La naci¨®n partida de Ch¨¢vez
A un mes para las presidenciales, gran parte de los venezolanos sigue enamorada del l¨ªder bolivariano y otra le odia
Cuando uno aguarda dos horas de pie, rodeado de miles de personas en Petare, uno de los barrios m¨¢s marginales de Caracas, a que llegue el presidente de Venezuela. Rodeado de viejos, de ni?os, de cientos de motoristas, de chavalas que gritan "?Viva la revolussi¨®oonn!". Cuando uno le pregunta a una trabajadora del Ministerio de Exteriores qu¨¦ le dir¨ªa a Ch¨¢vez si tuviera ocasi¨®n de hablarle y ella sonr¨ªe y cierra los ojos y musita, no s¨¦, no s¨¦ y de pronto se abraza y dice: "?Le dar¨ªa un abrazo muy grande, papito!", cuando uno constata que hay familias divididas entre chavistas y no chavistas, cuando ve filas de ni?os de cuatro a?os, cogidos de la mano y cantando "?Uh! ?Ah! ?Ch¨¢vez no se va!"... Cuando en las librer¨ªas encuentra decenas de libros dedicados a ¨¦l, desde Ch¨¢vez es derrotable, a 100 razones para salir de Ch¨¢vez, o los Or¨ªgenes ocultos del chavismo... uno empieza a entender que hay algo de irracional en todo esto. Buena parte del pueblo de Venezuela est¨¢ enamorada de Ch¨¢vez. Y otra parte le odia. La canci¨®n de la campa?a electoral con la que avanza sobre un porcentaje mayor del 50% en las encuestas hacia las presidenciales del 3 de diciembre, recoge una letra de Silvio Rodr¨ªguez que dice: "?Te molesta mi amor? Mi amor de juventud. Y mi amor es un arte en virtud. ?Te molesta mi amor? Mi amor sin antifaz. Y mi amor es un arte de paz".
El presidente tiene un 50% de apoyo popular, frente al 25% del l¨ªder de la oposici¨®n, Rosales
Cuando lleg¨® al poder, en 1998, el petr¨®leo estaba a 11 d¨®lares el barril; ahora est¨¢ a 56
"No estamos ante una dictadura, pero vivimos un r¨¦gimen autoritario y personalista"
"Ese sentimiento de amor", explica el vicepresidente, Jos¨¦ Vicente Rangel, de 77 a?os, es despreciable para muchos porque lo conciben de forma racional. Pero para sacar a un pueblo de la postraci¨®n en que estaba el venezolano se necesita una carga emocional".
Para explicarse tanta histeria, tanta foto de Ch¨¢vez en las tiendas callejeras junto a las de estrellas del pop, hay que preguntar a uno de sus m¨¢s encarnizados rivales, el pol¨ªtico de izquierda, antiguo guerrillero, ministro en el Gobierno anterior a Ch¨¢vez y ahora director de un diario vespertino, Teodoro Petkoff: ?Qu¨¦ es lo mejor que ha hecho Ch¨¢vez en ocho a?os de Gobierno? "Lo ¨²nico que ha aportado es haber hecho de la cuesti¨®n social el gran tema de los venezolanos. Pero ah¨ª est¨¢ su gran fracaso, porque la pobreza sigue siendo el mismo mal de siempre". "Antes", comenta un periodista venezolano que trabaja para una agencia estadounidense, "la gente del pueblo bajaba la cabeza y te dec¨ªa, 's¨ª, se?or licenciado, lo que usted diga, doctor'. Ahora te miran a los ojos y te exigen".
Pero el propio periodista se?ala enseguida que Ch¨¢vez no est¨¢ logrando mejoras en el pa¨ªs, en proporci¨®n a los ingresos que se reciben por los altos precios del petr¨®leo. En 1998, cuando Ch¨¢vez lleg¨® al Gobierno el barril se vend¨ªa a 11 d¨®lares. Ahora, a 56. "La corrupci¨®n es la misma que ha habido siempre o mayor", asegura el director. En materia de seguridad la cosa no pinta mejor: el 82,6% de la poblaci¨®n califica como negativa la gesti¨®n del presidente, Hugo Ch¨¢vez. El 78,8% rechaza el r¨¦gimen de Cuba como ejemplo a seguir y el 81% rechaza las amenazas contra la propiedad privada que Ch¨¢vez deja caer de vez en cuando, seg¨²n encuestas de la empresa Datan¨¢lisis.
