Rusia, democracia de baja intensidad
"Una democracia de baja intensidad en la que despuntan por doquier espasmos autoritarios". ?ste es el diagn¨®stico que Carlos Taibo efect¨²a sobre la realidad de Rusia en la era de Vlad¨ªmir Putin. El actual l¨ªder del Kremlin -que a veces parece la ant¨ªtesis de su predecesor, Bor¨ªs Yeltsin- no acaba de perder sus reflejos de antiguo oficial del KGB (un pasado del que se enorgullece), ha acabado con la libertad de expresi¨®n que se abri¨® paso con la perestroika, no entiende ni consiente la separaci¨®n de poderes, es implacable con sus enemigos, intenta recuperar influencia en el espacio sovi¨¦tico y promueve un nacionalismo ruso que favorece brotes de xenofobia y que, hacia el exterior, tiene en el gas y el petr¨®leo sus mejores armas para exigir respeto a Europa y Estados Unidos. Basta con ver c¨®mo fue recibido en la reciente cumbre de la Uni¨®n Europea en Helsinki.
RUSIA EN LA ERA DE PUTIN
Carlos Taibo
Los Libros de la Catarata
Madrid, 2006
320 p¨¢ginas. 19 euros
?sta es la realidad que Carlos Taibo, tal vez el principal especialista espa?ol en los ¨²ltimos 20 a?os de la historia rusa, aborda en su ¨²ltimo libro. Con ¨¦l viene a cerrar un ciclo, iniciado en 1989 con La Uni¨®n Sovi¨¦tica de Gorbachov y continuado en 2000 con La explosi¨®n sovi¨¦tica, con una derivaci¨®n en 2005 hacia la situaci¨®n en el C¨¢ucaso Norte (El conflicto de Chechenia).
Como en los casos anteriores, este profesor de ciencia pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, colaborador de diversos medios de comunicaci¨®n (entre ellos, EL PA?S y la Cadena Ser), efect¨²a un repaso sistem¨¢tico de la realidad rusa. El resultado se sit¨²a a mitad de camino entre el an¨¢lisis acad¨¦mico y el manual did¨¢ctico, sin renunciar al af¨¢n divulgador y, si acaso (probablemente porque ni siquiera lo pretende), con cierto d¨¦ficit de pasi¨®n y de reflejo desde el terreno de la vida cotidiana, el mejor espejo de lo que se cuece en este gigantesco pa¨ªs bicontinental que, con Putin, y gracias a la energ¨ªa, vuelve a pisar fuerte en el mundo.
En los ¨²ltimos a?os se est¨¢
propagando por Occidente la idea de que Rusia vivi¨®, con Yeltsin, una explosi¨®n de libertades mal administradas, de descontrol en la acci¨®n de Gobierno, de arbitrariedad que imped¨ªa conocer siquiera el rumbo que segu¨ªa el pa¨ªs, de inestabilidad pol¨ªtica y econ¨®mica, de desmembraci¨®n social y de empobrecimiento de una poblaci¨®n privada del paraguas estatal sovi¨¦tico y sometida a los azares de un capitalismo salvaje que profundizaba hasta el horror en la pobreza y la desigualdad.
Ese mismo pensamiento convierte la era de Putin en el contrapunto de aquella etapa confusa y atribuye al nuevo presidente el m¨¦rito de haber puesto orden en el caos, mejorado el nivel de vida y marcado la senda de la regeneraci¨®n, a costa, eso s¨ª, de un autoritarismo liberticida imposible de confundir con lo que se suele entender al Oeste como democracia. A juzgar por los resultados electorales de Putin y por los ¨ªndices de popularidad que mantiene, ese an¨¢lisis es compartido por la mayor¨ªa de sus compatriotas. Taibo no comparte plenamente esta visi¨®n y concluye que sigue sin resolverse de forma clara el interrogante de si Putin es el pr¨®logo de una era o el ep¨ªlogo de otra. Y llega a dos conclusiones: que no ha habido un cambio del r¨¦gimen surgido en 1991 tras la explosi¨®n de la URSS y que, entre los periodos de Yeltsin y Putin, hay m¨¢s continuidad de lo que a simple vista parece.
Es leg¨ªtimo preguntarse si Putin tendr¨ªa hoy el perfil y la influencia interna y externa de que goza en el caso de que el petr¨®leo y el gas no hubieran multiplicado por seis o por siete los precios que llegaron a tener con Yeltsin y que provocaron crisis financieras que arruinaron repetidamente a una poblaci¨®n que vio desvanecerse los ahorros que no ten¨ªan debajo del colch¨®n. Ah¨ª se ver¨ªa si Putin es un mago o un tipo con suerte.
Taibo analiza los diversos aspectos de la realidad, con sus pros y sus contras (m¨¢s de los ¨²ltimos que de los primeros), refleja que Rusia sigue siendo un gigante con pies de barro y desmonta algunos de los mitos, como el de que la de Putin es una presidencia fuerte y que el Estado tambi¨¦n lo es. "Cabe recelar muy mucho", se?ala, "de que la vertical del poder perviva en un escenario en exceso dependiente de las personas singulares y de las pol¨ªticas clientelares", por no hablar de las tendencias incontrolables que a veces se producen en el complejo espacio territorial y ¨¦tnico.
La prueba de fuego ser¨ªa
que la actual l¨ªnea sobreviva con otro presidente, si ser¨¢ posible un putinismo sin Putin. El antecedente es que, a¨²n sin ruptura, no hubo un yeltsinismo sin Yeltsin. En ese contexto, cabe preguntarse si, consciente de que su proyecto queda a medio hacer, no optar¨¢ Putin por dejarse convencer para que un Parlamento hecho a su medida reforme la Constituci¨®n y le permita optar a un tercer mandato para completar el trabajo.
El principal m¨¦rito del libro de Taibo, que recomiendo sin reservas, es que ofrece las claves para comprender, no s¨®lo d¨®nde est¨¢ Rusia, sino hacia d¨®nde se dirige, aunque ese destino se halle repleto de incertidumbres. Y tambi¨¦n que, incluso el no iniciado, puede encontrar la informaci¨®n m¨¢s sustancial de aspectos tan diferentes como la articulaci¨®n territorial, el desmantelamiento del paraguas protector sovi¨¦tico (sanidad, educaci¨®n, vivienda...), el papel de las fuerzas armadas, la herida chechena o la pol¨ªtica exterior.
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