Goya en im¨¢genes, la imagen de Goya
Existe el Goya rom¨¢ntico con sus devaneos con la duquesa de Alba como ha pervivido el Goya afrancesado y vigilado por la Inquisici¨®n, como se ha proyectado en el tiempo el Goya atormentado y sordo, rodeado de monstruos, o se ha recreado el Goya pintor de c¨¢mara de la Corte y amigo de los poderosos. Hasta nuestros d¨ªas ha llegado un genio irascible y tierno, elitista y popular, capaz de plasmar como nadie retratos luminosos o escenas tenebrosas. En definitiva, todos aquellos que han convertido a Goya en personaje de ficci¨®n de sus pel¨ªculas o de sus montajes teatrales o los que han escrito biograf¨ªas sobre el artista coinciden en que estamos ante un hombre dif¨ªcil de encasillar y de explicar. Quiz¨¢s en estos rasgos resida la esencia de un genio.
Valeriano Bozal sostiene que, a pesar de ser un artista muy cinematogr¨¢fico, aparece como una imposible tarea intentar competir en im¨¢genes con Goya
Autor de una amplia biograf¨ªa
sobre el pintor aragon¨¦s, Francisco Goya, vida y obra (TF Editores, 2005), Valeriano Bozal no duda en calificar a su biografiado como un "personaje inc¨®modo para la historia convencional". "No se puede olvidar tampoco", aclara este catedr¨¢tico de Historia del Arte Contempor¨¢neo en la Universidad Complutense, "que de joven fue un funcionario de la Corte, un pintor de ¨¦xito y m¨¢s bien conservador de ideas, que se code¨® con la realeza y la aristocracia. Despu¨¦s, en sus etapas de madurez y de vejez, se convierte en un liberal muy cr¨ªtico con el poder, una actitud que se refleja en muchos dibujos y grabados. Tambi¨¦n resulta un personaje molesto para la historiograf¨ªa oficial porque fue un artista muy ligado al pueblo, como todos sus amigos liberales. Aunque se haya convertido en un mito castigado por los t¨®picos rom¨¢nticos, Goya estuvo comprometido siempre con su ¨¦poca y con la gente de la calle. Baste decir que es el primer artista que plasma en pinturas el trabajo de los obreros, de los alba?iles, por ejemplo".
El cineasta Carlos Saura, apasionado desde bien joven, al igual que su hermano Antonio, por la figura de Goya, no se explica la escasa atenci¨®n que el cine espa?ol y las artes esc¨¦nicas han prestado a un personaje tan singular y, al mismo tiempo, tan universal. "La verdad es que desconozco las razones de esta desidia intelectual hacia un pintor popular, genial y fant¨¢stico. Tal vez se deba a un cierto rechazo en Espa?a hacia el cine hist¨®rico en general. De hecho tuve much¨ªsimas dificultades para rodar Goya en Burdeos y s¨®lo tras el ¨¦xito de mi pel¨ªcula Tango, el productor Andr¨¦s Vicente G¨®mez me pregunt¨® qu¨¦ filme me apetec¨ªa dirigir y, sin pensarlo, le contest¨¦ que uno sobre Goya". Aragon¨¦s como el maestro, Saura destaca, una y otra vez, la dualidad como rasgo caracter¨ªstico del pintor. "En algunos genios se presenta una ambivalencia en el sentido de que son capaces de ejercer una violencia cruel con la gente que les rodea y, al mismo tiempo, de utilizar una mano de seda para su pintura o su cine. En esta categor¨ªa entrar¨ªan Goya, Picasso o Bu?uel". Le interes¨® mucho esa dualidad a Saura hasta el punto de que en Goya en Burdeos se proyecta muy bien esa delicadeza que ten¨ªa el artista con su hija en contraste con la violencia en su pintura".
Descartados los abundantes documentales, de todo tipo y calidad, sobre su vida y su obra, la filmograf¨ªa goyesca se reduce a un pu?ado de pel¨ªculas que van desde La maja desnuda, un filme italoestadounidense de 1959, con Anthony Franciosa y Ava Gardner en los papeles de Goya y la duquesa de Alba, hasta la superproducci¨®n que ha dirigido Milos Forman y que se estrena en Espa?a el 10 de noviembre, con Javier Bardem y Natalie Portman en los roles fundamentales y con el actor sueco Stellan Skarsgard, en el personaje del pintor. Entre las dos cintas se abre un abanico que incluye una curiosidad como una coproducci¨®n de varios pa¨ªses socialistas en 1971 titulada Goya, genio y rebeld¨ªa, realizada por el alem¨¢n Konrad Wolf, o una serie de televisi¨®n como Los desastres de la guerra, dirigida por Mario Camus e interpretada por Paco Rabal, hasta llegar a Volav¨¦runt, rodada por Bigas Luna en 1999 y con el cubano Jorge Perugorr¨ªa interpretando al artista. Sin olvidar, por supuesto, una miniserie de televisi¨®n que sigue en la retina de millones de espectadores, la que dirigi¨® Jos¨¦ Ram¨®n Larraz e interpret¨® Enric Maj¨® en 1985.
El actor catal¨¢n recuerda, dos d¨¦cadas despu¨¦s, que se inspir¨® mucho en las pinturas del Museo del Prado, que visitaba con frecuencia, para componer el personaje. "Si contemplas su obra con calma", se?ala, "te das cuenta de lo que pensaba Goya sobre la vida y sobre su ¨¦poca". Maj¨® no tiene ninguna duda de que Goya se sent¨ªa un genio y, consciente de ello, intent¨® triunfar pronto para despu¨¦s elegir con mayor libertad la obra que deseaba construir. "Estaba fascinado por el poder, pero esa atracci¨®n la utiliz¨® en favor de su obra. A ¨¦l, que era un trabajador incansable, lo que m¨¢s le interesaba era su obra".
El catedr¨¢tico Valeriano Bozal
sostiene que, a pesar de ser Goya un artista muy cinematogr¨¢fico, aparece como una imposible tarea intentar competir en im¨¢genes con el autor de Los desastres de la guerra. "Cualquiera saldr¨ªa perdiendo y buena parte del cine sobre Goya tiene un aire de teatro viviente". Al igual que otros estudiosos, Bozal se queja de la escasez de documentaci¨®n sobre Goya que impide reconstruir algunas facetas de su vida. Un obst¨¢culo a?adido se refiere a sus ideas liberales, que tuvo que ocultar en ocasiones y que le obligaron a exiliarse en Francia en los ¨²ltimos a?os. "Las convulsiones de la ¨¦poca fueron muy duras", dice Bozal, "y Goya vivi¨® el final del reinado de Carlos IV, la invasi¨®n napole¨®nica, la guerra de la Independencia y, m¨¢s tarde, el aplastamiento de los liberales por parte de Fernando VII".
El autor y director teatral Alfonso Plou, otro aragon¨¦s, siempre se sinti¨® fascinado por esa personalidad tan compleja del pintor y no descans¨® hasta que puso en pie un montaje en 1996, Goya, sobre ese artista cambiante y en permanente investigaci¨®n de estilos. No pierde de vista Plou la longevidad de su c¨¦lebre paisano, que vivi¨® m¨¢s de 80 a?os. "De la misma forma que ocurri¨® con Picasso, es cierto que Goya pudo recibir influencias muy diferentes en una vida tan larga. Adem¨¢s, sus circunstancias familiares y amorosas enriquecieron su arte", a?ade Plou.
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