Entonces, ?de d¨®nde sale tanto amor? "De los pobres", se?ala el soci¨®logo Luis Vicente Le¨®n, director de Datan¨¢lisis. "Lo mejor de Ch¨¢vez son los programas sociales que puso en marcha contra la pobreza, la falta de sanidad y el analfabetismo hace unos tres a?os". Programas a los que bautiz¨® con el nombre de misiones. Hay una misi¨®n que se llama Barrio Adentro, que consiste en traer de Cuba a 17.000 m¨¦dicos y meterlos en las zonas m¨¢s pobres; otro de alfabetizaci¨®n, que se llama misi¨®n R¨®binson. Otro de distribuci¨®n de alimentos a precios reducidos en unas tiendas bautizadas como Mercal... Pero todos esos programas tienen un reverso tenebroso que los antichavistas llevan tiempo denunciando: "Las misiones s¨®lo llegan a quienes son amigos de la causa y se han convertido en nidos de corrupci¨®n y despilfarro", indica Petkoff. O, lo que es lo mismo: pan para hoy y hambre para ma?ana, seg¨²n la oposici¨®n. "Ch¨¢vez compra popularidad de una forma vulgar", explica el soci¨®logo Le¨®n. "Habla de expropiaci¨®n, pero en realidad se limita a repartir la renta del petr¨®leo. As¨ª, por supuesto que es muy popular entre los m¨¢s desfavorecidos. Pero esa popularidad est¨¢ estrechamente ligada al petr¨®leo y va menguando".
En Caracas hay grandes centros comerciales donde la gente suele pasar el d¨ªa o la tarde. De repente, uno puede toparse con un cartel en el escaparate de una tienda que dice: "Este comercio viola los derechos laborales y sociales de sus trabajadores". Y tres d¨ªas despu¨¦s, el cine del centro comercial El Recreo, clausurado durante el fin de semana, cerrado, por no pagar los impuestos, con otro cartel¨®n bien grande que lo anuncia. "Esa parte del Ministerio de Finanzas est¨¢ funcionando muy bien; est¨¢ a cargo de un chavista moderno que trabaja con eficacia", reconoce Le¨®n. El reverso de la moneda es que la ciudad est¨¢ inundada de comercios ambulantes, ilegales, que no pagan impuestos y que funcionan como un Estado paralelo al oficial.
Ch¨¢vez sigue gozando de la confianza de buena parte del pueblo. A falta de un mes para las elecciones, Ch¨¢vez, seg¨²n las encuestas de Le¨®n, cuenta con un 50% de respaldo electoral frente al 25% de Manuel Rosales, principal l¨ªder de la oposici¨®n. "A los venezolanos les preocupa, por este orden, la inseguridad, el empleo y la corrupci¨®n. Pero est¨¢n muy contentos con la educaci¨®n, la salud y la alimentaci¨®n. Y pesa mucho m¨¢s esto ¨²ltimo. No hay que comparar Venezuela con Espa?a ni Estados Unidos. Las propuestas educativas de Ch¨¢vez son horribles. Pero cuando vas al barrio m¨¢s pobre, la madre de turno te dice que Ch¨¢vez es muy bueno porque su hijo, que no estudiaba, ha podido sacar el bachillerato a los 21 a?os yendo los s¨¢bados por la ma?ana a clase. La poblaci¨®n siente as¨ª que se la est¨¢ teniendo en cuenta", indica Le¨®n.
En las calles se ven pintadas auspiciadas por un Gobierno con afanes did¨¢cticos: "Nadie es m¨¢s que otro si no hace m¨¢s que otro, amigo Sancho". En los mercados populares que puso en marcha el Gobierno para luchar contra el hambre, las cajas de leche, las bolsas de sal o de az¨²car, llevan art¨ªculos de la Constituci¨®n y vi?etas donde se lee: "No a la corrupci¨®n", o bien: "Ya basta de burocracia", y un burro que contesta: "S¨ª, s¨ª, pero vuelva ma?ana".
"Ch¨¢vez es un l¨ªder para Venezuela, no para Espa?a", advierte el soci¨®logo espa?ol Juan Carlos Monedero, quien ha trabajado durante un semestre para Ch¨¢vez. "Y ¨¦l habla para un 70% de gente que no ten¨ªa esperanza. Hab¨ªa miles de personas que no contaban ni con carn¨¦ de identidad. ?l los ha politizado. Venezuela es un pa¨ªs con estructura de Estado muy d¨¦bil, donde las reservas de petr¨®leo han provocado que no haya un capitalismo competitivo. Hay un presidencialismo muy fuerte que puede confundirse con cesarismo".
Ch¨¢vez viaja con sus ministros a las inauguraciones. Los suele sentar en una esquina del estrado, bien dispuestos en fila, y en medio de alguna alocuci¨®n puede interpelar a cualquiera de ellos, incluso abroncarle, porque no ha tra¨ªdo el mapa que ¨¦l pidi¨® o no ha contestado con la suficiente claridad. En Venezuela, la mayor¨ªa de la gente, a las doce de la noche ya est¨¢ en la cama y a las siete de la ma?ana, de camino al trabajo. Ch¨¢vez a las cuatro de la ma?ana est¨¢ despierto, pero es dif¨ªcil verlo en un acto antes de las nueve o las diez de la ma?ana. Y los ministros han de adaptarse a su r¨¦gimen de trabajo y descanso. "Te puede llamar a las dos y las tres de la madrugada para cualquier cosa. No hay horario. Se presenta a cualquier hora en los ministerios o te puede llamar a su despacho en cualquier momento", asume el vicepresidente Jos¨¦ Vicente Rangel. En casi ocho a?os de Gobierno han sido destituidos decenas de ministros.
