"?No puedo apoyar el pie!"
Rafael Mart¨ªnez, campe¨®n de Europa, acaba noveno pese a lesionarse en el tercer aparato
La gimnasia es un deporte de superhombres. Al menos eso parece al ver al espa?ol Rafael Mart¨ªnez. Si ya se comparaba al campe¨®n de Europa absoluto de 2005 con el m¨ªtico Joaqu¨ªn Blume por sus resultados, ayer demostr¨® tambi¨¦n su af¨¢n de superaci¨®n, su capacidad para reponerse en los malos momentos, y aunque el final fue menos vistoso -acab¨® en novena posici¨®n en el concurso individual de los Mundiales de Aarhus (Dinamarca), cinco puestos m¨¢s abajo que el a?o pasado en Melbourne (Australia)-, cobra m¨¢s valor porque se produjo tras un gran susto, el que sufri¨® en el calentamiento de potro, cuando se doli¨® de su tobillo derecho, el bueno, el que no lleva vendado. El otro fue operado a principios de a?o.
"?Est¨¢ bien Mart¨ªnez?", preguntaba un periodista franc¨¦s poco antes de empezar la final. Cuando se le explicaba que el mejor gimnasta espa?ol de los ¨²ltimos a?os, el m¨¢s completo, hab¨ªa pasado por el quir¨®fano hace ocho meses para operarse de la rotura del tend¨®n de Aquiles de su tobillo izquierdo, el informador se mostraba incr¨¦dulo: "?Pero si no le ha dado tiempo a recuperarse!".
Y es que si Rafa Mart¨ªnez fuera un deportista normal, habr¨ªa tardado m¨¢s tiempo en volver a competir. Pero el gimnasta, de 22 a?os, no lo parece. Su 1,63 metros de altura y 60 kilos, seg¨²n la ficha oficial, le dan una apariencia de fragilidad, pero el madrile?o ha sufrido varias lesiones y tras cada recuperaci¨®n, su gimnasia no ha perdido ni un cent¨ªmetro de calidad.
Su actuaci¨®n de ayer a?ade una nueva cualidad: el coraje. Hasta casi la insensatez, pues el da?o pod¨ªa haber ido a peor. A partir del tercer aparato, la competici¨®n, que hab¨ªa empezado de forma fant¨¢stica para el espa?ol, se convirti¨® en un suplicio. Y quedaban tres pruebas m¨¢s. A pesar del dolor -"no puedo apoyar, no puedo apoyar", exclam¨®-, de la hinchaz¨®n del tobillo derecho y la ostensible cojera; a pesar de que su entrenador, Fernando Siscar, indic¨® cruzando los brazos en alto que el gimnasta se retiraba, ¨¦ste decidi¨® pasar por el potro, el aparato que junto al suelo m¨¢s castiga los tobillos.
Se quit¨® de encima el drama que anunciaba su cara y fue a por todas. El resultado hab¨ªa pasado a un segundo plano. Lo importante ahora era terminar. Escoltado en todo momento por Siscar y un fisioterapeuta y alentado desde la grada por los gritos y aplausos de sus compa?eros, del seleccionador, ?lvaro Montesinos, y del resto de la delegaci¨®n, aguant¨®. Con cara de preocupaci¨®n, pero vivo. Tras bajar tres posiciones, se recuper¨® en las paralelas y en la barra, donde los tobillos s¨®lo sufren en la salida.
Quedaba s¨®lo el suelo, un martirio para los tobillos. Tras aplicar hielo al pie herido y aguantar una larga charla de su entrenador, calent¨®. Menos que el resto. Y con miedo. Su cuerpo parec¨ªa decirle que parara y su cabeza que un minuto m¨¢s y todo habr¨ªa terminado. As¨ª fue. Al pie de la escalera le esper¨® un sonriente y orgullos¨ªsimo Siscar: "Estamos contentos porque el objetivo era ayudar al equipo y hacer todos los ejercicios y lo hemos conseguido", asegur¨® tras la competici¨®n. Y quit¨® importancia a la lesi¨®n: un esguince leve. Unos d¨ªas de descanso y listo.
Las lesiones no s¨®lo marcaron al equipo espa?ol. Una luxaci¨®n del hombro impidi¨® a la estadounidense Chelsie Memmel defender su t¨ªtulo mundial. Ausente estaba tambi¨¦n su compatriota y estrella, Nastia Liukin, que s¨®lo ha participado en paralelas. En la otra liga, la de los sanos, volvieron a arrasar los chinos, que amenazan con no dejar ni un oro libre para el resto. Tras ganar la prueba por equipos de chicos y chicas, ayer se impuso Wei Yang en la final masculina.
Por su parte, la italiana Vanessa Ferrari, que todav¨ªa no ha cumplido los 16 a?os, se proclam¨® campeona de gimnasia art¨ªstica. Laura Campos y Lenika de Simone fueron decimocuarta y decimosexta respectivamente.
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