National City, santuario de los 'sin papeles'

Nick Inzunza, el alcalde de esta ciudad ubicada a s¨®lo 15 kil¨®metros de la frontera con M¨¦xico, no ve ninguna contradicci¨®n entre su obligaci¨®n de respetar la ley y del reciente bando por la que se declara a National City como "ciudad santuario" para los inmigrantes sin papeles, que no ser¨¢n perseguidos por la polic¨ªa ni mucho menos expulsados en las calles de esta urbe. "Lo que hemos hecho es algo constitucional", explic¨® Inzunza, expres¨¢ndose en un fluido espa?ol no muy com¨²n entre los pol¨ªticos estadounidenses de origen latino. "Pienso que tenemos la obligaci¨®n moral de defender a nuestros conciudadanos".

Con su acci¨®n, Inzunza puso a National City en el ojo del hurac¨¢n del debate migratorio que se da en Estados Unidos. Un debate que a nivel legislativo se expresa en las dos versiones de la reforma migratoria que se intent¨® hacer ley este a?o. Una, la de la C¨¢mara baja, m¨¢s conservadora y enfocada a penalizar a los inmigrantes. Otra, la del Senado, m¨¢s liberal y que contempla la legalizaci¨®n de varios millones de inmigrantes que han llevan a?os en el pa¨ªs. Al final, dado lo pol¨¦mico del tema en un momento previo a las elecciones del 7 de noviembre, s¨®lo hubo acuerdo entre ambas C¨¢maras para construir una valla en m¨¢s de mil kil¨®metros de la frontera.

Mientras los legisladores consum¨ªan interminables horas de debate sobre qu¨¦ era m¨¢s importante, si "fortalecer o retomar el control la frontera" -el principal argumento republicano- o ver qu¨¦ hacer con los aproximadamente 12 millones de inmigrantes indocumentados que hay en el pa¨ªs -el principal argumento dem¨®crata-, en varias ciudades de California y otros lugares de EE UU se pas¨® de la discusi¨®n a los hechos.

Manifestaciones en contra

En Escondido por ejemplo, tambi¨¦n cerca de la frontera con M¨¦xico, se aprob¨® una ley en contra de los inmigrantes, por la que se penaliza a quien alquile un apartamento a alguien sin documentos. National City hizo lo contrario. Cualquier inmigrante es bienvenido en la ciudad y ninguna autoridad local le preguntar¨¢ sobre sus papeles. Aunque m¨¢s simb¨®lica que otra cosa, la proclama del alcalde Inzunza ha generado no s¨®lo cr¨ªticas de grupos anti-inmigrantes, sino manifestaciones en contra y a favor nunca antes vistas en la historia de esta peque?a ciudad fronteriza de mayor¨ªa latina.

La declaraci¨®n de la ciudad como santuario implica que la polic¨ªa de National City no destinar¨¢ fondos u otros recursos policiales a interrogar, perseguir o detener inmigrantes sin documentos legales. Lo mismo que se aceptar¨¢ la llamada "matr¨ªcula consular" -un documento que extienden los consulados mexicanos- como medio de identificaci¨®n. Ambas pol¨ªticas ya se aplicaban antes de la proclamaci¨®n. Para los grupos anti-inmigrantes, sin embargo, esta medida est¨¢ fuera de su jurisdicci¨®n como alcalde y viola las leyes sobre inmigraci¨®n.

"Pensamos que la gran mayor¨ªa de la gente en National City y el condado de San Diego no quiere esto", se?al¨® hace unos d¨ªas Jeff Schwilk, de la organizaci¨®n Minutemen, la que se ha convertido en el referente del movimiento en contra de los inmigrantes latinos. "Alguna gente ve la declaraci¨®n de 'ciudad santuario' como una burla a las leyes", a?adi¨®.

Al caminar por National City se observan los tradicionales negocios latinos, una taquer¨ªa, una tienda de art¨ªculos generales o un sal¨®n de belleza. Nada diferente de lo que ser¨ªa un ¨¢rea latina en cualquier ciudad de California. La diferencia es que estas ¨¢reas latinas est¨¢n por toda la ciudad. Por donde se transite se encuentran latinos. National City tiene alrededor de 55.000 habitantes de los cuales m¨¢s del 60% son latinos.

"National City es el santuario de los paisas (mexicanos que viven en EE UU)", explic¨® Rodrigo Ruelas, empleado de una peluquer¨ªa ubicada en la avenida principal. En una de las paredes del sal¨®n hab¨ªa dos fotograf¨ªas, una del l¨ªder revolucionario Emiliano Zapata junto a otra de Jennifer L¨®pez. "Una cosa que diferencia a esta ciudad es que aqu¨ª no se le piden los papeles a nadie", a?adi¨®.

National City pertenece al condado de San Diego, una ciudad y regi¨®n donde predomina el Partido Republicano y donde hasta los pol¨ªticos latinos son sumamente cuidadosos en temas como el de la inmigraci¨®n. El alcalde es una de las excepciones. "Yo represento a esta ¨¢rea y no a San Diego", se?al¨® Inzunza. "Tengo claro qui¨¦n soy y de d¨®nde vengo. Soy el ¨²nico pol¨ªtico latino que est¨¢ abiertamente a favor de los inmigrantes".

Algunos cr¨ªticos del alcalde se?alan que Inzunza hizo la proclamaci¨®n de santuario ¨²nicamente como gesto de salida, porque termina su periodo en noviembre. Para los activistas en pro de los inmigrantes sin embargo, m¨¢s all¨¢ de cu¨¢les hayan sido las motivaciones del alcalde, lo importante es que haya dado la proclama.

"El mensaje que se ha enviado es que en National City no se tolerar¨¢ el racismo", se?al¨® Enrique Morones, de la organizaci¨®n ?ngeles de la Frontera y uno de los activistas que apoyaron a Inzunza durante una manifestaci¨®n en la cual estuvieron a punto de enfrentarse grupos en pro de los inmigrantes con miembros de los Minutemen. "La declaraci¨®n fue innecesaria e irresponsable", se?al¨® en su momento Ron Morrison, miembro del consejo municipal.

Los empresarios latinos de National City ven con buenos ojos la declaraci¨®n de santuario. "El mensaje que se env¨ªa es que aqu¨ª se le da refugio a los inmigrantes, que aqu¨ª pueden sentirse seguros", detall¨® Jos¨¦ Rodr¨ªguez, de 46 a?os y propietario de un negocio de venta de electrodom¨¦sticos. "El alcalde tiene el apoyo de los latinos".

Al salir de National City e ingresar a una de las autopistas que van al norte, hacia San Diego, y Los ?ngeles, es f¨¢cil encontrarse con un veh¨ªculo de la Patrulla Fronteriza, que rara vez entran en la ciudad. Un poco m¨¢s all¨¢, en la autopista, un veh¨ªculo de la Patrulla ordenaba detenerse a un viejo autom¨®vil en el cual viajaban dos sujetos de aspecto latino. El "santuario" -real o simb¨®lico- que ofrece National City termina al dejar la ciudad.