En busca del 'beb¨¦ 300 millones'
Decenas de hospitales y cientos de padres en EE UU aspiran al honor estad¨ªstico
Por mucho que la Oficina del Censo y la Brookings Institution estimaran que el ciudadano de Estados Unidos n¨²mero 300 millones ser¨ªa, quiz¨¢s, un inmigrante latino legal o ilegal, decenas de hospitales repartidos por todo el pa¨ªs se han adjudicado el honor de haber tra¨ªdo al mundo al beb¨¦ ganador de ese n¨²mero redondo. El hito demogr¨¢fico ha pasado sin gloria alguna porque el riesgo de que el protagonista sea un trabajador mexicano que cruz¨® de noche el r¨ªo Grande convierte este acontecimiento sociol¨®gico en una inconveniencia pol¨ªtica.
Comparado con el discurso de Lyndon B. Johnson y las celebraciones de 1967 por el nacimiento del beb¨¦ n¨²mero 200 millones, el n¨²mero 300 millones es un ejemplo de discreci¨®n. "Estamos a poco m¨¢s de dos semanas de unas elecciones en las que la inmigraci¨®n ilegal es uno de los asuntos m¨¢s pol¨¦micos. Por eso no quieren darle mucha importancia al tema", dice William Frey, experto en demograf¨ªa de una de las principales instituciones sociol¨®gicas del pa¨ªs, la Brookings Institution.
"?Hemos ganado!", gritaban enfermeras del White Memorial Medical Center de Los ?ngeles
La posibilidad de que el ciudadano 300 millones sea, en efecto, hijo de un inmigrante ilegal reci¨¦n llegado parece haber inquietado tanto a los estrategas de la Casa Blanca como para eliminar cualquier ceremonia de celebraci¨®n, algo ins¨®lito en un Gobierno tan dado a la escenificaci¨®n presidencial de cualquier acontecimiento susceptible de ser solemnizado. Lo m¨¢s parecido a una celebraci¨®n fue, seg¨²n cuentan, la tarta que se repartieron unos pocos empleados de la Oficina del Censo.
Aun as¨ª, decenas de hospitales y cientos de padres dicen ser los poseedores del n¨²mero ganador. De hecho, "?hemos ganado!" es la frase que gritaban las enfermeras por los pasillos del White Memorial Medical Center de Los ?ngeles cuando naci¨® la ni?a Anareli. A los esfuerzos comprensibles de su madre durante el parto se un¨ªa la angustia de tener a la futura abuela junto a la cabecera de la cama grit¨¢ndole a su hija: "??ndale, ap¨²rate!", para que el beb¨¦ saliera a la hora hist¨®rica que marcaba el censo, las 4.47 en California. Si ¨¦se fuera el beb¨¦ n¨²mero 300 millones, "¨¢ndale" ser¨ªa la primera palabra que escuch¨® en su vida, es decir, ser¨ªa hispano.
A esa hora, las enfermeras del Queens Elmhurst Hospital Center de Nueva York ya llevaban camisetas con las palabras "300 million American baby" [Beb¨¦ americano 300 millones] e impresas en letras grandes. El beb¨¦ agraciado era de nuevo una ni?a hispana, Emmanuel Plata.
Pero en San Francisco otras dos madres se disputaban tambi¨¦n el t¨ªtulo, una en el California Pacific Medical Center y otra en el Kaiser Permanent Medical Center. Las dos ten¨ªan algo en com¨²n: ambas son inmigrantes chinas, igual que lo era hace 39 a?os la madre de Robert Woo, el beb¨¦ n¨²mero 200 millones.
Seg¨²n el Pew Research Center, el 55% de los ¨²ltimos 100 millones de ciudadanos que ha sumado este pa¨ªs son inmigrantes, y la tendencia contin¨²a. En 1967, s¨®lo un 5% de la poblaci¨®n era de origen hispano. Ahora es un 14,9%.
En ese a?o, Los Beatles y no Justin Timberlake estaban en el n¨²mero uno de la lista de ventas y la gasolina costaba nueve centavos el litro. La poblaci¨®n recuerda esa ¨¦poca como "los a?os felices". Dif¨ªcilmente ser¨¢ ¨¦sa la definici¨®n con la que se recuerde la presidencia de George W. Bush cuando en 2043 nazca (o cruce la frontera) el beb¨¦ n¨²mero 400 millones.
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