Un sistema de salud distante
En las ¨²ltimas d¨¦cadas los sistemas sanitarios de los pa¨ªses desarrollados se han visto sometidos a una presi¨®n creciente y continua, tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda. Hoy empleamos m¨¢s recursos que nunca en la atenci¨®n sanitaria y sin embargo no parecen ser suficientes. Adem¨¢s, los pacientes y ciudadanos depositan en la sanidad expectativas crecientes que generan m¨¢s demanda con un nivel de exigencia cada vez mayor y con requerimientos de mejor informaci¨®n. A este fen¨®meno ha contribuido notablemente el mayor desarrollo econ¨®mico y la elevaci¨®n del nivel cultural y educativo de los ciudadanos. Ello ha sido posible gracias al mayor uso de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, que han permitido que los pacientes tengan acceso a multitud de fuentes de informaci¨®n antes patrimonio exclusivo del m¨¦dico.
La presi¨®n del gasto y las dificultades financieras hacen que no se puedan (ni seguramente se deban) satisfacer todas las demandas de la poblaci¨®n, en el momento en que mayores son las expectativas de ¨¦sta y mayor su nivel de exigencia en la atenci¨®n sanitaria. Es, pues, importante avanzar en la medici¨®n y evaluaci¨®n de los resultados en salud, a fin de determinar la aplicaci¨®n m¨¢s eficiente de los recursos del sistema sanitario. No debemos olvidar que el objetivo central de un sistema de salud es reducir la mortalidad, la morbilidad y mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos. El sentimiento de seguridad y la satisfacci¨®n de las expectativas sobre la salud son vectores importantes para generar dicho bienestar, motivo por el que su evaluaci¨®n ha sido una prioridad para los sistemas de salud.
Indicadores b¨¢sicos para la salud p¨²blica, como las tasas de mortalidad, las medidas de prevenci¨®n o la efectividad, permanecen ocultos a la visi¨®n de los pacientes. Pero los criterios de calidad t¨¦cnica establecidos objetivamente por la oferta sanitaria deben ser complementados con los criterios subjetivos de satisfacci¨®n expresados por la demanda de servicios de salud.
El grado de satisfacci¨®n colectiva y las expectativas de cara al futuro permiten contrastar la validez de algunos indicadores de eficiencia y posibilitan la orientaci¨®n de las acciones de mejora y las pol¨ªticas sanitarias hacia el incremento de la satisfacci¨®n de los diferentes agentes del sistema de salud: pacientes, usuarios, ciudadanos y profesionales sanitarios. Es esta perspectiva la que constituye el fundamento del estudio de la evoluci¨®n de la opini¨®n de los usuarios del Sistema Nacional de Salud (SNS) 1995-2004, principal objetivo del trabajo cuyo resultado se puede consultar en las p¨¢ginas web de las fundaciones Astra-Z¨¦neca y Gaspar Casal.
La primera conclusi¨®n del trabajo es que la sanidad es la cuesti¨®n p¨²blica que m¨¢s preocupa a los espa?oles. Adem¨¢s, el ciudadano ha dejado de comportarse de forma pasiva y desea jugar un papel m¨¢s activo y con un mayor nivel de exigencia.
Esta mayor exigencia se percibe precisamente en uno de los aspectos con los que la poblaci¨®n espa?ola se muestra m¨¢s cr¨ªtica: la participaci¨®n de los pacientes y ciudadanos en el sistema sanitario. Baste se?alar como muestra que, seg¨²n los del BS 2003, casi la mitad de los espa?oles opina que no existen suficientes v¨ªas para que los ciudadanos expresen sus puntos de vista respecto al sistema sanitario. En esta misma l¨ªnea, otro factor que recibe una baja valoraci¨®n es la informaci¨®n facilitada por las informaciones sanitarias, que se considera insuficiente y de dif¨ªcil acceso.
Otra de las tendencias que m¨¢s llaman la atenci¨®n es el fuerte auge de la sanidad privada. Aunque la sanidad p¨²blica no ha perdido en la ¨²ltima d¨¦cada su posici¨®n dominante en la mente de los usuarios, desde 2002 se registra una importante apreciaci¨®n de la sanidad privada, que ha incrementado notablemente sus usuarios potenciales. Esta evoluci¨®n es especialmente acusada en los dos ¨²ltimos a?os de la serie de los BS (2003 y 2004), en los que el incremento de ciudadanos inclinados hacia la atenci¨®n sanitaria privada puede considerarse espectacular. Los factores de infraestructura t¨¦cnica (tecnolog¨ªa y capacitaci¨®n) siguen siendo claramente favorables a la asistencia p¨²blica, que, sin embargo, cede ante la privada en factores como la rapidez, la comodidad y el trato personal que reciben los usuarios.
Nuestro sistema sanitario funciona bien, pero necesita cambios, seg¨²n la mayor¨ªa de los ciudadanos. Aunque la valoraci¨®n del SNS es positiva en t¨¦rminos generales, incluso con una leve tendencia al alza, la exigencia de los ciudadanos ha aumentado, motivo por el que tres de cada cuatro espa?oles reclama reformas en el sistema sanitario. La valoraci¨®n de los usuarios respecto a la atenci¨®n primaria y la especializada es muy similar: muy buena infraestructura de centros, dotaci¨®n m¨¦dica y equipamientos, buena disposici¨®n y comportamiento de los profesionales sanitarios y ciertas insuficiencias organizativas que desde el interior del sistema sanitario suelen achacarse a la saturaci¨®n de los servicios pero que los usuarios no pueden valorar muy positivamente.
Las persistentes puntuaciones negativas sobre temas de informaci¨®n al paciente y al ciudadano en general proyectan la visi¨®n de un sistema sanitario distante y alejado de las preocupaciones de los usuarios, con un gran d¨¦ficit de empat¨ªa frente a ¨¦stos y acaso demasiado volcado en la pura asistencia m¨¦dica. Esta labor de gesti¨®n de la enfermedad, aun siendo parte esencial e irrenunciable de la actividad sanitaria, precisa de un esfuerzo para hacerla comprensible y accesible al paciente. Es necesario realizar un mayor esfuerzo para resolver las dudas e inquietudes de pacientes y usuarios, m¨¢s all¨¢ de la obtenci¨®n de su respeto, admiraci¨®n y elevada valoraci¨®n, objetivo ¨¦ste que est¨¢ plenamente conseguido. Los ciudadanos est¨¢n satisfechos en t¨¦rminos generales con el SNS, pero reclaman mayores cauces de participaci¨®n e informaci¨®n como demandas m¨¢s urgentes.
Juan del Llano Se?ar¨ªs, ?lvaro Hidalgo Vega y Santiago P¨¦rez-Camarero pertenecen a la Fundaci¨®n Gaspar Casal (www.fgcasal.org).
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