Desasosiego
Como boxeadores pesados y vencidos por la fatiga que se abrazan en mitad del cuadril¨¢tero y se van golpeando los ri?ones a la espera de que la campana interrumpa el in¨²til castigo, y confiando en que los jueces puntuar¨¢n por simpat¨ªa o por tongo y no por merecimientos, los candidatos habituales a las elecciones catalanas van asomando a la pantalla sus rostros desdibujados por el sudor y la fatiga, para cumplir con el ritual al t¨¦rmino de una jornada de escasa participaci¨®n, y dejar constancia del desgaste de una campa?a apretada, ¨¢rida y agria, en la que todos participaron con los ojos fijos en el espejo retrovisor y no en el camino, envuelta en rumores de presuntas estrategias ajenas al debate, con el clientelismo y el despojo como ¨²nico mensaje subliminal. Uno a uno van compareciendo ante el desasosiego de la ciudadan¨ªa, que los ha votado o no, pero que quisiera ver un espect¨¢culo menos ficticio, y suben al estrado a recoger el magro premio o el acc¨¦sit concedido a su persistencia y su impasividad, no se sabe si satisfechos o derrotados, pero sin duda firmemente decididos a no abandonar una posici¨®n conseguida con demasiados empujones, intrigas y zancadillas como para cederla o compartirla o dejarla a corto plazo. Los acompa?a un s¨¦quito de sombras que no dejan entrever fisuras por las que se asomen caras nuevas, y los jalea con sordina una militancia visceral y parasitaria, sin ilusi¨®n ni proyecto ni futuro digno de menci¨®n. Ante unos medios de informaci¨®n previsiblemente serviles de quienes los crearon y a¨²n procuran su manutenci¨®n, pronuncian las frases de rigor con la boca suelta y la mirada inquieta, m¨¢s temerosos de la conjura entre sus propias filas que de unos rivales paralizados por id¨¦nticas preocupaciones, mientras urden combinaciones que responder¨¢n en las nubes a intereses extra?os y en el suelo a cambalaches, y que pondr¨¢n de manifiesto que a fin de cuentas todo daba igual. Y as¨ª es, porque en definitiva no son malos chicos. Hacen su papel como pueden y cuentan con que las cosas sigan yendo bien, como han ido hasta ahora. Porque si un d¨ªa vienen mal dadas, si hay un conflicto serio, o la econom¨ªa hace agua, o descarrila un tren de cercan¨ªas, todos sin excepci¨®n perder¨¢n los papeles.
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