La bella oscuridad

Herberto Helder es uno de los poetas m¨ªticos de la modernidad portuguesa y forma parte, junto a nombres como Sophia de Mello Breyner o Eug¨¦nio de Andrade, de ese selecto grupo de autores que ha provocado que el siglo XX sea considerado, desde Teixeira de Pascoaes, Fernando Pessoa o M¨¢rio de S¨¢-Carneiro, el siglo de oro de la poes¨ªa portuguesa. Introductor del surrealismo en su pa¨ªs en los a?os cincuenta, pr¨®ximo a algunos de los postulados de la poes¨ªa experimental m¨¢s tarde, Herberto Helder participa en varios de los proyectos m¨¢s importantes de la historia reciente de la literatura lusa, como Folhas de Poesia o Poesia Experimental. Desde el meridiano del siglo, ha construido una obra intensa y singular, sin debilidades ni concesiones, pareja en muchos aspectos a su propia experiencia personal, con d¨¦cadas de vida recluida y de entrega total a la escritura y el lenguaje, rechazando participar en antolog¨ªas, entrevistas o encuentros y recibir premios, como los prestigiosos Europalia o el Fernando Pessoa, que le hab¨ªan sido concedidos.

De esta forma, Herberto Helder ha ido consolidando una obra profundamente personal, enigm¨¢tica y depurada, que nunca deja indiferente a sus lectores, y que hace de los dominios del lenguaje su campo exacto de movimiento. Se trata de una poes¨ªa m¨¢s oscura que herm¨¦tica, en la que conviven los grandes temas de siempre con algunas de sus m¨¢s fieles obsesiones: la proximidad de la muerte, las palabras y la cercan¨ªa de la locura ("veo que la muerte es como romper una palabra y pasar / la muerte es pasar, como rompiendo una palabra, / a trav¨¦s de la puerta, / hacia una nueva palabra").

O el poema continuo, pu

blicado en Portugal en 2001, es una perfecta muestra de su poes¨ªa, y constituye una s¨²mula de poemas pertenecientes a m¨¢s de una decena de sus t¨ªtulos (desde La cuchara en la boca hasta Del mundo, pasando por libros esenciales como Humus o La cabeza entre las manos), articulados como una secuencia ¨²nica que es el testimonio fiel y el mapa de navegaci¨®n de m¨¢s de treinta a?os de escritura. Como se?ala Jes¨²s Mun¨¢rriz, el libro nos enfrenta a un autor esencial y sobrio, escueto dentro de la notable variedad de registros y de im¨¢genes que ofrece. Helder, que escribe versos como "amo el hambre" o "mi alegr¨ªa es tenebrosa", tambi¨¦n prosista y traductor (su libro m¨¢s c¨¦lebre, las prosas de Los pasos en torno, fue publicado en 2004 por Hiperi¨®n en traducci¨®n de Ana M¨¢rquez), es probablemente el poeta portugu¨¦s que desata m¨¢s pasiones en el medio literario, el m¨¢s alabado por sus numerosos seguidores y el m¨¢s denostado, al mismo tiempo, por los detractores de su poes¨ªa. Desde su alejamiento f¨ªsico del circuito medi¨¢tico, ha ido elaborando una obra a su imagen y semejanza, con el orgullo de ser el m¨¢ximo representante en su pa¨ªs de una de las l¨ªneas de fuego de la modernidad. Por eso, quiz¨¢, confiesa en Los pasos en torno que en una ocasi¨®n escribi¨® con un l¨¢piz en la pared frente a su cama una frase que bien pudiera ser su propio epitafio: "Dios m¨ªo, haz que yo sea siempre un poeta oscuro".