Espacio unilateral
La influencia neoconservadora no est¨¢ en retirada en la Administraci¨®n de Bush, a juzgar por la firma por el presidente de la Pol¨ªtica Nacional Espacial de EE UU, la primera oficial en la ¨²ltima d¨¦cada. La superpotencia, en tonos cuasi imperiales, no admitir¨¢ limitaci¨®n alguna al desarrollo de sus capacidades en el espacio, y denegar¨¢ el acceso a cualquier entidad "hostil para los intereses" de EE UU (aunque algunas, ante la superioridad tecnol¨®gica, libren guerras asim¨¦tricas, como el nuevo terrorismo). Parece calculado que la Casa Blanca haya desvelado ahora, en plena fiebre electoral y tras el fracaso que ha supuesto la prueba nuclear norcoreana, esta nueva pol¨ªtica que Bush ya suscribi¨® en agosto.
La nueva pol¨ªtica est¨¢ muy pr¨®xima al documento que hab¨ªa elaborado en el Senado Donald Rumsfeld en 2001, poco antes de ser nombrado secretario de Defensa. Entonces, alertaba de que EE UU no hab¨ªa dado los pasos necesarios para "desarrollar sus capacidades y mantener y asegurar su superioridad" esencial en el espacio, y apuntaba al temor a un "Pearl Harbour espacial" que dejara ciego a Estados Unidos. Ahora, en la parte desclasificada de la nueva directiva presidencial, se afirma que "la libertad de acci¨®n en el espacio es tan importante para EE UU como el poder¨ªo a¨¦reo y mar¨ªtimo", lo que ya se dec¨ªa en el informe Rumsfeld.
El buen uso del espacio se ha convertido en algo indispensable para el funcionamiento de toda econom¨ªa y Estado avanzados. Todos, militares y civiles, dependemos ahora de los sat¨¦lites, y cualquier amenaza en ese ¨¢mbito ata?e, efectivamente, a intereses vitales. La carrera espacial tiene adem¨¢s una dimensi¨®n civil y comercial que este documento pretende tambi¨¦n impulsar para EE UU. Como sucede con las armas y las pruebas nucleares, la regulaci¨®n de la actividad en el espacio deber¨ªa ser objeto de tratados internacionales. EE UU perder¨ªa en libertad, pero ganar¨ªa en seguridad com¨²n.
Pero esta Administraci¨®n se niega a verse atada por tales acuerdos, aunque acabe as¨ª impulsando lo que puede ser la militarizaci¨®n del espacio. Este nuevo documento alimenta la sospecha de que EE UU est¨¢ desarrollando este tipo de armas, m¨¢s all¨¢ de las que pueden servir para defensa contra misiles bal¨ªsticos. En octubre pasado, EE UU fue el ¨²nico pa¨ªs de la ONU en oponerse a abrir negociaciones para prohibir las armas en el espacio. El unilateralismo neoconservador ha subido ahora al espacio.
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