Alarma m¨¢xima en los museos alemanes
El Gobierno convoca a expertos art¨ªsticos y legales para afrontar "la ola de restituciones"
Casi siete d¨¦cadas despu¨¦s de su fin, el expolio nazi enfrenta a los descendientes de quienes fueron perseguidos y pretenden recuperar al menos una parte de los bienes art¨ªsticos que pertenecieron a sus antecesores, y el inter¨¦s p¨²blico de los alemanes para que ¨¦stos permanezcan en el pa¨ªs. Los directores de los museos p¨²blicos temen una importante p¨¦rdida de obras muy valiosas, porque el marco jur¨ªdico que define las posibilidades de restituir una obra confiscada por los nazis no est¨¢ claramente definido y la conciencia moral de la sociedad favorece, en caso de duda y aunque no existan documentos, a los solicitantes, familiares de quienes sufrieron la persecuci¨®n nazi. Alemania se mueve sobre un terreno moralmente delicado -las responsabilidades del pa¨ªs que propici¨® el holocauto- y, adem¨¢s, sus museos no disponen del dinero para conservar las piezas reclamadas.
Los museos no cuentan con dinero suficiente para conservar las piezas reclamadas
El ministro de Cultura, Bernd Neuman, convoc¨® la semana pasada una cumbre para el pr¨®ximo d¨ªa 20 con el fin de analizar la "ola de restituciones" que se espera debido a una serie de peticiones cuya dimensi¨®n se desconoce, pero que, desde hace unos meses, alarma al mundo del arte alem¨¢n. Circula el rumor de que varias docenas de obras de arte podr¨ªan pasar de un museo alem¨¢n a otro museo p¨²blico o a colecciones privadas de cualquier lugar del mundo, y ello a trav¨¦s de abogados de los herederos y de casas de subastas donde su venta alcanza cifras exorbitantes. El semanario Der Spiegel habla de unas 50 piezas, de artistas como Ernst Ludwig Kirchner, August Macke, Lyonel Feininger, Emil Nolde y Franz Marc.
Con el fin de impedir el derrumbe del arte exhibido permanentemente en Alemania, asistir¨¢n a la reuni¨®n en la canciller¨ªa 20 representantes de museos alemanes y expertos jur¨ªdicos para intercambiar "experiencias de restituci¨®n", seg¨²n la invitaci¨®n del ministro citada por el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Dos recientes devoluciones de cuadros a sus herederos leg¨ªtimos jud¨ªos despertaron el temor por el empobrecimiento de las colecciones alemanas. Se trata de Berliner Strassenszene (Escena callejera berlinesa), pintada en 1913 por el expresionista Ernst Ludwig Kirchner, que compr¨® el mi¨¦rcoles una galer¨ªa de arte alem¨¢n en la Fith Avenue de Nueva York en Christie's, y Ein Nachmittag im Tuileriengarten (Mediod¨ªa en el Jard¨ªn de Tuller¨ªas, 1867), del impresionista alem¨¢n Adolph Menzel, devuelto el a?o pasado por los Museos Estatales de Dresde a sus herederos, y que hoy se exhibe en la National Gallery de Londres. El Senado de Berl¨ªn ofreci¨® entre 10 y 12 millones de euros por el cuadro de Kirchner, que alcanz¨® 30 millones de euros en la subasta neoyorquina. No pudo competir.
Muchos expertos de arte y derecho, pol¨ªticos y periodistas consideran que con la subasta de Escena callejera berlinesa conlleva un profundo trabajo de detectives. En muchos casos, el deber moral que sienten galeristas o directores de museos facilita la restituci¨®n. Pero uno de los puntos que se debatir¨¢n el d¨ªa 20 es la posibilidad de establecer un plazo prescriptivo. El director de los Museos de Dresde, Martin Roth -quien no ha superado la p¨¦rdida del menzel el a?o pasado, porque el heredero le prometi¨® devolverle la pieza principal de la colecci¨®n del artista en Alemania a un precio accesible- considera que "un alem¨¢n tiene prohibido hablar de plazos prescriptivos", seg¨²n una entrevista publicada por el Spiegel. Los holandeses no, sostuvo ¨¦l mismo, porque "son mucho m¨¢s libres", ?de culpa? En Holanda finaliza el plazo para solicitar restituciones en 2007.
El Gobierno alem¨¢n asegur¨® en 1998, durante la Conferencia de Washington, la restituci¨®n de obras de arte robadas por los nazis. M¨¢s adelante ampli¨® el t¨¦rmino y ello supone una amenaza ahora a los museos. Vale cualquier argumento relacionado con la persecuci¨®n nacionalsocialista que condujo a la p¨¦rdida de una obra, por ejemplo, el hecho de que su due?o la vendiera voluntariamente para subsistir. ?ste ha sido el caso de la Escena callejera de Kirchner. Su due?o huy¨® a tiempo a Suiza, pero al verse obligado a cerrar su empresa viv¨ªa de la venta de sus bienes. Bastaron sospechas para que sus familiares recibieran la obra del Museo Br¨¹cke.
Los museos alemanes se salvan si comprueban que el r¨¦gimen nazi pag¨® suficiente dinero entre los a?os 1933 y 1945 por el objeto art¨ªstico y que el vendedor lo recibi¨®. El archivo, en Colonia, que hubiese documentado la venta del cuadro de Kirchner ya no existe. Se quem¨® durante la II Guerra Mundial.
La cumbre convocada por Neumann podr¨ªa aclarar la definici¨®n del marco en el que se puedan llevar a cabo las restituciones del arte robado por los nazis. El cr¨ªtico del Frankfurter Allgemeine Zeitung Stefan Koldehoff teme el fracaso de la cumbre que deber¨ªa desembocar en "la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa de los museos" ante la falta de medios econ¨®micos. "Mientras que los museos alemanes no dispongan de un presupuesto aceptable para compras y personal (...) y para establecer el origen de sus obras, todo ello seguir¨¢ en manos de los bufetes de abogados", concluye.
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