La miseria de la juventud en el mundo
La OIT alerta de que m¨¢s de 300 millones de j¨®venes trabajadores viven con menos de dos d¨®lares al d¨ªa
?Juventud, divino tesoro? M¨¢s de 300 millones de j¨®venes trabajadores del planeta viven con menos de dos d¨®lares al d¨ªa. En el sureste asi¨¢tico la tasa de desempleo de los trabajadores menores de 25 a?os aument¨® un 85,5% entre 1995 y 2005. En Espa?a, Francia y el conjunto de los pa¨ªses desarrollados, la incorporaci¨®n de los j¨®venes al mundo del trabajo es cada vez m¨¢s tard¨ªa y hay cada vez menos relaci¨®n entre la formaci¨®n de los j¨®venes y los empleos realmente existentes. ?D¨®nde est¨¢ el tesoro? La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) ha alertado a trav¨¦s de estas cifras del peligro de exclusi¨®n social de gran parte de los j¨®venes del mundo.
"En los pa¨ªses ricos el principal problema de los j¨®venes es encontrar trabajos acordes con sus estudios", dice la OIT
Paro. Trabajos mal remunerados. J¨®venes altamente cualificados en empleos que poco o nada tienen que ver con lo que han estudiado. M¨ªseros salarios en los pa¨ªses menos desarrollados, especialmente en el ?frica subsahariana y en Asia. Futuro incierto y derroche de recursos. El diagn¨®stico es de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo, los s¨ªntomas se encuentran recogidos en el ¨²ltimo estudio del organismo internacional Tendencias mundiales del empleo juvenil, publicado el 30 de octubre.
De acuerdo con los datos aportados por este informe, el n¨²mero de j¨®venes desempleados en el planeta aument¨® de 74 a 85 millones entre 1995 y 2005. La tasa de paro de los menores de 25 a?os fue del 13,5% en 2005, mientras que la tasa general de desempleo mundial se situ¨® en el 6,4% y la tasa de paro de adultos en el 4,5%. "La situaci¨®n es preocupante; el desempleo y las malas condiciones de trabajo no permiten independizarse hoy en d¨ªa a la mayor¨ªa de los j¨®venes", destaca Sara Elder, economista y co-autora del informe de la OIT. "Hay poco trabajo y el que hay no es empleo decente", a?ade.
Tener o no tener trabajo ha dejado de ser, para los j¨®venes, la principal forma de escapar de la pobreza. No s¨®lo se trata de conseguir un trabajo. Igual o mayor importancia tiene que ¨¦ste sea "decente". "Es un concepto que incluye varias condiciones: que el salario sea superior a la l¨ªnea del umbral de la pobreza, que el trabajador se beneficie de servicios sociales, sanidad y educaci¨®n o que la formaci¨®n del empleado est¨¦ vinculada con las necesidades de su puesto de trabajo", explica Elder.
Y estas condiciones escasean. M¨¢s de 300 millones de trabajadores j¨®venes ganan menos de dos d¨®lares al d¨ªa (unos 1,56 euros) para un total de 548 millones de asalariados con menos de 25 a?os en el mundo en 2005. En suma, seis de cada diez j¨®venes que est¨¢n trabajando viven en la extrema pobreza.
Pa¨ªses ricos y pa¨ªses pobres
La situaci¨®n, sin embargo, no es la misma entre la juventud de los pa¨ªses desarrollados y la de los pa¨ªses subdesarrollados. "En los pa¨ªses en desarrollo el principal problema de los j¨®venes es la falta de trabajo, el peque?o tama?o del sector privado y el enorme peso de la econom¨ªa informal", apunta Sara Elder. "En EE UU o en la Uni¨®n Europea el problema de la juventud radica sobre todo en encontrar un trabajo apropiado para sus estudios o formaci¨®n adquirida", agrega.
Que las aspiraciones de los reci¨¦n salidos de la universidad poco o nada tienen que ver con los puestos de trabajo realmente existentes en el mercado laboral bien lo saben en Francia. Miles de j¨®venes franceses participaron el pasado abril en movilizaciones masivas en contra del contrato de primer empleo, una medida con la que el Ejecutivo franc¨¦s pretend¨ªa permitir el despido sin justificar de los menores de 26 a?os durante los primeros 24 meses de su primer contrato de trabajo. Las continuas protestas hicieron que el Gobierno dirigido por Dominique de Villepin tuviese que retirar su propuesta. Y nada cambi¨®. Ni para peor, ni para mejor.
