?Vuelve el tripartito?
Catalu?a se resiste a normalizarse. Normal es lo que ocurre como siempre. Desde el nacionalismo se pretend¨ªa demostrar que el tripartito era s¨®lo un par¨¦ntesis y que, despu¨¦s de esta experiencia, las cosas volver¨ªan a su cauce. Y CiU, a la morada que considera propia y de la que un d¨ªa se sinti¨® desalojada por unos extra?os que entraron por la puerta trasera. Pues no, a pesar de los problemas del tripartito, a pesar de la baja participaci¨®n, la ciudadan¨ªa se resiste a volver a la cacofon¨ªa convergente. El tripartito suma. Y el gobierno que salga ser¨¢ fruto del pacto y del compromiso, no de la hegemon¨ªa de los que se consideran due?os naturales del pa¨ªs. Al tiempo, Catalu?a se resiste tambi¨¦n a entrar en la normalizaci¨®n bipartidista. El multipartidismo sale reforzado, y cuenta adem¨¢s con la incorporaci¨®n de un nuevo partido al Parlamento catal¨¢n: Ciutadans.
Sin embargo lo que no cambia es la abstenci¨®n. El car¨¢cter competitivo de estas elecciones no ha cambiado el rumbo negativo de la participaci¨®n en las elecciones catalanas. La pol¨ªtica catalana parece un juego cerrado de un m¨¢ximo de un 60% de electores, que determinan los resultados no cambiando de voto, sino sali¨¦ndose del partido para la abstenci¨®n. Catalu?a sigue sin cerrar el proceso de construcci¨®n pol¨ªtica. El cambio de Maragall por Montilla no ha servido para atraer a los que llevaban 26 a?os sin ir a las urnas.
La principal consigna de CiU y PP era evitar a cualquier precio la repetici¨®n del tripartito. Puede que el efecto principal de los desvar¨ªos de este gobierno haya sido que much¨ªsima gente se haya quedado en casa. El PSC paga sensiblemente un pacto que parte de su electorado vio contra natura. El PSC, al ser el partido de m¨¢s amplio espectro social, es el que m¨¢s dificultades tiene para sintetizar pol¨ªticamente a su electorado. Pero la suma de esca?os de la izquierda hace pensar que hay mucha gente en Catalu?a que quiere dar una nueva oportunidad a la izquierda y, sobre todo, que no quiere que vuelva tan deprisa el sistema-CiU, que maniat¨® a este pa¨ªs.
Artur Mas ha liderado la campa?a. ?l ha marcado la agenda, ¨¦l ha sido el referente de todos los debates. Es el sue?o de todo jefe del equipo electoral. Y, sin embargo, no le ha bastado para poder garantizarse sin necesidad de pactos la presidencia de la Generalitat. Ha actuado contra ¨¦l un cierto recordatorio del pasado, en una campa?a jugada al todo por el todo, que ha dejado algunas se?ales de prepotencia e incontenci¨®n. Y probablemente ha confiado demasiado en el rechazo al tripartito: muy a menudo la ¨¦lite pol¨ªtico-medi¨¢tica vive como un esperpento lo que la ciudadan¨ªa a lo sumo ve una comedia de enredo.
Puesto que el fantasma de Esquerra pesa mucho sobre el imaginario de determinados sectores, desde el empresariado catal¨¢n hasta buena parte de la sociedad espa?ola, las presiones sobre Mas y Montilla por un gobierno CiU-PSC ser¨¢n fort¨ªsimas. Para las ¨¦lites, tanto aqu¨ª como en Madrid, ser¨ªa lo m¨¢s tranquilizante. Pero la democracia no es s¨®lo de las ¨¦lites, sino de los ciudadanos. Y CiU y PSC son el eje de la alternancia en Catalu?a, el juego derecha/izquierda que alimenta la vida democr¨¢tica. El compromiso de Montilla a favor del tripartito ha sido inequ¨ªvoco.
Esquerra ha perdido su batalla m¨¢s querida: ganar terreno a CiU en la lucha por la hegemon¨ªa del nacionalismo catal¨¢n. Y puede que las futuras alianzas reabran su divisi¨®n interior. En primera instancia, el retorno del tripartito parece m¨¢s pr¨®ximo que otra opci¨®n. Y, sobre todo, CiU ha perdido su gran sue?o: poder gobernar en solitario, a¨²n en minor¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.