Globalizaci¨®n
No se puede ser adanista y creer que el contenido de la globalizaci¨®n ha nacido con nuestro tiempo. Lo que es nuevo es el concepto de globalizaci¨®n. Cuando Col¨®n descubri¨® Am¨¦rica o los jesuitas llegaron a China estaban globalizando el planeta, aunque no lo supieran. En la historia contempor¨¢nea hay dos oleadas de globalizaci¨®n: la primera ocupa la ¨²ltima parte del siglo XIX y la primera del XX, hasta la Gran Guerra; la segunda comienza en los a?os sesenta del pasado siglo y dura hasta la actualidad.
Pero s¨®lo se utiliza el concepto de globalizaci¨®n -que sustituye al de internacionalizaci¨®n- a partir de los a?os ochenta, cuando cae el muro de Berl¨ªn y se autodestruye el socialismo real. Se entiende por globalizaci¨®n ese proceso por el cual las pol¨ªticas nacionales, aquellas que se toman m¨¢s cerca del ciudadano, tienen cada vez menos importancia en beneficio de esas otras decisiones que se adoptan en lugares alejados. Si se asume esta definici¨®n, el principal efecto de la globalizaci¨®n es m¨¢s pol¨ªtico que econ¨®mico; tiene que ver con la calidad de la democracia, del sistema del que nos hemos dotado para vivir y convivir. Por ello, cuanto m¨¢s profunda es la globalizaci¨®n, tal como la entendemos, m¨¢s coincide con democracias an¨¦micas en las que los ciudadanos tienen menos cauces de participaci¨®n.
El terreno en el que la globalizaci¨®n m¨¢s ha avanzado es en el de la econom¨ªa. No existe una globalizaci¨®n pol¨ªtica, ni de los derechos humanos, ni de la justicia, ni de la ecolog¨ªa, etc¨¦tera. Por ello, la globalizaci¨®n realmente existente es una globalizaci¨®n deforme. Y con m¨¢s exactitud, una globalizaci¨®n financiera. La globalizaci¨®n camina a tres velocidades: libertad absoluta de movimientos de capitales; libertad relativa de movimientos de bienes y servicios, y trabas cada vez m¨¢s expl¨ªcitas a los movimientos de personas (en una coyuntura en la que las migraciones han adquirido un papel central). Es decir, el dinero no tiene fronteras, las mercanc¨ªas algunas y los hombres muchas. Adem¨¢s, es una globalizaci¨®n mutilada porque hay amplias zonas del planeta a las que no llegan sus efectos positivos: por ejemplo, la mayor parte de ?frica.
Cuando han pasado ya tres lustros de esta etapa globalizadora, se hacen los primeros balances de la misma. Sin duda ha beneficiado a las capas m¨¢s cualificadas de los pa¨ªses ricos y la han aprovechado otras naciones que hace dos d¨¦cadas formaban parte del bloque de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y hoy son pa¨ªses emergentes (Espa?a es un buen ejemplo). Pero lo que pronosticaban los hagi¨®grafos de la globalizaci¨®n feliz no se ha cumplido: esta democracia no es inclusiva. Los niveles de pobreza disminuyen muy lentamente y los de desigualdad han aumentado de forma exponencial.
Joaqu¨ªn Estefan¨ªa fue director de EL PA?S. Es autor de Hij@, ?qu¨¦ es la globalizaci¨®n? (Aguilar).
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