Fotos de la persona, no del personaje
El MNAC dedica una retrospectiva a la obra de Humberto Rivas, fot¨®grafo argentino afincado en Barcelona
El fot¨®grafo Humberto Rivas (Buenos Aires, 1937) siente aut¨¦ntica debilidad por el retrato. Desde sus inicios, Rivas ha contactado en la calle a todo tipo de personas que, por alguna u otra raz¨®n, despertaban su curiosidad creativa y los ha invitado a su estudio para librar con ellos una curiosa batalla entre esencia y apariencia. "Hacer un buen retrato es vencer la guerra que se entabla entre el fot¨®grafo y el modelo. Todos queremos mostrar una determinada imagen de nosotros mismos, y yo no busco fotografiar al personaje, sino a la persona", afirma. El Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC) dedica hasta el 18 de febrero una retrospectiva a Rivas, premio Nacional de Fotograf¨ªa en 1997.
"Me interesa que las fotografias hablen por s¨ª mismas, que se escuche lo que son"
Humberto Rivas. El fot¨®grafo del silencio, como se ha titulado la exhibici¨®n, re¨²ne 72 fotograf¨ªas que a decir de su comisario, David Balsells, tratan de ofrecer una s¨ªntesis representativa de la producci¨®n del autor, que en 1976 escap¨® de la violencia siniestra de su pa¨ªs natal para afincarse en Barcelona, ciudad donde reside desde entonces. Junto al retrato, el otro pilar de la muestra lo constituye el paisaje, el otro gran tema de Rivas. El deseo de mostrar los efectos del paso del tiempo marca el nexo de uni¨®n entre uno y otro. Sea a trav¨¦s de las arrugas que surcan la frente de una anciana o escarbando en la pl¨¢stica decrepitud de un edificio abandonado. Ambas l¨ªneas tem¨¢ticas est¨¢n hermanadas por una misma inquietud art¨ªstica. "Me interesa que las fotograf¨ªas hablen por s¨ª mismas, que se escuche lo que son. Mi mayor miedo es que una imagen no diga nada", explica. De ah¨ª el t¨ªtulo que se ha escogido para la exposici¨®n, que remite a la voluntad de autorreferencia con el que el fot¨®grafo aborda su trabajo.
Si se le pregunta d¨®nde est¨¢ el origen primero de sus im¨¢genes, Rivas abre mucho los dedos pulgar e ¨ªndice de su mano derecha para abarcar con ellos la frente y uno de sus ojos: el cerebro y la mirada son la cuna de sus fotograf¨ªas, que de alg¨²n modo siempre nacen del enamoramiento hacia el motivo retratado. "Si no gano yo la batalla s¨¦ que la fotograf¨ªa resultante no me va a gustar. Y eso no tiene nada que ver con que la persona retratada salga guapa. A veces a la gente no le gusta c¨®mo ha quedado en la foto".
Humberto Rivas inici¨® su andadura en el mundo del arte de la mano del dibujo y la pintura. Hab¨ªa conseguido ya hacerse un nombre cuando abandon¨® los pinceles para dedicarse en exclusiva a la fotograf¨ªa. Al establecerse en Barcelona, su trabajo se convirti¨® en un referente para los creadores locales. El fot¨®grafo, que cuando recibi¨® el Premio Nacional de Fotograf¨ªa reivindic¨® la consideraci¨®n de fotograf¨ªa como una disciplina art¨ªstica m¨¢s, considera que en los 30 a?os transcurridos desde su llegada han mejorado algunas cosas. Pero queda camino por recorrer. "Hemos avanzado algo, pero mucha gente a¨²n cree que las fotograf¨ªas las hace un aparato", lamenta.
Rivas, que ha donado al museo barcelon¨¦s medio centenar de las im¨¢genes expuestas, trabaja actualmente en un proyecto destinado a consignar los vestigios de la Guerra Civil en Catalu?a. Paredes mordidas por la metralla, b¨²nkeres olvidados en paisajes fantasmales, supervivientes de la contienda, son ahora su centro de atenci¨®n. El museo muestra una parte de este trabajo, esencialmente in¨¦dito hasta ahora, que pr¨®ximamente ser¨¢ objeto de una gran exposici¨®n itinerante organizada por la Generalitat. "He estado trabajando cuatro a?os en este proyecto, y todav¨ªa va a crecer un poco m¨¢s. Hay lugares en los que parece como si la guerra hubiera acabado ayer", constata Rivas, agradecido por conservar "la capacidad de disfrutar" del arte al que ha consagrado su vida.
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