Arrodillada ante enanos
Los neoyorquinos Mabou Mines presentan en el Festival de Oto?o su singular adaptaci¨®n de la opresi¨®n de Nora en 'Casa de mu?ecas'
El tr¨¢gico portazo de Nora Helmer a su marido y sus hijos no es s¨®lo uno de los finales m¨¢s c¨¦lebres de la historia del teatro sino una referencia de la historia del feminismo. Henrik Ibsen, un hombre de costumbres conservadoras y pluma subversiva, jam¨¢s pens¨® que su obra Casa de Mu?ecas llegar¨ªa a ser un s¨ªmbolo de la lucha por la liberaci¨®n de la mujer. Probablemente al dramaturgo noruego (de cuya muerte se cumple este a?o el centenario) tambi¨¦n le hubiera sorprendido ver c¨®mo a principios del siglo XXI sus personajes masculinos est¨¢n interpretados por actores enanos y los femeninos por mujeres enormes. La opresi¨®n que sufre Nora, tragic¨®mica mu?eca de escalas gigantescas que s¨®lo sabe rebajarse ante su diminuto marido, sigue latiendo.
Para muchos el actor Mark Povinelli, uno de los int¨¦rpretes, es un Belmondo en miniatura
La compa?¨ªa neoyorquina Mabou Mines, dirigida por Lee Breuer, estrena esta noche en el teatro Espa?ol -hasta el 29 de octubre y dentro del Festival de Oto?o de Madrid- su singular versi¨®n Mabou Mines Dollhouse. Los cr¨ªticos de The New York Times o Le Monde han subrayado la violencia visual de la adaptaci¨®n, su rotundidad "pol¨ªtica", su "fascinaci¨®n hipn¨®tica". Lee Breuer, con una gorra negra, la piel tostada y una contenida tensi¨®n en los pu?os, explica su visi¨®n del cl¨¢sico: "Quiz¨¢ es importante recordar que nuestra compa?¨ªa no naci¨® en teatros, sino en galer¨ªas de arte y en museos, crecimos en el performance. Para m¨ª es fundamental que los alegatos pol¨ªticos sean visualmente rotundos, no caer en la ret¨®rica. Aqu¨ª vemos a una mujer que literalmente no encaja, que tiene que forzar su cuerpo y sus gestos para adaptarse a un mundo hecho a medida de su marido. Pero ojo, hablamos de una tragedia en la que ambos est¨¢n limitados, no s¨®lo Nora".
"Las relaciones de poder en la pareja no son algo del pasado", apunta la actriz principal, Maude Mitchell, que se pasa un 80% de la obra de rodillas. Ella y Breuer se interrumpen al hablar. La actriz calla ante el ¨ªmpetu expresivo de un director que rechaza los halagos: "S¨ª, hemos tenido cr¨ªticas muy buenas pero podr¨ªa nombrarle sitios donde han sentido un rechazo brutal por la pieza. En el sur de Estados Unidos y en Israel no gustamos nada. La obra incluso molest¨®. Son sociedades fuertemente patriarcales. Pens¨¦ que en Australia pasar¨ªa lo mismo, pero curiosamente fue al contrario. Es una sociedad de machos pero no de patriarcas. Diferencia importante".
El poder que ejerce un hombre sobre una mujer a la que llega por la cintura, su capacidad para empeque?ecerla y humillarla, su miserable ego¨ªsmo. Margo Jefferson escribi¨® el d¨ªa despu¨¦s del estreno neoyorquino de la obra: "En la sala de butacas escuch¨¦ la dolorosa risa de los que se reconoc¨ªan a s¨ª mismos. ?Qui¨¦n no ha visto a una mujer convertirse en una idiota para lograr algo que necesita de un hombre poderoso? ?Qui¨¦n puede negar que alguna vez ha amado a alguien que acab¨® siendo un enano emocional?".
"Es cierto", dice Breuer, "en esta obra los espectadores no saben si re¨ªr o llorar". Las sillitas del sal¨®n vuelan en violentos arrebatos y los cuerpos desnudos de la pareja muestran una grotesca tensi¨®n sexual: "Bizarro. ?Bu?uel dirige a Bergman!", exclama el director. Un final de ¨®pera bufa llena el escenario de marionetas. "Quer¨ªa m¨²sica... la del melodrama. ?Circo? No es un circo con enanos", a?ade. "Fellini utilizaba el mundo del circo, le fascinaba, pero no nos vend¨ªa un circo, nos vend¨ªa la vida real. Y estos actores son grandes actores". Para muchos Mark Povinelli, que interpreta a Torvald Helmer, es un Belmondo en miniatura. Breuer replica: "Estos actores son guapos, sexys... y ahora mismo existe en Estados Unidos una corriente para sacar a las personas peque?as de la marginalidad y reivindicarles en la vida pol¨ªtica y social". Antes de terminar, Breuer cae en ¨²ltimo detalle: los falsos acentos n¨®rdicos que utilizan sus actores: "?Sabe? Chaplin en El gran dictador no interpret¨® a Hitler con acento alem¨¢n sino yiddish. Una genial vuelta de tuerca".
Babelia
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