Colesterol fuera de control
El 73% de los pacientes sigue alg¨²n tratamiento, pero s¨®lo uno de cada tres est¨¢ bien tratado
Uno de cada cuatro pacientes que acude a las consultas de atenci¨®n primaria tiene el colesterol o los triglic¨¦ridos por encima de los niveles recomendados. Aunque el 73% est¨¢ tratado con alg¨²n medicamento, s¨®lo uno de cada tres est¨¢ correctamente controlado. Estos datos proceden del estudio Hispalipid, el an¨¢lisis m¨¢s completo hasta la fecha de la situaci¨®n del colesterol en Espa?a realizado con 33.913 pacientes de 164 centros ambulatorios de todas las comunidades aut¨®nomas y que ha desvelado otro dato muy esclarecedor. "Los m¨¦dicos creen que casi un 45% de sus enfermos con colesterol elevado est¨¢ bien tratado, mientras que los datos han certificado que realmente s¨®lo el 33% lo est¨¢", asegura Jos¨¦ Ram¨®n Banegas, epidemi¨®logo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
"No se trata de luchar contra el colesterol, sino de tratar a la persona", dice un cardi¨®logo
Los m¨¦dicos creen err¨®neamente que est¨¢n bien tratados un 45% de sus enfermos
La dislipemia o hipercolesterolemia constituye uno de los factores de riesgo cardiovascular m¨¢s importantes, junto con la hipertensi¨®n arterial, la obesidad, el tabaco o la diabetes. Los datos del estudio pueden tener una gran trascendencia para la prevenci¨®n de las enfermedades cardiovasculares, que en Espa?a son la primera causa de muerte y representan el 34% de todas las defunciones. "La hipercolesterolemia es uno de los par¨¢metros de riesgo modificables sobre el que m¨¢s se puede influir y cuya normalizaci¨®n comportar¨ªa un gran beneficio sociosanitario, al disminuir la tasa de morbimortalidad por causa cardiovascular", subraya Pedro Mata, de la Unidad de L¨ªpidos de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid.
El colesterol es un elemento clave en la progresi¨®n de la enfermedad cardiovascular. En esto coinciden Emilio Luengo, cardi¨®logo del hospital General de la Defensa de Zaragoza, y Pedro Mata. "Es, junto al tabaco, uno de los factores de riesgo m¨¢s determinantes. Seg¨²n los datos del estudio Interheart, la asociaci¨®n de colesterol y tabaco es capaz de predecir el riesgo de infarto de miocardio en un 66%", explica Mata.
Sin embargo, seg¨²n apunta Manuel Taboada, del Grupo de L¨ªpidos de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria y de la de Cardiolog¨ªa, tan importante es manejar el colesterol como los otros factores de riesgo. "Hablamos de riesgo cardiovascular global porque la enfermedad cardiovascular es multifactorial; todos los elementos juegan una funci¨®n rese?able", asegura Taboada. "No se trata de luchar contra las cifras de colesterol o de presi¨®n arterial, sino que hay que tratar globalmente a la persona", a?ade Luengo.
Las gu¨ªas establecen que el l¨ªmite de colesterol total (LDL + HDL), que se obtienen mediante un sencillo an¨¢lisis de sangre, se deben situar por debajo de 200 miligramos por decilitro (mg/dl). El colesterol LDL o malo es el que forma parte de las placas de aterosclerosis que van obstruyendo los vasos sangu¨ªneos y es un par¨¢metro de mayor valor para evaluar el riesgo de enfermedad cardiaca que el colesterol total. El HDL o colesterol bueno, cuando est¨¢ dentro de sus valores deseables, ayuda a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca; sin embargo, cuando se encuentra por debajo de la normalidad, aumenta el riesgo de cardiopat¨ªa.
Este incorrecto control del colesterol malo se acent¨²a a medida que el paciente presenta m¨¢s factores de riesgo asociados. "Se manejan peor los pacientes con mayor riesgo cardiovascular (aquellos con enfermedad cardiovascular y dos o m¨¢s factores de riesgo asociados) que los que tienen menos peligro cardiovascular (los que no tienen ni enfermedad cardiovascular y menos de un factor de riesgo). Un 15,1% frente a casi un 58,5%", explica Banegas.
As¨ª lo confirma un trabajo que aparece este mes en la revista Atherosclerosis que muestra que los enfermos con un riesgo cardiovascular entre moderado y alto son los peor controlados en cuanto a sus cifras de colesterol LDL. Para Pedro Mata, este hecho es bastante l¨®gico, "porque son ¨¦stos los m¨¢s dif¨ªciles de tratar. Si s¨®lo existe una hipercolesterolemia, es m¨¢s viable controlar al enfermo, mientras que en los que tienen un riesgo mayor, la situaci¨®n es mucho m¨¢s compleja; hay que aumentar las dosis de los f¨¢rmacos e incluso emplear medicamentos asociados. Resulta dif¨ªcil conseguir los objetivos terap¨¦uticos en los pacientes de alto riesgo". Sobre todo, como reconoce Taboada, "porque en estos casos los objetivos de las gu¨ªas de tratamiento son mucho m¨¢s ambiciosos". El riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular es continuo y constante, "no se inicia en el momento en el que se sobrepasa una determinada cifra", indica Banegas. Por eso, a los especialistas les preocupa saber que, adem¨¢s de haber una de cada cuatro personas con cifras de colesterol altas que no reciben tratamiento alguno -ni tampoco medidas diet¨¦ticas o farmacol¨®gicas-, del 73% que s¨ª recibe tratamiento, dos de cada tres no est¨¢ controlado.
