Las dos Am¨¦ricas
A mediados de los noventa, periodistas, polit¨®logos y soci¨®logos de Estados Unidos comenzaron a hablar de las dos Am¨¦ricas. No se refer¨ªan a la blanca y la negra, la rural y la urbana, la del Norte y del Sur, la del Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico, sino a aquellas que protagonizaban las batallas culturales y pol¨ªticas del momento: la Am¨¦rica conservadora y la Am¨¦rica liberal. Un progresista moderado y pragm¨¢tico como Bill Clinton presid¨ªa entonces un Estados Unidos en paz con el mundo y en su mejor momento econ¨®mico, pero ello no imped¨ªa que la derecha cristiana lanzara a diario feroces acometidas contra el aborto, los homosexuales o el darwinismo.
Esa escisi¨®n entre las dos Am¨¦ricas es el fen¨®meno cardinal de la historia estadounidense de los ¨²ltimos treinta a?os, como confirma la lectura de El gigante inquieto, de James T. Patterson, profesor em¨¦rito de Historia en la Brown University. Si la Am¨¦rica liberal se renov¨® con la revoluci¨®n sexual y de costumbres de los a?os sesenta y primeros setenta del siglo XX, la conservadora lo hizo poco despu¨¦s con el renacimiento de la religiosidad evang¨¦lica, el fen¨®meno de los born again christians.
EL GIGANTE INQUIETO. Los Estados Unidos de Nixon a G. W. Bush
James T. Patterson
Cr¨ªtica. Barcelona, 2006
668 p¨¢ginas. 29,90 euros
Patterson arranca su historia de los ¨²ltimos treinta a?os estadounidenses con la noche del 8 de agosto de 1974, cuando, p¨¢lido y extenuado, Richard Nixon anunci¨® en televisi¨®n que dimit¨ªa. Era la amarga guinda de un periodo turbulento marcado por los asesinatos de los hermanos Kennedy y Martin Luther King, las revueltas de negros y j¨®venes, la humillaci¨®n de Vietnam y Watergate.
Camelot estaba definitivamente perdido para los norteamericanos, pero el alivio de la dimisi¨®n de Nixon parec¨ªa anunciar un tiempo nuevo. Tras el par¨¦ntesis de la presidencia dem¨®crata de Jimmy Carter, ese tiempo nuevo emergi¨® en 1980 con la conquista de la Casa Blanca por el republicano Ronald Reagan, en base a un programa de lucha contra las drogas, el aborto y la pornograf¨ªa y de recuperaci¨®n del poder¨ªo estadounidense. Reagan, un gran comunicador, invent¨®, se?ala Patterson, la categor¨ªa del conservador jovial. Fracas¨® en Oriente Pr¨®ximo, pero, con la inestimable colaboraci¨®n de Gorbachov, gan¨® la guerra fr¨ªa. Muchos estadounidenses le recuerdan con cari?o.
El espinazo popular de las dos
presidencias de Reagan fue la derecha cristiana, el movimiento "en pro de la vida, la familia, la moral y la naci¨®n estadounidense", que alentaban reverendos como Jerry Falwell, Pat Robertson o Jim Bakker. Dos de aquellos cruzados, recuerda Patterson, fueron sorprendidos en flagrante pecado: Jimmy Swaggart, entrando con una prostituta en un motel, y Jim Baker, sosteniendo relaciones ad¨²lteras con su secretaria. Pero ello no impidi¨® que dejaran un legado duradero, el que hoy asumen los neocon de George W. Bush. Hace ya cinco lustros, Falwell dec¨ªa cosas tan actuales como ¨¦sta: "Un l¨ªder pol¨ªtico es, como un ministro de Dios, un vengador llamado a hacer la guerra a quienes hacen el mal. Nuestro gobierno tiene derecho a emplear su armamento para hacer caer nuestra c¨®lera sobre quienes cometan perversidades".
