Europa, una historia total
Asegura Tony Judt (Londres, 1940) al comienzo de esta apasionante historia que ¨¦l no tiene un gran argumento que contar ni una gran teor¨ªa que exponer. En realidad, hace ya dos o tres d¨¦cadas que nadie los tiene: el fin de los "treinta gloriosos" a mediados de la d¨¦cada de 1970 y la ca¨ªda del socialismo real a finales de los ochenta arrasaron los relatos sostenidos en grandes teor¨ªas y en visiones unilineales de la historia. En su lugar, sin embargo, Judt tiene var¨ªas l¨ªneas argumentales que desarrollar: como ocurre con la misma Europa que, como el zorro, sabe muchas cosas, el autor de este libro tampoco quiere ser como el erizo, que s¨®lo sabe una.
Esas l¨ªneas argumentales quedan claras desde el p¨®rtico de Postguerra. Ante todo, ¨¦sta es una historia de la reducci¨®n de Europa, de la liquidaci¨®n de sus restos imperiales y del ocaso de sus Estados como potencias mundiales. Es, adem¨¢s, la constataci¨®n de la decadencia y fin de los discursos tradicionales: el fervor pol¨ªtico que aliment¨® a Occidente desde la Revoluci¨®n Francesa se enfri¨® al tiempo que se liquidaba en el Este la fe en el marxismo como filosof¨ªa irrebasable de nuestro tiempo, que dijo Sartre. Hasta aqu¨ª, Postguerra ser¨ªa, pues, la historia de un repliegue pol¨ªtico acompa?ado de una decadencia intelectual. Pero este tipo de argumento choca con la tercera de las l¨ªneas que Judt despliega con id¨¦ntica maestr¨ªa: el surgimiento de un modelo europeo, de Europa como polo de atracci¨®n para individuos y pa¨ªses enteros. En fin, a esta historia de destrucci¨®n y resurgimiento se mezcla la complicada relaci¨®n con el mundo exterior, en especial con Estados Unidos.
POSTGUERRA. Una historia de europa desde 1945
Tony Judt. Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar y Gloria E. Gordo del Rey
Taurus. Madrid, 2006
1.212 p¨¢ginas. 29,50 euros
Mantener en tensi¨®n estos cuatro argumentos habr¨ªa sido ya una obra tit¨¢nica, poco habitual en los tiempos que corren, m¨¢s dados a historias parciales. Judt sostiene y controla esa tensi¨®n. Su recorrido por las ruinas econ¨®micas y pol¨ªticas, pero tambi¨¦n morales y culturales, de la posguerra es sencillamente soberbio, como es agudo su an¨¢lisis de la rehabilitaci¨®n y de la inmediata llegada de la guerra fr¨ªa. Ciudades devastadas por los bombardeos aliados, decenas de miles de mujeres violadas por los soldados del Ej¨¦rcito Rojo, ni?os hu¨¦rfanos, perdidos por las calles de Berl¨ªn, programas de desnazificaci¨®n. Y, casi sin transici¨®n: hay que olvidar todo eso, hay que ponerse a trabajar.
En estos primeros cap¨ªtulos ya se hace patente lo que constituir¨¢ la marca distintiva del ingente trabajo en el que se sostiene la s¨®lida estructura de este libro: la atenci¨®n al detalle se da la mano con la perspicacia del an¨¢lisis pol¨ªtico; la cita que ilustra un momento decisivo se acompa?a de la reconstrucci¨®n del clima moral de una ¨¦poca; la indagaci¨®n en la cultura pol¨ªtica se enriquece con la reflexi¨®n sobre el papel de los intelectuales; los planes y las iniciativas econ¨®micas avanzan a la par que el proceso de reconstrucci¨®n de los Estados. ?Una historia total, entonces? Pues s¨ª, por m¨¢s que el sue?o de totalidad hiciera mutis junto a las grandes teor¨ªas, Judt, que carece de gran teor¨ªa, ha construido lo m¨¢s parecido a una historia total que pueda imaginarse.
Que no por serlo anula o fago
cita las historias singulares. Porque imbricada con esa historia de Europa van despleg¨¢ndose las historias individualizadas de cada uno de los Estados y naciones que acabar¨¢n formando lo que hoy llamamos Uni¨®n Europea. Sin duda, la parte del le¨®n se la llevan Alemania, Francia, Reino Unido y Uni¨®n Sovi¨¦tica (o Rusia), pero cada vez que el argumento lo exige, aparecen Italia o Polonia, Rumania o la antigua Checoslovaquia. Es tambi¨¦n, en este sentido, una historia de Europa al modo tradicional, una historia de Estados y naciones, con una diferencia: la atenci¨®n prestada a las sucesivas ¨¦lites dirigentes, a las corrientes de pensamiento, a las producciones culturales, a las modas y modos de vida, introduce una perspectiva transversal que teje una trama narrativa ¨²nica a la par que diversa, como la misma Europa.
