La huerta multicolor
Adela Andikoetxea, ganadora de m¨¢s de 400 premios en ferias agr¨ªcolas, cultiva una extensa variedad de productos
Trabajaba en una empresa de bobinas en Sopelana. Adela Andikoetxea, natural de Urduliz y con un padre baserritarra que ya s¨®lo ten¨ªa la huerta como afici¨®n (era empleado, como tantos en la comarca, de la empresa de bienes de equipo Mec¨¢nica de la Pe?a) se encontr¨® en 1981 ante el dilema de seguir con la huerta como afici¨®n o dedicarse a ella a tiempo completo. "Hab¨ªa fallecido mi padre y mi madre decidi¨® repartir entre sus tres hijas el terreno; y as¨ª comenc¨¦ a dedicarme a la agricultura", recuerda. Un cuerto de siglo despu¨¦s, a pesar de los premios y la pasi¨®n de su club de fans, que le sigue de feria en feria, Adela Andikoetxea no oculta su satisfacci¨®n, pero tambi¨¦n echa de menos algunas ventajas de su vida en la f¨¢brica. "Las vacaciones, por ejemplo", apunta, "que no he disfrutado desde que naci¨® mi primer hijo en 1981, al mismo tiempo que me dedicaba por completo a la agricultura".
El viernes pasado por la ma?ana se encontraba en su huerta preparando su presencia en la feria que se celebr¨® en la plaza Bizkaia de Bilbao al d¨ªa siguiente. Enferma, convaleciente de una fuerte gripe, la agricultora de Urduliz recorr¨ªa los 1.000 metros cuadrados de invernadero y los centenares de cultivo al aire libre que atiende en busca del mejor g¨¦nero, sin olvidar el producto ex¨®tico. Esta temporada se llevan las guindillas. "Si presentas siempre las mismas hortalizas, el cliente acaba pasando de largo", reconoce Adela, que se enganch¨® pronto a la din¨¢mica de los concursos.
La primera sorpresa que ofreci¨® su puesto lleg¨® con la patata china, una variedad de tub¨¦rculo de color blanco y verde, con pinchos, que caus¨® verdadera sensaci¨®n. "Entonces no exist¨ªa Internet, as¨ª que nos abastec¨ªamos de las semillas que nos tra¨ªan amigos y familiares cuando iban de viaje". Andikoetxea compagina la experimentaci¨®n con la producci¨®n propia: cultiva sus propios semilleros de cebolla al mismo tiempo que compra semillas for¨¢neas en la Red.
Preparar su puesto de siete metros de largo, como mucho, le lleva m¨¢s de tres horas al equipo que comanda, en compa?¨ªa de su marido, Jos¨¦ Manuel Mart¨ªn, que tambi¨¦n dej¨® el empleo en la f¨¢brica por la huerta. "Y luego hay que desmontar todo, porque buena parte de lo que presentas es de adorno", aclara. Como las guindillas amarillas, moradas y rojas, o con forma de campana, que recog¨ªa la semana pasada.
La actividad es intensa: m¨¢s de 60 ferias al a?o, sin olvidar los d¨ªas que acude al mercado de Portugalete a vender sus productos, el mismo lugar donde comenz¨® su carrera en 1981. "En estos 25 a?os se ha transformado nuestro sector. Ya no tenemos p¨²blico en los lugares cl¨¢sicos; en cambio, la clientela nos sigue de feria en feria, con una fidelidad que llama la atenci¨®n". Adela Andikoetxea no se queja: se ha adaptado a los tiempos y ahora puede presumir de experta en ferias agropecuarias, sobre todo desde que distintas instituciones impulsan estas convocatorias.
As¨ª que cuando le tentaron grandes superficies como El Corte Ingl¨¦s o Pryca, lo tuvo claro. "Con el tiempo me he ganado un lugar en ese nuevo espacio que son las ferias y no era capaz de atender otro nuevo mercado". , apunta quien no vislumbra el fin de la temporada hasta Nochevieja, con la cita que habitualmente se convoca en Sestao para esa fecha.
Adela Andikoetxea reconoce que lo suyo no es la agricultura ecol¨®gica. "Tengo claro que si quieres obtener buenos productos no puedes andarte con remilgos, y menos si buscas vivir de tu trabajo. No me creo que ning¨²n agricultor ande matando los bichos uno a uno", afirma sin af¨¢n de polemizar. Eso s¨ª, procura tratar sus cultivos con los mejores plaguicidas, que son eficaces pero cuyos restos desaparecen al de tres d¨ªas como mucho. "Si no, ser¨ªa imposible ofrecer tomates, pimientos o puerros de calidad", dice Adela. Est¨¢ considerada como la mejor hortelana de Vizcaya y el s¨¢bado, en la plaza de Bizkaia, lo volvi¨® a demostrar. En su casa de Urduliz ya no tiene vitrinas para exponer los m¨¢s de 400 premios que ha obtenido en los ¨²ltimos 25 a?os.
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