Escrito con estilo ameno y directo, este libro no se ci?e a la pol¨ªtica, sino que ofrece un amplio fresco de la vida estadounidense de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. En ¨¦l tambi¨¦n aparecen Tom Wolfe, Travolta, Woody Allen, Bill Cosby, Spielberg, Madonna, Michael Jordan, O. J. Simpson, Bill Gates, Ophra Winfrey y otras celebridades de la cultura, el espect¨¢culo y la econom¨ªa norteamericanas. Patterson cuenta muy bien c¨®mo EE UU se ha ido convirtiendo en una sociedad del espect¨¢culo. All¨ª no s¨®lo el cine y la televisi¨®n, sino la pol¨ªtica, el periodismo, la religi¨®n, el delito y, por supuesto, la vida de los ricos y famosos ya son, ante todo, show business.
En ese periodo han persistido lacras tan norteamericanas como las diferencias raciales, el culto a las armas y la pena de muerte, y se han exacerbado otras, como el consumismo convertido en "logoman¨ªa". Pero la econom¨ªa de EE UU ha evidenciado una extraordinaria capacidad de recuperaci¨®n tras la crisis de los setenta. En este resurgir, se?ala Patterson, fueron decisivos la revoluci¨®n inform¨¢tica, la incesante afluencia de inmigrantes -ahora latinoamericanos y asi¨¢ticos-, la laboriosidad de sus gentes y la extensi¨®n del librecambio.
En los ¨²ltimos a?os del siglo XX, Estados Unidos era un pa¨ªs m¨¢s bien feliz. La econom¨ªa crec¨ªa y creaba empleo, la delincuencia se reduc¨ªa, las mujeres y las minor¨ªas mejoraban sus posiciones... Ganada la guerra fr¨ªa, el gigante no ve¨ªa peligros serios en el horizonte internacional, y otro presidente simp¨¢tico y optimista como Reagan, aunque ¨¦ste un liberal templado, ocupaba la Casa Blanca.
Bill Clinton rebaj¨® los impuestos a las clases medias, mantuvo un sa
ludable equilibrio en las finanzas federales, reforz¨® el n¨²mero de polic¨ªas en las calles y estuvo en sinton¨ªa tanto con Hollywood y Wall Street como con negros e hispanos. Pero los conservadores, cada vez m¨¢s fundamentalistas, mantuvieron su beligerancia. En 1996, Robert Bork denunci¨® en un libro (Slouching Toward Gomorrah) que EE UU hab¨ªa entrado en plena decadencia a causa de las feministas, los homosexuales, los ecologistas, los defensores de los animales, los mamarrachos que se pretend¨ªan artistas y otros progres de mal vivir. En paralelo se fortalec¨ªan las milicias ultraderechistas de los que salieron los autores del atentado que en 1995 hizo saltar por los aires la sede de las instituciones federales en la ciudad de Oklahoma y mat¨® a 168 personas.
Para los conservadores, recuer
da Patterson, un Clinton al que le perd¨ªan los l¨ªos de faldas encarnaba todos los males del Estados Unidos liberal. De ah¨ª el ah¨ªnco con el que el inquisidor Ken Starr, los editorialistas de The Wall Street Journal, los televangelistas y los republicanos del Capitolio le persiguieron cuando salieron a la luz sus relaciones sexuales con la becaria Monica Lewinksy.
Las presidenciales del a?o 2000 evidenciaron que las dos Am¨¦ricas estaban empatadas. El dem¨®crata Al Gore gan¨® en votos populares, pero el republicano Bush, un born again christian, se hizo con la Casa Blanca. Llegaron entonces los atentados del 11-S... y el resto es presente.
Este libro contiene ilustraciones. Una reproduce una caricatura publicada en 2003 en The New Yorker, en la que un matrimonio camina por la calle. El hombre dice: "Todo estaba mejor en los tiempos en que todo estaba peor". El gigante inquieto se ha convertido en el gigante desnortado.
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