Las elecciones m¨¢s inc¨®modas para el PSC

Lo m¨¢s extra?o de las elecciones auton¨®micas catalanas ha sido siempre la poca gente que vota, el hecho de que la abstenci¨®n se sit¨²e, una y otra vez, por encima de la que se registra en otras comunidades y que, desde luego, sea superior a la que se produce en la propia Catalu?a cuando se trata de unas elecciones generales (la abstenci¨®n media en las ¨²ltimas cinco convocatorias auton¨®micas rond¨® el 40%, mientras que en las generales no pas¨® del 28%).

Es posible que esa diferencia de participaci¨®n en unos y otros comicios est¨¦ revelando la falta de integraci¨®n de una parte de los catalanes y que, por mucho que Artur Mas se vanaglorie de la labor de asimilaci¨®n realizada por Pujol y CiU en los 23 a?os en que permaneci¨® al frente de la Generalitat, la realidad sea que una parte importante de la poblaci¨®n, la de procedencia inmigrante, siga confiando m¨¢s en el Gobierno espa?ol que en el auton¨®mico para defender sus intereses y su futuro.

De ser cierto ese an¨¢lisis, el fracaso integrador ser¨ªa tambi¨¦n achacable a la izquierda, con el PSC a la cabeza, incapaz de explicar a ese sector de la poblaci¨®n que, en estos momentos, se toman m¨¢s decisiones importantes para su vida cotidiana en el palacio de Sant Jaume que en de La Moncloa. En las elecciones auton¨®micas de hoy desde luego, e incluso m¨¢s que nunca, puesto que la pr¨®xima Generalitat va a disponer de un instrumento de autogobierno, el nuevo Estatuto de Autonom¨ªa, bastante m¨¢s poderoso que el anterior.

Sea cual sea la combinaci¨®n de esca?os que permita, finalmente, la votaci¨®n de hoy, lo menos que se puede decir es que estas elecciones son muy inc¨®modas para los socialistas, catalanes y del resto de Espa?a. Se convocaron en unas circunstancias malas, sin dar tiempo a terminar la legislatura ni a sacar provecho de la puesta en marcha del Estatut y supusieron, adem¨¢s, la retirada del propio presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Un escenario francamente poco favorable para convocar unas elecciones anticipadas. Incluso la fecha de la convocatoria parece una humorada: el d¨ªa de Todos los Santos.

La verdad es que si los socialistas ganan, se tratar¨¢ de una victoria muy meritoria y muy complicada. A lo m¨¢s que aspira el PSC es a reeditar un gobierno tripartito, pero, probablemente, con menos diputados que ten¨ªa en el anterior (74, seis por encima de los 68 imprescindibles). Es decir, con un presidente, Jos¨¦ Montilla, debilitado ante un jefe de la oposici¨®n, Artur Mas, que le habr¨ªa sacado, posiblemente, m¨¢s esca?os que ya le sac¨® a Pasqual Maragall e incluso, m¨¢s votos, lo que ser¨ªa una novedad y un serio inconveniente.

La victoria supondr¨ªa, adem¨¢s, que el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero tendr¨ªa que seguir lidiando en Madrid con Esquerra Republicana (ERC) como socio parlamentario.

Ese es el mejor resultado posible, seg¨²n lo que predicen las encuestas para el PSC. El peor ser¨ªa que CiU reuniera 58 esca?os y pudiera gobernar simplemente con la abstenci¨®n del PP. Y el segundo peor, que CiU tenga una victoria clara pero insuficiente, que pueda sumar mayor¨ªa con ERC y que algunos crean que merece la pena que el PSC se sacrifique y acepte formar una coalici¨®n socio-convergente que corte el camino al frente nacionalista y, de paso, garantice una futura coalici¨®n con el PSOE.

De cualquier manera, los socialistas y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, habr¨ªan experimentado su primera derrota desde que llegaron al poder en 2004 y el Partido Popular intentar¨ªa sacar el m¨¢ximo provecho del lance, aunque realmente no haya tenido la menor participaci¨®n en ¨¦l.

Lo extra?o de la campa?a es que, en esas circunstancias, el PSC no haya buscado un enfrentamiento m¨¢s directo con CiU y que se haya limitado a confiar en un programa de fuerte contenido social y en el arrastre del propio Rodr¨ªguez Zapatero para movilizar a su electorado. Los socialistas catalanes apuestan, tal vez, a que sea cual sea el balance y el juicio que hagan sus electores de estos tres a?os de tripartito, consideren que ha pasado muy poco tiempo y que cualquier cosa es mejor que la vuelta al poder de CiU, que ya lo tuvo durante casi un cuarto de siglo.

Especialmente porque, sea quien sea el que ocupe ahora la Generalitat, ser¨¢ quien tenga ocasi¨®n de desarrollar el Estatut. Realmente, el colmo de la gesti¨®n del PSC ser¨ªa que despu¨¦s de tanto esfuerzo y de tanta pelea para sacar adelante ese nuevo y poderoso instrumento de autogobierno, se lo terminen entregando a CiU, sin haber tenido ni un solo d¨ªa para saborearlo.