"El control sigue siendo bajo, aunque se sit¨²a a un nivel similar al de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea o Estados Unidos", explica Emilio Luengo, para quien el camino a seguir es concienciar a la poblaci¨®n sobre la importancia que tienen el tratamiento, farmacol¨®gico o no, en estos pacientes. "Adem¨¢s de ser beneficioso desde un punto de vista cl¨ªnico, tambi¨¦n lo es econ¨®micamente. Prevenir mediante la modificaci¨®n de los h¨¢bitos de vida es barato y eficaz", se?ala este cardi¨®logo. En esto coincide Pedro Mata. "El pilar del tratamiento es un estilo de vida saludable y, cuando sea preciso, el tratamiento con f¨¢rmacos que ya han demostrado su efectividad. As¨ª se pueden alcanzar los objetivos terap¨¦uticos marcados por las gu¨ªas en todos los grupos de pacientes".
Adem¨¢s de la falta de control en los centros ambulatorios, ¨¦ste est¨¢ sobrestimado por la mayor¨ªa de los profesionales sanitarios. "Las recomendaciones internacionales para el control del colesterol -espa?olas, europeas y americanas- establecen que se deben lograr cifras de colesterol LDL de 160 mg/dl en los pacientes con menos de un factor de riesgo; de 130 en aquellos con m¨¢s de dos factores de riesgo, y de 100 en los que tienen enfermedad coronaria o patolog¨ªas con riesgo equivalente. Sin embargo, en muchos casos no se alcanzan", explica Mata.
El estudio ha identificado algunas posibles variables que podr¨ªan dificultar el seguimiento de las recomendaciones terap¨¦uticas: falta de concienciaci¨®n, de familiaridad con las gu¨ªas e incluso de acuerdo con lo que proponen.
Algunos trabajos previos suger¨ªan que s¨®lo un 9% de los m¨¦dicos de familia espa?oles coinciden con los objetivos que establecen las gu¨ªas. Para Manuel Taboada, aun reconociendo que las gu¨ªas plantean objetivos muy ambiciosos y que hay serias dificultades para trasladar a la cl¨ªnica diaria los datos de los ensayos cl¨ªnicos, "existe un escepticismo por parte de los m¨¦dicos relacionado con la importancia de lograr las cifras exactas delimitadas en las gu¨ªas. Por ejemplo, si el objetivo es un LDL de 160, y se ha alcanzado los 180 y el paciente se encuentra bien, se dar¨¢ por bueno".
Insistir, insistir e insistir
Canarias, Murcia y Catalu?a son las comunidades con una mayor prevalencia de dislipemia, mientras que Cantabria y Asturias las de menor, de acuerdo con los resultados del estudio Hispalipid que se acaban de publicar. Un dato llamativo es que esta distribuci¨®n de la hipercolesterolemia no se ajusta al patr¨®n de mortalidad por enfermedad cardiovascular existente por autonom¨ªas, el denominado patr¨®n mediterr¨¢neo. "No se conocen con exactitud las razones de este patr¨®n y posiblemente sea el resultado de una interacci¨®n multifactorial y dif¨ªcilmente explicable por un solo factor de riesgo, como es la existencia de dislipemias", aseguran los autores del estudio publicado en Medicina Cl¨ªnica.
El problema de la hipercolesterolemia, seg¨²n Jos¨¦ Ram¨®n Banegas, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, es que no presenta s¨ªntomas, aunque sus consecuencias son muy graves si no se ataja a tiempo. "Sobre todo si tiene en cuenta que la mayor¨ªa de ellos -el 86,8%, seg¨²n el estudio- presentan otro factor de riesgo cardiovascular asociado". Por eso, Banegas considera ineludible una toma de conciencia sobre esta situaci¨®n con el fin de actuar en los fen¨®menos subcl¨ªnicos o fases muy iniciales con medidas tan sencillas y baratas como la dieta o la educaci¨®n.
Adem¨¢s, existen herramientas suficientes para controlar el colesterol. "Disponemos de medicamentos que han demostrado eficacia en la reducci¨®n de las cifras de colesterol y est¨¢n en ciernes otros que, adem¨¢s de reducir el colesterol LDL, aumentan el HDL y mejoran el s¨ªndrome metab¨®lico", asegura Emilio Luengo, del hospital General de la Defensa de Zaragoza. Seg¨²n este cardi¨®logo, el papel de las sociedades cient¨ªficas, como la de cardiolog¨ªa, es "insistir, insistir e insistir en la trascendencia del control del colesterol".
Pero no conviene olvidar el papel del paciente. Manuel Taboada, del Grupo de L¨ªpidos de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria y de la de Cardiolog¨ªa, explica que el enfermo es, en ocasiones, "la principal dificultad cuando tratamos de trasladar a la pr¨¢ctica cl¨ªnica los objetivos terap¨¦uticos. No s¨®lo hablamos de adhesi¨®n al tratamiento; tambi¨¦n del coste de los medicamentos". Sin embargo, como indica Mata, hay f¨¢rmacos gen¨¦ricos financiados por el Sistema Nacional de Salud.
Banegas cree que el estudio puede servir de advertencia a los m¨¦dicos sobre la alta prevalencia de pacientes con colesterol elevado no controlado y su percepci¨®n err¨®nea sobre su manejo. "Cuando hemos preguntado a los m¨¦dicos nos han contestado que el 44% creen que mantienen una vigilancia adecuada de las cifras de colesterol".
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