La ONE va bien
?Se acuerdan ustedes de la revoluci¨®n de los instrumentos originales? All¨ª hubo de todo, desde la apertura a viejos caminos nuevos hasta un talibanismo que predicaba que fuera de lo que se llam¨® "hist¨®ricamente informado" no hab¨ªa salvaci¨®n. Pero la casa de la m¨²sica cl¨¢sica tiene muchas moradas y su mundo anchas espaldas, de manera que las orquestas se han abierto a que esos expertos que daban lecciones hoy dirijan otro repertorio y demuestren que los dogmas -como los duelos-, con pan son menos.
La Orquesta Nacional vivi¨® la temporada pasada uno de sus mejores d¨ªas al mando de Phillipe Herreweghe -uno de los adalides de las interpretaciones "de ¨¦poca"- y el director de Gante se gan¨® la repetici¨®n. Volv¨ªa el domingo a enfrentarse a una sinfon¨ªa de Bruckner -la S¨¦ptima esta vez- y demostr¨® de nuevo su clase, basada sobre todo en un admirable dominio de la situaci¨®n r¨ªtmica y en una rara capacidad para el equilibrio sonoro -pocas veces lucieron los metales de la ONE, a pesar de las dificultades de las tubas wagnerianas, semejante empaste y siempre en equilibrio con el resto-, a pesar de la aparente fragilidad del mando. Llevando la partitura con muy animados tempi hubo, por eso precisamente, un problema, y es que el cl¨ªmax del Adagio -que se espera en la obra como una culminaci¨®n que si no se consigue deja a media raci¨®n- no tuvo grandeza alguna. Una buena versi¨®n, pero, sobre todo, una excelente prestaci¨®n de una orquesta en la que parecen haberse asentado las caras nuevas.
Orquesta Nacional de Espa?a
Philippe Herreweghe, director. Sarah Connolly, mezzosoprano. Obras de Mahler y Bruckner. Auditorio Nacional. Madrid, 29 de octubre.
La primera parte la ocuparon las Canciones a los ni?os muertos de Mahler. La mezzo inglesa Sarah Connolly cant¨® con un gusto exquisito, pero, como a tantas voces formadas en el repertorio barroco, le falt¨® volumen y densidad en los graves. Nos tendremos que ir acostumbrando a esta situaci¨®n porque es por donde van los tiros y esa escuela es hoy la que predomina. Pero qued¨¦monos con el estupendo hacer de la ONE, una buena noticia que parece indicar que, en eso, se est¨¢n haciendo las cosas como es debido.
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