Seg¨²n Louis Chauvel, profesor de Sociolog¨ªa en el Institut d' Etudes Politiques de Par¨ªs, la clave de las protestas juveniles est¨¢ en el "miedo a dejar de ser clase media" de la mayor¨ªa de los manifestantes. "Temen que no van a poder disfrutar del mismo nivel de vida que sus padres y se lanzan a la calle". Un miedo al descenso en el escalaf¨®n social que se puede apoyar en cifras. "En 1977 la distancia entre lo que cobraba una persona con 30 a?os y otra con 50 se situaba en un 15% m¨¢s para la segunda, en 2005 la diferencia era ya de un 40%", sentencia Chauvel. "Pero la cuesti¨®n de fondo es el modelo de desarrollo econ¨®mico de la actualidad, muy distinto del de los a?os sesenta y setenta", apunta.
Globalizaci¨®n
Cambio tecnol¨®gico, transformaci¨®n del papel de las ideolog¨ªas, crisis del sindicalismo, fin de las seguridades en el empleo y en la vida en los Estados de bienestar de los a?os sesenta y setenta, la consabida globalizaci¨®n... ?stas son algunas de las razones que esgrimen muchos soci¨®logos y economistas para explicar el c¨®mo y el porqu¨¦ del negro panorama para los j¨®venes en nuestros d¨ªas.
Entre ellos, Juan Jos¨¦ Castillo, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid. "La liberalizaci¨®n de las econom¨ªas de los pa¨ªses del sur y la desregulaci¨®n de los mercados de trabajo en los pa¨ªses del norte han llevado a las empresas a centrar sus estrategias productivas en la fragmentaci¨®n de su proceso de producci¨®n. Externalizan o deslocalizan partes de ese proceso a otras regiones con salarios m¨¢s baratos o renuevan sus plantillas mediante j¨®venes, mujeres y emigrantes para poder abaratar costes", comenta el soci¨®logo.
En la Administraci¨®n p¨²blica espa?ola reconocen la gravedad de los datos aportados por la OIT, aunque esperan que la ¨²ltima reforma laboral frene el imparable ascenso de la temporalidad en el mercado laboral que alcanza al 65% de los contratos firmados por menores de 30 a?os, seg¨²n los datos de la ¨²ltima encuesta de la poblaci¨®n activa (EPA). "La OIT nos hace una llamada de alerta, que no s¨®lo tiene que ser escuchada por los gobiernos sino por toda la sociedad", indica Leire Iglesias, directora general del Instituto de la Juventud (Injuve), un organismo integrado en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
"Algo va a pasar", se?ala Sara Elder desde su despacho en la sede de la OIT en Ginebra. "Es un potencial incre¨ªble que se desaprovecha. Parece que los gobiernos se est¨¢n dando cuenta poco a poco, pero lo cierto es que es una situaci¨®n insostenible", dice."En los ayuntamientos, en las bibliotecas, en las empresas... Veo becarios en todas partes". Daniel Mesa, de CC OO, resalta la precariedad asociada a la figura del becario como una especie de suma y sigue de las apuradas condiciones de trabajo de los j¨®venes espa?oles. "No hay ning¨²n marco regulatorio, s¨®lo el que se establece entre una universidad y una empresa, pero cada vez son m¨¢s los empresarios que recurren a becarios sin tener ninguna relaci¨®n con un centro de ense?anza", denuncia el sindicalista.
Y no s¨®lo son las becas. Una media de tres contratos al a?o y una relaci¨®n de v¨ªctimas menores de 30 a?os en uno de cada tres accidentes laborales completan el panorama laboral de la juventud espa?ola, seg¨²n el sindicato CC OO.
Otro "pilar" de la situaci¨®n laboral juvenil es el "subempleo". "Si en 1994 el porcentaje de trabajadores que declaraban sentirse sobrecualificados era del 47%, en 2004 aumentaba al 57%", dice Pablo L¨®pez Calle, profesor de Sociolog¨ªa en la Complutense.
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