Con estos mimbres, y sostenido en una monta?a de informaci¨®n nunca indigesta, el sobrecogedor arranque y la r¨¢pida reconstrucci¨®n se convierten en distanciamiento ir¨®nico cuando el relato se adentra en lo que Judt llama "momento socialdem¨®crata" y asiste al revoloteo del espectro de la revoluci¨®n. Aqu¨ª, lo que prima es la rebaja de la tensi¨®n, como cuando se pierde la ilusi¨®n. Ilusi¨®n perdida: la socialdemocracia nunca ha sido un proyecto capaz de suscitar los entusiasmos del fascismo o del comunismo; pero riqueza multiplicada, educaci¨®n generalizada, seguridad garantizada, mayor calidad y duraci¨®n de vida. Todo esto logrado, ?qu¨¦ se podr¨ªa poner en el lugar de las pasiones pol¨ªticas?, ?qu¨¦ podr¨ªa sustituir el gran debate entre capitalismo y socialismo, entre liberalismo y marxismo?
Judt aborda entonces las respuestas realmente dadas a este final de la vieja Europa que sigue a aquella revoluci¨®n que no fue, la del 68, la que buscaba la playa debajo del pav¨¦s y al agotamiento del modelo socialdem¨®crata unos a?os despu¨¦s. Salen a escena la se?ora Thatcher y el presidente Mitterrand, personajes -especialmente la primera- por los que siente una evidente fascinaci¨®n. Ambos, aunque por caminos distintos, toman nota de los resultados de la crisis; ambos liquidan, una por reacci¨®n, otro de manera directa, la pesada herencia del viejo socialismo. Y ambos sacan las consecuencias del camino irreversible por el que ha entrado Europa tras la Ostpolitik de Willy Brandt. Una nueva Europa aparece en el horizonte, m¨¢s desencantada, conocedora de los l¨ªmites del Estado como sujeto moral.
Es l¨¢stima, sin embargo, que
en un libro por tantos conceptos extraordinario, el tratamiento que se dedica a Espa?a sea tan decepcionante. Salvo dos breves observaciones sobre el poder de la Iglesia cat¨®lica y la aparici¨®n del terrorismo vasco, hay que esperar a los a?os setenta para que se conceda una atenci¨®n espec¨ªfica a Espa?a en el marco de la transici¨®n a la democracia de los tres pa¨ªses de la periferia del sur. Pero la informaci¨®n manejada es deficiente y el relato convencional: calificar a la Espa?a que ingresa en la Comunidad Europea de pa¨ªs pobre y agrario es un error que debe ser revisado: una econom¨ªa que s¨®lo emplea al 15% de su poblaci¨®n activa en el sector agr¨ªcola no puede calificarse de agraria: Judt debi¨® haber tomado mejor nota de la gran transformaci¨®n experimentada por la econom¨ªa y la sociedad espa?ola en la d¨¦cada de 1960.
La historia sigue, en todo caso, su curso y lo que Judt nos cuenta de Europa a partir de esa d¨¦cada resultar¨¢ muy familiar a un lector espa?ol: el mismo vandalismo urban¨ªstico, la misma admiraci¨®n por modelos ajenos, id¨¦ntico inter¨¦s por la nouvelle vague, similar liberaci¨®n de las convenciones morales impuestas por la religi¨®n. Como tambi¨¦n resulta familiar la sustituci¨®n de las ideolog¨ªas que anunciaban un nuevo mundo por "el discurso de los derechos" o ese momento socialdem¨®crata, que en Espa?a se fundi¨® con la "tercera v¨ªa", la privatizaci¨®n del sector p¨²blico empresarial y la emergencia de las identidades regionales que florecen por toda Europa.
Postguerra culmina, tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, en la consolidaci¨®n de un modelo de vida europeo que se desarrolla en diversas formas dentro de unos l¨ªmites territoriales imprecisos, cambiantes, con sus diferencias culturales regionales, con "excepciones" orgullosas de sus identidades separadas, con una red de comunicaciones cada vez m¨¢s tupida. Europa, dotada de unas instituciones que garantizan un espacio econ¨®mico com¨²n, se define en el ¨¢mbito pol¨ªtico m¨¢s por lo que no es que por lo que es: no es una uni¨®n de Estados ni es una confederaci¨®n. Lo que vaya a ser, habr¨¢ que verlo: la historia total desemboca en historia abierta.
Mientras tanto, concluye Judt en su postrer meditaci¨®n sobre memoria e historia, la nueva Europa constituye un ¨¦xito notable vitalmente vinculado a un terrible pasado en el que un grupo de europeos pretendi¨® exterminar a otro grupo de europeos en un holocausto sin parang¨®n en toda la historia de la Humanidad. Para que los europeos conserven siempre ese v¨ªnculo vital hay que ense?¨¢rselo de nuevo a cada generaci¨®n. Tal es la tarea de la historia, que este libro excepcional cumple de manera admirable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.