea Stadium de Bucarest.
Van Nistelrooy, de espaldas a la porter¨ªa, imagin¨® un gol para las videotecas m¨¢s exigentes
Tan capaz como es en el uno contra uno, con Robinho el Madrid encontr¨® muy r¨¢pido la forma de descorchar al Steaua. Enquistado en la orilla izquierda, el brasile?o se asoci¨® con Roberto Carlos y entre ambos abrieron un considerable boquete en la defensa rumana. Y, al hilo de Robinho, Guti, que pirope¨® cuanto quiso a la pelota y ¨¦sta rod¨® casi siempre como deb¨ªa, sin brincar m¨¢s de lo necesario en los pies de Diarra o de los centrales. Con un gran pasador y un regateador puro bien enhebrados, el Madrid se sacudi¨® sin problemas a su rival y hamac¨® el partido cuanto quiso. Una faena id¨®nea para que hasta Emerson exhibiera, por fin, una versi¨®n notable, tanto como sost¨¦n de los centrales -pese a su fallido despeje en el gol de Badea- como de auxiliar de Van Nistelrooy, al que brind¨® una magn¨ªfica asistencia a un toque en el gol que engord¨® a¨²n m¨¢s las cuentas de Ra¨²l. Un tanto acad¨¦mico: una finta de un extremo por la banda (Robinho), un medio centro que se descuelga con empe?o (Emerson), un delantero centro que se perfila para el remate (Van Nistelrooy) y un pillo que irrumpe por la sala de espera del gol, justo donde ha desarrollado su imponente carrera (Ra¨²l).
Antes de que el capit¨¢n empujara el segundo tanto visitante, el Madrid ya hab¨ªa rentabilizado su buen arranque con un cabezazo de Sergio Ramos, al que la defensa local cedi¨® pl¨¢cidamente el paso tras un c¨®rner lanzado por Guti. El andaluz fue ayer desplazado al lateral derecho. ?El motivo? Si Capello descubri¨® ayer a Robinho, el pasado s¨¢bado alumbr¨® a Helguera, el ¨²nico sobresaliente en Getafe. Los cincuenta d¨ªas de gracia reclamados por el t¨¦cnico italiano le han servido, al menos, para alistar a dos jugadores que le hac¨ªan retorcer el morro. A Helguera le ha rescatado del exilio y a Robinho, del banquillo. Y los dos suman, y mucho si Capello quiere.
El caso de Robinho es misterioso. Lleg¨® al Madrid con serpentinas, pero se ha pasado una temporada en el limbo, y a un paso del div¨¢n: un agitador de primera con la selecci¨®n brasile?a y un secundario en el Madrid. Y en Robinho tiene Capello a un futbolista diferente, lamentablemente en extinci¨®n. Un jugador que despeja el paisaje rival con su enorme habilidad, capaz de anudar las tibias de cualquier defensa, ya sea en arrancada o en carrera. Tambi¨¦n asiste si se le presenta la ocasi¨®n y no se despista ante el gol, como demostr¨® en el tercero logrado por su equipo. Un preludio del imborrable tanto sellado por Van Nistelrooy, que de espaldas a la porter¨ªa imagin¨® un gol para las videotecas m¨¢s exigentes. Se calz¨® un guante en la bota derecha y con una delicadeza infinita acarici¨® la pelota con el empeine y ¨¦sta, d¨®cil cuando se la abanica, aterriz¨® en la red en vaselina. Hasta el animoso p¨²blico del Steaua, frustrado por la zurra recibida, homenaje¨® al holand¨¦s cuando ¨¦ste dio el relevo a Ronaldo. Una pieza de museo para cerrar un partido terap¨¦utico para el Madrid, al que no le hizo falta sudar como una regadera. Le bast¨® mayor empe?o que en Getafe, una disposici¨®n adecuada desde el primer instante y un goteo de buen juego. A partir de la pelota, con Guti de anestesista -y Diarra de subalterno, como le corresponde-, con la chistera de Robinho a punto y la ca?a de Ra¨²l y Van Nistelrooy en plenitud. Con este cesto el Madrid nunca se sinti¨® amenazado, remat¨® m¨¢s de lo que dec¨ªa su hoja de servicios con Capello y apenas se llev¨® un par de rasgu?os. Y todo a partir de un mejor gusto por el juego, por un juego que no siempre debe consistir en organizarse de tal forma para que precisamente no se juegue. Por esta v¨ªa, por la mostrada en Bucarest, el Madrid tiene recorrido: por actitud y por aptitud.
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