Genialidades muy hogare?as
La petici¨®n de que el 'Guernica' salga del Reina Sof¨ªa reabre la pol¨¦mica sobre los viajes de las obras de arte
Todos los grandes museos del mundo tienen una regla sagrada. Sus piezas estrella no salen de casa bajo ning¨²n concepto. Quien quiera contemplarlas tiene que peregrinar hasta su altar. El Prado tiene Las meninas de Vel¨¢zquez o El jard¨ªn de las delicias, de El Bosco. Toledo, El entierro del conde de Orgaz, de El Greco. El Louvre, La Gioconda; el Rijksmuseum, La ronda de noche, de Rembrandt; el Metropolitan, el retrato de Juan de Pareja pintado por Vel¨¢zquez; la Academia de Venecia, La Piedad, de Tiziano; el Reina Sof¨ªa, el Guernica, de Picasso, o La mujer en el jard¨ªn, tambi¨¦n de Picasso.
Esas reglas sagradas se apoyan sobre diferentes andamios argumentales: se?as de identidad, mal estado de las obras, peligro en el traslado. Pero muchos dicen que las reglas est¨¢n para ser rotas y en m¨¢s de una ocasi¨®n se han producido permisos de salida m¨¢s que sorprendentes. La petici¨®n del Gobierno vasco de que el Guernica sea expuesto en la ciudad cuya tragedia representa, a prop¨®sito del 70? aniversario, reabre un viejo debate sobre los pr¨¦stamos de las obras de arte.
En general, los museos de arte antiguo son los que m¨¢s definido tienen el blindaje de sus piezas se?eras. Todos tienen claro cu¨¢les son las obras que m¨¢s visitantes reciben y cu¨¢les son las que de una manera m¨¢s contundente enriquecen el museo en t¨¦rminos econ¨®micos. La rotaci¨®n, creen los responsables de museos, despista y enfada al visitante, que tiene la idea hecha de lo que va a encontrar en un centro de arte.
?Qu¨¦ es lo que no presta, por ejemplo, el Museo del Prado? El jard¨ªn de las delicias, de El Bosco. Las alegor¨ªas pintadas por este pintor flamenco son buscadas por los miles de visitantes de la pinacoteca. Casi tanto como Las meninas, de Vel¨¢zquez, otra de las obras maestras sin permiso para salir, explica Miguel Zugaza, director del Prado.
Pero si en Espa?a hay un caso intocable es El entierro del conde de Orgaz, en la capilla de Santo Tom¨¦ en Toledo. Junto a El expolio (Cristo despojado de sus vestiduras), que se exhibe en la catedral, conforman un conjunto imprescindible para conocer la obra de este genio de la escuela espa?ola.
En el Reina Sof¨ªa hay dos obras maestras cuya fragilidad aconseja que no se muevan nunca. Ambas tienen que ver con Picasso: el mural Guernica y La mujer en el jard¨ªn. "El estado de la obra es fundamental a la hora de decidir si se presta o no", explica Ana Mart¨ªnez de Aguilar, directora del Reina Sof¨ªa. "Actuamos siempre en funci¨®n de los informes de los especialistas. La tendencia general es evitar movimientos, aunque a veces el intercambio beneficia al que presta y al que recibe. Pero si la obra puede correr el menor peligro, la respuesta es siempre negativa".
Mart¨ªnez de Aguilar a?ade que todo el mundo entiende que la obra maestra es siempre lo m¨¢s importante. "Cuando realizamos la antol¨®gica de Juan Gris, faltaba escultura. Pero ¨¦l trabajaba mucho con yeso y es un material muy delicado. Tuvimos que renunciar".
El material con el que ha sido realizada la obra es muy importante para su mantenimiento. Sorprende conocer que hay piezas que el Reina Sof¨ªa no puede prestar por los materiales con los que fueron realizadas. Es el caso de Alberto S¨¢nchez con El pueblo espa?ol tiene un camino (1937), realizada en yeso; Joella (1933), realizada conjuntamente por Dal¨ª y Man Ray en yeso policromado, y Mur (1991), de Antoni T¨¤pies, un ¨®leo con cemento de extrema fragilidad.
En Holanda, el Rijksmuseum contiene la colecci¨®n de obras m¨¢s importantes del mundo de Rembrandt. A veces ha contribuido con sus fondos al enriquecimiento de alguna exposici¨®n, pero hay pocas dudas de que su Ronda de noche no ser¨¢ nunca descolgada de las paredes del museo.
No ocurre lo mismo con el Museo Van Gogh de Amsterdam. La obra del gran maestro del expresionismo viaja constantemente por todo el mundo.
Los museos nacionales italianos tienen por principio no prestar. Las obras maestras que encierran no suelen viajar. La excepci¨®n se produce cuando las piezas sirven de intercambio para exposiciones muy especiales. La delicada situaci¨®n de las obras que albergan es el argumento principal para hacer que los amantes del arte visiten los museos italianos.
Al margen del estado de las obras maestras, son muchos los centros en cuyos estatutos se recoge el acuerdo de que ¨¦stas no salgan nunca de su sede. Es el caso del Norton Simon de California o la Frick Collection de Nueva York. Son fundaciones privadas en las que los donantes de obras exigen que sus aportaciones se vean siempre en el mismo museo.El Museo del Prado no dejar¨¢ nunca 'El jard¨ªn de las delicias' o 'Las meninas'
El 'capricho' de Jackie
Si alguien habla del Louvre, autom¨¢ticamente viene a la cabeza el retrato de Mona Lisa, una de las obras cumbre del Renacimiento, pintada por Leonardo da Vinci (1452-1519). Es dif¨ªcil imaginar esa sonrisa misteriosa fuera del Louvre. El rodaje de El c¨®digo Da Vinci dentro de este gran templo del arte antiguo perturb¨® la paz de la Gioconda y fue un esc¨¢ndalo en toda Francia. La Mona Lisa es intocable. Pero no tanto. El escritor Andr¨¦ Malraux fue el responsable de una sorprendente salida del cuadro. Siendo ministro de Cultura con De Gaulle, accedi¨® a la petici¨®n de Jackie Kennedy para organizar una peque?a exposici¨®n en Washington en torno a Mona Lisa. Malraux no supo resistirse a los encantos de la entonces primera dama norteamericana. La Gioconda fue y volvi¨® en enero de 1963. No consta ninguna otra escapada posterior.
Otra importante escapada tambi¨¦n tiene que ver con Francia y con el Louvre. El pretexto fue la celebraci¨®n del A?o de Francia en Jap¨®n en 1999. Con tal motivo, Jacques Chirac permiti¨® la salida de La libertad guiando al pueblo, de Eug¨¨ne Delacroix, "un s¨ªmbolo universal de un mundo que se enfrenta a su destino y que la naci¨®n francesa ofrece a todo el mundo", dijo entonces Chirac ante la cr¨ªtica de los conservadores del Louvre.
En Espa?a, el viaje m¨¢s inesperado lo protagoniz¨® en mayo la Dama de Elche. La misteriosa Dama Ib¨¦rica, s¨ªmbolo del ideal femenino, fue realizada en el siglo IV antes de Cristo. Descubierta a finales del XIX y tras su paso por el Louvre, apenas se ha movido del Museo Arqueol¨®gico Nacional. Carmen Calvo, ministra de Cultura, autoriz¨® su salida para ser expuesta en Elche hasta el 1 de noviembre.
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