Hartos de pol¨ªtica
El 14 de marzo de 2001 la participaci¨®n ciudadana en aquellas elecciones generales bati¨® un record porque la gente sencillamente quer¨ªa expresar su posicionamiento ante el atentado del d¨ªa 11 y la gesti¨®n posterior de la crisis. En las elecciones auton¨®micas del pasado d¨ªa 1 de noviembre en Catalunya el record fue para la abstenci¨®n por todo lo contrario. Los ciudadanos est¨¢n hartos de que les hablen de una pol¨ªtica que no va con ellos.
Y los registros de participaci¨®n en Catalunya, apenas el 56,77 por ciento, no van a ser la excepci¨®n en el futuro para las consultas electorales de toda Espa?a, salvando quiz¨¢ las municipales. Los ciudadanos se desenganchan de la pol¨ªtica al uso con mayor rapidez que de un equipo de f¨²tbol perdedor. Est¨¢n hartos de que en Andaluc¨ªa, en Arag¨®n o en la Comunidad Valenciana el discurso pol¨ªtico sea una cosa de puro inter¨¦s corporativo de los partidos y sin traslaci¨®n alguna a la vida de cada ciudadano. ?Qui¨¦n interesa m¨¢s, Montilla o Mas? Importan para que uno sea presidente y contente a su partido o el otro apoye a los de Madrid. Pero el inter¨¦s ciudadano no est¨¢ entre las prioridades de los candidatos.
De hecho hay expertos en Derecho Constitucional (La Ciudadan¨ªa Perpleja, editorial Laberinto) que no se cansan de enunciar c¨®mo en lugar de una pol¨ªtica dedicada a mejorar las condiciones materiales, sociales y econ¨®micas de los ciudadanos, todo son gestos destinados exclusivamente a la reproducci¨®n plebiscitaria en el poder. En resumen, aqu¨ª lo que interesa es el titular, no la eficacia en la decisi¨®n pol¨ªtica.
Un m¨¦todo en el que han demostrado ser maestros los t¨¦cnicos de agitprop (agitaci¨®n y propaganda) del gobierno Zapatero, olvidando que el pueblo no es tonto y, al final, pasa factura. Por eso el PSC de Jos¨¦ Montilla pierde cuatro esca?os. Demasiadas ganas de salir en los titulares.
Pero ojo. Los ciudadanos est¨¢n muy interesados por la pol¨ªtica. Pero la de verdad. No la montada por la maquinaria pol¨ªtica de los partidos. Por ejemplo. Asombrados por el fen¨®meno del botell¨®n en la Alameda de Valencia la gente se pregunta si eso lo sabr¨¢n solucionar los pol¨ªticos. Y mientras tanto Rita Barber¨¢ y Antonio Bernab¨¦ se encelan en pelearse por si la polic¨ªa nacional debe ser preventiva o si este papel le corresponde a la polic¨ªa local. ?Cu¨¢ndo llegar¨¢ a las Cortes Valencianas un debate real sobre los cambios educativos necesarios para evitar los futuros botellones?
La pol¨ªtica se aleja de la calle porque a los pol¨ªticos les es inc¨®modo darle explicaciones a un padre con un hijo que comparte clase con quince extranjeros de Ruman¨ªa, Argelia, Colombia y Senegal. Es m¨¢s c¨®modo hablar de realidades nacionales o discutir sobre la clase de religi¨®n en las escuelas, cuesti¨®n que no interesa a nadie una vez su hijo ha tomado la primera comuni¨®n. La pol¨ªtica oficial ni quiere valorar que la inmigraci¨®n es el primer problema de los espa?oles. No es pol¨ªticamente correcto.
La alarmante abstenci¨®n militante en Catalunya es la suma de varios desprop¨®sitos, incluido la precipitaci¨®n del PSOE-PSC por querer provocar unas elecciones seguros de ganarlas. Pero nadie se plante¨® que los ciudadanos van a votar para encontrar alguien que, a partir de unos postulados ideol¨®gicos, les asegure eficacia en la resoluci¨®n de sus problemas. ?Alguien en la campa?a habl¨® de los problemas de salud (no de pol¨ªtica sanitaria) que tienen los catalanes y c¨®mo resolverlos?
En un momento en el que ha cambiado el paradigma hist¨®rico, para evolucionar desde el estado del bienestar social al estado de bienestar individual, aparece tambi¨¦n una crisis en el sistema de representaci¨®n. Cualquier pelagatos es capaz de generar m¨¢s h¨¢bitos pol¨ªticos que un supuesto l¨ªder de partido. Es m¨¢s f¨¢cil entenderlos y son m¨¢s persuasivos. Pero si encima la pol¨ªtica se convierte en un basti¨®n de filosof¨ªas arcaicas, por puro juego de poder de los partidos, est¨¢ claro que la gente se queda en casa a ver el f¨²tbol o vota lo que diga Bisbal. Los pol¨ªticos han olvidado que est¨¢n para hacer pol¨ªtica ciudadana. S¨®lo piensan en c¨®mo ganar poder y las siguientes elecciones. En Catalunya ya est¨¢n otra vez en campa?a.
www.jesusmontesinos.es
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