El Sevilla baila al Celta

El f¨²tbol espa?ol anda necesitado de aventuras como la del Sevilla. Por Bala¨ªdos pas¨® un grupo trepidante, preciso y categ¨®rico, que dej¨® sin posibilidad de respuesta a un Celta que asumi¨® su papel con sumisi¨®n. El Sevilla lo redujo a cenizas. Mientras otros equipos se entregan en manos de entrenadores que ponen los resultados por encima del juego, el Sevilla propuso f¨²tbol, no una encerrona. Se fue a por el contrario a deg¨¹ello, adelant¨® la defensa y durante noventa minutos le devolvi¨® a este deporte lo que se le supone de espect¨¢culo. El Celta, que se hab¨ªa adelantado, desapareci¨®. Sin Oubi?a, le falt¨® entrejuego. Con los cambios, perdi¨® el poco que le quedaba.

El Sevilla arrastr¨® parte de la tarde su descuido del minuto siete, cuando dej¨® que Nen¨¦ recibiera, se acomodara y enviara a la red un bal¨®n que le entreg¨® ?ngel. El poste y Palop, que defendi¨® mal la porter¨ªa, hicieron el resto. El Celta se puso por delante sin buscarlo, lo que incidi¨® en la propuesta de un Sevilla decidido a empotrarse en el ¨¢rea de Pinto. Anda sobrado de alternativas del grupo de Juande Ramos. Por el centro, Kanout¨¦ sac¨® de quicio a los centrales y de su sitio a los medios defensivos. Y por la derecha, Mart¨ª y Navas la liaron. Jam¨¢s se vio a Placente tan nervioso como ayer. Nen¨¦, reacio a regresar, no le ayud¨®. Navas se hizo con el carril, y cuando busc¨® el centro fue para que se encendiera el ventilador de Mart¨ª.

Por ah¨ª lleg¨® el empate, con Navas escapado de Placente y un buen centro al coraz¨®n del ¨¢rea peque?a que despej¨® con apuros la zaga c¨¦ltica. Como el Sevilla atacaba por oleadas, lleg¨® Poulsen desde el quinto pino para enganchar un ca?onazo que cogi¨® al Celta arrinconado, delante de su portero. Pura l¨®gica. Desde su gol, la escuadra de Fernando V¨¢zquez -que vio el partido en el banquillo, que no en el palco- apenas hab¨ªa dado se?ales de vida. Es el Celta un equipo en el que las remontadas son excepcionales. Le cuesta remar en contra, pero cuando se adelanta en el marcador, pocos pueden con el repliegue en su campo. Pero este Sevilla que se hace sitio entre la clase alta no es un equipo cualquiera. Ten¨ªa a Pinto en el punto de mira, y no se detuvo hasta que le hizo hincar la rodilla.

El empate reafirm¨® al Sevilla en sus convicciones. Una triangulaci¨®n entre Renato, Mart¨ª y Kepa que el delantero estrell¨® en el larguero fue una peque?a perla extra¨ªda de un f¨²tbol para disfrutar, y un anticipo del suplicio c¨¦ltico de la segunda mitad. El gol definitivo, a la hora de partido, retrat¨® a N¨²?ez, un futbolista de pulm¨®n ancho y t¨¦cnica estrecha, que se desentendi¨® de la pelota cuando circulaba mansa por la frontal del ¨¢rea. Lleg¨® Adriano, rob¨® y marc¨®. El Sevilla anduvo cerca de la goleada el resto de la tarde, pero el acierto de Pinto y una jugarreta del ¨¢rbitro le pusieron el coraz¨®n en un pu?o. Tras una ca¨ªda de Puerta en el ¨¢rea con aspecto de penalti, cay¨® Perera al otro lado del campo al chocar con Javi Navarro. La pena m¨¢xima la fall¨® Baiano. El bal¨®n le cay¨® mansamente a Contreras, que se arrug¨® ante Palop. Porque a veces, el f¨²tbol tambi¨¦n entiende de justicia.