Cuando uno lo ve avanzar por Petare sobre esa inmensa ola de amor organizada por los alcaldes de la "revoluci¨®n", repartiendo abrazos, uno puede preguntarse: ?Qui¨¦n ser¨¢ capaz de decirle: "Presidente, est¨¢ usted equivocado?". "Cualquier ministro", dice Rangel. "?l no te trata como un presidente y t¨² te sientes tranquilo y relajado. Ha desmitificado el poder".
Hay un canal de noticias, Globovisi¨®n, que ejerce una cr¨ªtica permanente sobre Ch¨¢vez. "Nos pasamos todo el d¨ªa d¨¢ndole le?a, como dicen ustedes los espa?oles", se?ala el director, Alberto Federico Ravell. Pero tambi¨¦n han proliferado los medios llamados alternativos, con gran apoyo del Gobierno, donde se llega a decir que la pol¨ªtica internacional de Ch¨¢vez ha influido en la subida de los precios del petr¨®leo. Existe libertad de prensa. Pero periodistas como Petkoff se quejan de las denuncias que interpone el Gobierno contra ellos. "?ste es un pa¨ªs que vive con miedo; miedo a perder el trabajo por razones pol¨ªticas, miedo a la polic¨ªa politizada".
Al final del art¨ªculo que escribi¨® sobre Ch¨¢vez en 1999 el colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, el escritor planteaba una duda: "?Era Ch¨¢vez un hombre destinado a salvar a su pa¨ªs, o s¨®lo un d¨¦spota m¨¢s?". Para Teodoro Petkoff, la duda ya est¨¢ resuelta: "No estamos ante una dictadura como la de Augusto Pinochet, pero vivimos en un r¨¦gimen autoritario y personalista. Todo el poder est¨¢ concentrado en sus manos. La supuesta revoluci¨®n queda muy vistosa de lejos. Pero ning¨²n europeo aceptar¨ªa jam¨¢s a un Gobierno que liquidara la separaci¨®n de poderes. Lo que ocurre es que en Europa hace gracia, viene bien que Ch¨¢vez le meta el dedo en el ojo a George W. Bush. Pero lo que ansiamos nosotros es agarrar el tel¨¦fono y saber que no te lo est¨¢n interviniendo".
-?Es tan grave la situaci¨®n?
-?Grave? ?Usted sabe lo que es la lista Tasc¨®n? Es una lista de casi cuatro millones de personas que firmaron solicitando un refer¨¦ndum para revocar a Ch¨¢vez. Esa lista ten¨ªa que ser secreta, confidencial. Pero el diputado chavista Luis Tasc¨®n la public¨®. ?Y sabe para qu¨¦ se utiliza ahora? Piense un poco: Para no otorgar empleos a quien firm¨®, para discriminar.
"Ch¨¢vez no puede ser comprendido como individualidad, fuera del contexto nacional, fuera de la naturaleza petrolera que define a nuestro pa¨ªs y condiciona nuestra identidad", explica Alberto Barrera Tyszka, coautor junto a Cristina Marcano, de la biograf¨ªa Hugo Ch¨¢vez sin uniforme. "Ch¨¢vez se ha convertido en una versi¨®n palpable del ¨¦xito al que aspiramos los venezolanos: ¨¦l es, en s¨ª mismo, la demostraci¨®n de que el sue?o es posible, de que se puede triunfar sin cambiar, siendo lo que somos; de que se puede ejercer y disfrutar la riqueza sin producirla. Esto, junto a su indudable talento de comunicador y otros elementos, refuerza el hechizo que produce entre los venezolanos. Ch¨¢vez es el v¨ªnculo m¨¢s real, m¨¢s parecido a nosotros, entre la inmensa riqueza petrolera y nuestra infinita miseria".
?Es el d¨¦spota, entonces, o es el hombre que salvar¨¢ a Venezuela? "En el proceso en el que estamos, cada vez ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil conocer al verdadero Ch¨¢vez, Quiz¨¢s ya ni exista", concluye Barrera Tyszka.
OCHO A?OS POL?MICOS EN EL PODER
- "Lo ¨²nico que ha aportado Ch¨¢vez es haber hecho de la cuesti¨®n social el gran tema de los venezolanos", dice
el l¨ªder opositor Teodoro Petkoff.
- El 78,8% de los venezolanos rechaza el r¨¦gimen de Cuba como ejemplo y el 81% no acepta la existencia de amenazas
contra la propiedad privada.
- "Ch¨¢vez es un l¨ªder para Venezuela, no para Espa?a. Habla para un 70% de gente que no ten¨ªa esperanzas", opina el soci¨®logo Juan Carlos Monedero.
- "?l es, en s¨ª mismo, la demostraci¨®n de que el sue?o es posible, de que se puede triunfar sin cambiar", afirma Alberto Barrera, uno de sus bi¨®grafos.
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