El salto de una madre

Oksana Chusovitina mide 1,53 metros y pesa 43 kilos. A simple vista, parece una ni?a, como la gran mayor¨ªa de las gimnastas que luchan por las medallas en los Campeonatos del Mundo. Pero no. La gimnasta, nacida en Tashkent (Uzbekist¨¢n) y que hoy compite por Alemania, tiene 31 a?os y un hijo de seis. Eso no le ha impedido mantenerse entre las mejores: el jueves fue la novena en la final individual y anoche aspiraba a ganar el salto, su prueba favorita. Fue tercera.

"La gimnasia no es s¨®lo cosa de ni?as", aseguraba Chusovitina en 2003. Tres a?os despu¨¦s, sus resultados le dan la raz¨®n. Y son un motivo de orgullo para la Federaci¨®n Internacional de Gimnasia (FIG), que la califica de "fen¨®meno" y ve en ella, como en la francesa Severino, de 26 a?os, un ejemplo a seguir.

Campeona ol¨ªmpica en 1992, ayer sum¨® su quinta medalla mundial

El peque?o mundo de la gimnasia tuvo ocasi¨®n de mostrarle todo ese cari?o hace cuatro a?os, cuando su hijo, Alisher, cay¨® enfermo. El diagn¨®stico fue demoledor: leucemia. Para pagar el car¨ªsimo tratamiento del peque?o, su madre, que viv¨ªa y se entrenaba en Colonia (Alemania), empez¨® a participar en todas las pruebas con premios, sobre todo de la Copa del Mundo. Pero no le llegaba el dinero.

As¨ª que a algunos aficionados se les ocurri¨® recaudar fondos para ayudar a la campeona. Alisher estuvo ingresado en un hospital durante dos a?os y su padre, el ol¨ªmpico de lucha Bahadir Kurbanov, se ve¨ªa obligado a entrar y salir de Alemania, pues carec¨ªa de la preceptiva tarjeta de residencia.

La vida deportiva de Chusovitina, que es, de lejos, la gimnasta m¨¢s veterana en Aarhus, tambi¨¦n ha sido complicada. Criada en las faldas de la poderosa gimnasia sovi¨¦tica, compiti¨® por la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que agrup¨® a las rep¨²blicas que formaban la URSS, en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, con la que logr¨® un oro por equipos. En Atlanta 1996 y Sidney 2000 se puso el ch¨¢ndal de Uzbekist¨¢n, con el que ha ganado cuatro medallas mundiales en salto desde 2001. S¨®lo se lo quit¨® dos d¨ªas antes de que empezaran estos Mundiales para ponerse el alem¨¢n. "Sin la ayuda y el apoyo de la comunidad gimn¨¢stica de Alemania, mi hijo habr¨ªa muerto", explic¨®. Chusovitina mostr¨® su gratitud con una medalla de bronce.

Hoy, el ni?o est¨¢ ya en casa, aunque sometido a revisiones peri¨®dicas. Y su madre sigue compitiendo para ganarse la vida.