"Cien inyecciones al a?o no son nada"
El juicio del 'caso Cofidis' saca a la luz la "cultura de la jeringuilla" en el ciclismo
Philippe Gaumont nunca ha pasado por un ciclista t¨ªmido. Nunca lo ha pretendido, tampoco. En sus a?os en activo, el corredor franc¨¦s, ganador de una Gante-Wevelgem, era conocido por su valent¨ªa. Era arrojado en todos los sentidos. Esa misma valent¨ªa la sac¨® a relucir ayer Gaumont, ya ciclista retirado, en la sala de Nanterre, a las afueras de Par¨ªs, en que se celebr¨® la segunda jornada del juicio del "caso Cofidis'" Diez personas, entre ex corredores y t¨¦cnicos, del equipo ciclista franc¨¦s responden a cargos de tr¨¢fico, posesi¨®n y uso de sustancias venenosas y de incitaci¨®n al uso de sustancias dopantes.
Uno de los acusados es Gaumont, que sin medir sus palabras volvi¨® a romper ante el juez la 'omert¨¢', la ley del silencio que a¨²n sigue siendo la disposici¨®n dominante en la mayor parte del pelot¨®n mundial. Cuenta la agencia France Presse que seg¨²n Gaumont, corredor del Cofidis entre 1997 y 2004, los ciclistas han recurrido habitualmente a la farmacopea. En su declaraci¨®n ante el tribunal, Gaumont, que como corredor hizo famoso un gran lobo tatuado en su antebrazo, su s¨ªmbolo, ha descrito c¨®mo sus compa?eros de equipo Stuart O'Grady y David Millar "esnifaban" medicamentos tras regarlos con alcohol, c¨®mo el autob¨²s del equipo se convert¨ªa durante las contrarreloj en un ambulatorio por el que todos los corredores pasaban para pincharse, c¨®mo cada uno ten¨ªa una centrifugadora con la que medir su nivel de hematocrito y no pasar el l¨ªmite de 50 despu¨¦s de doparse con EPO...
El escoc¨¦s David Millar revela que se dop¨® con EPO comprada en Espa?a e Italia
En un momento concreto, la presidenta del tribunal, Ghilaine Polge, le pregunt¨® a Gaumont. "?Habla de una cultura de la jeringuilla?". "S¨ª", replic¨® el ex ciclista, de 33 a?os. "100 pinchazos al a?o no son nada para un corredor".
Gaumont denunci¨® con palabras duras la "hipocres¨ªa" del medio, la hipocres¨ªa de su equipo. "Nadie en el Cofidis me oblig¨® a doparme", dijo, "pero no se puede ir de virtuosos por la vida cuando sab¨ªan que su sistema empujaba al dopaje. Por ejemplo, los contratos no van m¨¢s all¨¢ de un a?o o dos, y eso somete a los corredores, personas que han dejado sus estudios muy pronto, a una presi¨®n insoportable para lograr resultados para unos patrocinadores que quieren beneficios por su inversi¨®n. El ciclista no es m¨¢s que un pe¨®n que transmite una imagen publicitaria y del que finalmente pasan todos".
De esa misma hipocres¨ªa habl¨® otro de los acusados, David Millar, un brit¨¢nico que ha regresado este septiembre al pelot¨®n tras purgar una sanci¨®n de dos a?os impuesta porque en sus declaraciones iniciales a la polic¨ªa que investig¨® el "caso Cofidis""reconoci¨® haberse dopado con EPO y testosterona. Ayer repiti¨® su confesi¨®n en el tribunal de Nanterre. Y repiti¨® tambi¨¦n c¨®mo consegu¨ªa el "doping" en Espa?a y en Italia. "Yo me dopaba porque mi obligaci¨®n era llegar bien clasificado", dijo Millar, de 29 a?os, que entr¨® en el ciclismo profesional como un joven prodigio, ganador del pr¨®logo del Tour a los 23 a?os y campe¨®n del mundo contrarreloj en Hamilton en 2003. "Uno se dopa porque es prisionero de s¨ª mismo, de la gloria, del dinero. Yo no estaba orgulloso de m¨ª. En el Cofidis nos busc¨¢bamos la vida solos, la cuesti¨®n del dopaje nunca se trat¨®. Practicaban la pol¨ªtica del avestruz"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.