Pumpido se defiende
No le vendr¨ªa mal al fiscal general del Estado, C¨¢ndido Conde-Pumpido, aprender de su predecesor Jes¨²s Cardenal, que manten¨ªa una imperturbabilidad pasmosa cualquiera que fuera la acusaci¨®n que se le hiciera. Comprendi¨® que los ataques contra ¨¦l apuntaban en realidad al Gobierno y que deb¨ªa aceptarlos como una carga incluida en el sueldo. Por eso, Conde-Pumpido debi¨® ahorrarse su alusi¨®n a que "a algunos se les pueda notar las ganas de que los haya [muertos]", en su respuesta a la interpelaci¨®n del senador del PP, Agust¨ªn Conde, sobre la actuaci¨®n del ministerio fiscal en las causas por terrorismo, con el llamado proceso de paz al fondo.
Habr¨ªa que desterrar la costumbre, inaugurada por Aznar en la guerra de Irak, de imputar al adversario unos deseos irrefrenables de que las cosas vayan mal, incluso con muertos de por medio, o de lanzar acusaciones como la "ponerse del lado de los terroristas" lanzada por ese mismo senador. La descripci¨®n que hizo Conde-Pumpido del papel del ministerio fiscal en los procesos por terrorismo, generalizable al resto, fue de libro. Lo frustrante es que el senador hiciera una lectura tan sesgada del mismo que impulsase al fiscal del Estado a exponer como programa de actuaci¨®n algo que es consustancial al ministerio fiscal.
Que los fiscales, en el marco de los principios de legalidad e imparcialidad que exige su funci¨®n, deben actuar con la mayor proximidad posible a la realidad social, es no s¨®lo deseable sino obligado. Como lo es que uno de los criterios de los jueces en la interpretaci¨®n de las normas es "la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas" (C¨®digo Civil, art¨ªculo 3?). ?No fue ¨¦se el criterio que llev¨® al Tribunal Supremo a cambiar su consolidada jurisprudencia sobre la redenci¨®n de penas por el trabajo en el caso Parot, con el aplauso de quienes, sin embargo, lo critican ante la menor sospecha de aplicaci¨®n por parte de jueces como Garz¨®n o se le echan directamente a la cara a Conde-Pumpido, como hace el senador Conde?
El PP es muy libre de mantener su discurso "de rendici¨®n a ETA" referido al llamado proceso de paz, pero Conde-Pumpido defiende principios b¨¢sicos del Estado de derecho al exigir que no se confundan "la justicia con la venganza y la sospecha con las pruebas del delito" e incluso cuando se?ala que la fiscal¨ªa, y la justicia en general, "no est¨¢ para favorecer procesos pol¨ªticos, pero tampoco para obstaculizarlos".
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