En la aurora de la modernidad
Con el comisariado de Stephan Koja, conservador del Museo Belvedere, de Viena, la Fundaci¨®n Juan March presenta una gran exposici¨®n fundamentalmente dedicada a Gustav Klimt (Viena, 1862-1918), pero con la interesante peculiaridad de centrar la atenci¨®n sobre el Friso de Beethoven, obra crucial ejecutada en 1902 con motivo de la XIV Exposici¨®n de la Sezessi¨®n vienesa y ya por s¨ª misma merecedora de una convocatoria monogr¨¢fica. Junto a la exhibici¨®n de este archifamoso Friso, se pueden tambi¨¦n contemplar decenas de dibujos de Klimt, relacionados con esta grandiosa obra, pero tambi¨¦n con los de las destruidas alegor¨ªas de la Medicina, Jurisprudencia y Filosof¨ªa, que concluy¨® en 1907 para las respectivas facultades de la nueva sede de la Universidad de Viena. A este esmerado conjunto, todav¨ªa hay que a?adir otras obras del propio Klimt -¨®leos, bocetos, cuadernos de apuntes, carteles, revistas, etc¨¦tera-, as¨ª como de algunos de sus contempor¨¢neos, entre los que destaca la presencia de la versi¨®n reducida de la estatua sobre Beethoven realizada por Max Klinger. Aunque de forma muy sumaria y con mera intenci¨®n indicativa, me parece oportuno dar cuenta del contenido de esta muestra, no s¨®lo para que, a trav¨¦s de esta informaci¨®n, se tenga noticia de su ambici¨®n y calado, sino porque, quiz¨¢, sirva como adelanto explicativo de lo que la inspira y se refleja en el t¨ªtulo argumental de la convocatoria.
LA DESTRUCCI?N CREADORA. Gustav Klimt, el friso de Beethoven y la lucha por la libertad del arte
Fundaci¨®n Juan March
Castell¨®, 77. Madrid
Hasta el 14 de enero de 2007
Desde hace aproximadamente un cuarto de siglo, hemos asistido a la progresiva reivindicaci¨®n de la memoria cultural de la Viena finisecular, no s¨®lo por la proliferaci¨®n en ella de un aluvi¨®n de genios en todos los ¨®rdenes, incluido el cient¨ªfico, sino por lo que ese mundo represent¨® de incomparable ejemplo del formidable cambio que, a partir de entonces, padeci¨® Occidente. Que al poco de morir Klimt, el que fuera uno de los imperios m¨¢s grandes, poderosos y antiguos de Europa se convirtiera en una peque?a y vulnerable naci¨®n, la actual Austria, no sin que todav¨ªa hoy sigamos apurando sus tr¨¢gicas consecuencias, es, en definitiva, la demostraci¨®n de que lo antes afirmado es todo menos ret¨®rico. En cualquier caso, restringi¨¦ndonos al campo de lo art¨ªstico, se explica que, m¨¢s o menos coincidiendo con el centenario de esa Viena finisecular, se hayan prodigado las exposiciones conmemorativas en todas partes, y, asimismo, en nuestro pa¨ªs, como la propia Fundaci¨®n Juan March, entre otras instituciones p¨²blicas y privadas espa?olas, ya lo hicieron cierto tiempo atr¨¢s. Ciertamente, todo esto est¨¢ en la memoria de los aficionados espa?oles, pero, si ahora lo rememoramos, es para aquilatar, en su verdadera medida, la importancia de la actual convocatoria.
No es, desde luego, una
cuesti¨®n balad¨ª que se exhiba en Madrid el Friso de Beethoven, que se conserva en el Museo Belvedere de Viena, pero no s¨®lo por las obvias razones t¨¦cnicas que dificultan un pr¨¦stamo de esta categor¨ªa, sino por la enorme significaci¨®n simb¨®lica de la obra, que constituy¨® un hito en muy diversos niveles. En primer lugar, en la trayectoria biogr¨¢fica y art¨ªstica de Klimt, que entonces dio el giro decisivo que lo convirti¨® en uno de los principales heraldos del siglo XX; pero tambi¨¦n, en segundo y sucesivos lugares, porque constituy¨® un acontecimiento en el nuevo arte austriaco y europeo haciendo definitivamente triunfar al que nosotros llamamos arte modernista. Todav¨ªa m¨¢s: el Friso reactualiza ese gran tema rom¨¢ntico de la Gesamtekunstwerk u "obra de arte total", que, desde R¨¹nge a Wagner, se convirti¨® en el santo y se?a de la modernidad, y as¨ª lo sigui¨® siendo despu¨¦s, durante la etapa de las vanguardias hist¨®ricas del XX -caso de Bauhaus-, hasta llegar a hoy, como podr¨¢ comprobarlo quien asista a cualquier espectacular macroconcierto pop actual. Aunque se puedan deshilvanar muchos m¨¢s hilos en esta historia de reuni¨®n de todas las artes, creo que basta con lo apuntado para acreditar la muy densa y compleja significaci¨®n que hay tras el friso decorativo de Klimt.
Por lo dem¨¢s, que acompa?en al Friso de Beethoven las decoraciones aleg¨®ricas de las facultades de la Universidad de Viena, cuya destrucci¨®n durante la pasada guerra mundial ha sido ahora paliada con su reproducci¨®n a escala, tiene el sentido de ahondar sobre el momento cr¨ªtico del impacto cultural que produjo toda esta nueva reorientaci¨®n revolucionaria del arte en el declinante Imperio Austro-h¨²ngaro y en todo el mundo occidental. Nos hallamos, as¨ª, pues, emplazados en el punto de ignici¨®n de la "destrucci¨®n-creaci¨®n", vista, a trav¨¦s de la hechizante personalidad y obra de uno de sus protagonistas, pero con las notas de referencias precisas para que complementariamente podamos reconstruir el contexto de este vasto drama moderno y/o de lo moderno.
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