"La materia oscura ha tapado un agujero en nuestra comprensi¨®n del universo"
Cuando empez¨®, becado, sus estudios de astrof¨ªsica en Rusia, Narciso Ben¨ªtez no imaginaba que, de todos los elementos del Universo, uno de sus mayores caballos de batalla iba a ser el m¨¢s invisible y pol¨¦mico: la materia oscura. Tras realizar su tesis en la Universidad de Cantabria, en 1997 Ben¨ªtez volvi¨® a marcharse con una beca, esta vez a la Universidad de California en Berkeley (EE UU). Y desde el a?o 2000 hasta 2004 trabaj¨® en la NASA para desarrollar la nueva c¨¢mara ACS que ha mejorado considerablemente la capacidad visual del telescopio espacial Hubble. Este astrof¨ªsico, de origen vasco y de 38 a?os, confiesa que lo que le llena de verdadero orgullo es que la primera imagen de c¨²mulos de galaxia que captur¨® con la ACS para estudiar la materia oscura se public¨® a doble p¨¢gina en la popular revista National Geographic. Hace dos a?os Ben¨ªtez volvi¨® a Espa?a gracias al programa Ram¨®n y Cajal, al Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa del CSIC, donde asegura que ha tenido "un buen aterrizaje".
"La suma de relatividad general m¨¢s materia oscura es una teor¨ªa muy bella desde el punto de vista matem¨¢tico para explicar el universo"
"El acceso a recursos como el de noches de telescopio por astr¨®nomo es mejor aqu¨ª que en muchas grandes universidades de EE UU"
P. ?Puede recordar c¨®mo empez¨® todo esto de la materia oscura?
R. El debate se inici¨® en 1963, cuando un astrof¨ªsico suizo, Fritz Zwicky, descubri¨® que la masa calculada para los c¨²mulos de galaxias, considerando las velocidades a las que se mov¨ªan, era muy superior a la estimada teniendo en cuenta s¨®lo las estrellas. Y dedujo que ten¨ªa que haber alguna forma de materia que no vemos que explicase este movimiento. Eso es lo que conocemos como materia oscura.
P. ?Por qu¨¦ es tan importante?
R. Al aplicar las leyes de la Relatividad General de Albert Einstein a sistemas de gran tama?o se comprueba que, para explicar el comportamiento de las part¨ªculas, es necesario introducir algo m¨¢s. Ese algo m¨¢s es la materia oscura, que ha conseguido tapar un agujero en nuestra comprensi¨®n del Universo, aunque su composici¨®n contin¨²a siendo un misterio.
P. ?En qu¨¦ punto se encuentra la investigaci¨®n?
R. Podemos explicarlo utilizando un s¨ªmil. El asunto de la materia oscura podr¨ªa ser como el caso del descubrimiento de Neptuno, en el que observando las perturbaciones en los l¨ªmites de los planetas, y dando por sentado que la ley de la gravedad funcionaba, se dedujo la existencia de un nuevo objeto celeste. Pero tambi¨¦n podr¨ªa repetirse lo que ocurri¨® cuando los f¨ªsicos postularon la existencia del ¨¦ter para explicar la propagaci¨®n de las ondas lum¨ªnicas: finalmente se comprob¨® que tal sustancia no exist¨ªa.
P. En ese caso, ?qu¨¦ otras alternativas tendr¨ªamos para explicar el funcionamiento del Universo?
R. En 1983, el f¨ªsico israel¨ª Mordehai Milgrom sugiri¨® que el problema no reside en que exista materia que no vemos, sino en que la relatividad general no es aplicable a ciertas aceleraciones. Bas¨¢ndose en las ideas de Newton, Milgrom cre¨® la teor¨ªa MOND -acr¨®nimo de Modified Newtonian Dynamics-, que explica el universo sin necesidad de recurrir a la materia oscura.
P. ?Einstein contra Milgrom?
R. Algo as¨ª. La suma de relatividad general m¨¢s materia oscura, adem¨¢s de funcionar muy bien con un mont¨®n de sistemas, es una teor¨ªa muy bella desde el punto de vista matem¨¢tico. Sin embargo, la teor¨ªa de Milgrom es poco est¨¦tica, parece hecha con alambres y cinta aislante, aunque funciona muy bien a la hora de explicar los movimientos en las galaxias. El debate est¨¢ abierto, pero el paradigma aceptado actualmente es que existe la materia oscura. Adem¨¢s, antes de cambiar una teor¨ªa como la relatividad general hay que ser muy cautos, incluso esc¨¦pticos. Entre otras cosas, por una cuesti¨®n pr¨¢ctica. Como dec¨ªa Sir Martin Rees, en astrof¨ªsica ser conservador es muy rentable. Para aceptar una nueva teor¨ªa tiene que pasar muchas pruebas. MOND ha pasado ya algunas de ellas, pero no todas.
P. ?Y qu¨¦ pasa con la energ¨ªa oscura?
R. Precisamente la revista Science public¨® hace poco una lista de los 10 problemas cient¨ªficos abiertos m¨¢s importantes y la energ¨ªa oscura ocupaba el primer puesto. Si pensamos en el universo como si fuese la superficie de un bal¨®n de playa que se est¨¢ hinchando, la materia (normal y oscura) hace que el bal¨®n se hinche cada vez menos, porque pesa. La energ¨ªa oscura, por el contrario, es la responsable de que se expanda cada vez m¨¢s.
P. Un concepto complejo...
R. Para entender la energ¨ªa oscura sirve poco el sentido com¨²n. La materia oscura se puede concebir como algo que est¨¢ dentro de un saco, que no se ve pero que, por su peso, sabemos que est¨¢ ah¨ª. Pero el concepto de energ¨ªa oscura no es nada intuitivo.
P. ?C¨®mo se estudia algo invisible?
R. De forma indirecta, avistando objetos lejanos. Si observamos un c¨²mulo de galaxias, como el Abell 1689 que fotografiamos con el Hubble, tenemos la sensaci¨®n de mirar a trav¨¦s de un cristal irregular. Este efecto de lente gravitatoria, predicho por Einstein, produce una distorsi¨®n de la imagen de los objetos lejanos. Identificando los que hay detr¨¢s del c¨²mulo y estudiando la distorsi¨®n o el efecto de la gravedad hemos podido deducir la cantidad de masa total -oscura y normal-. Y todos los art¨ªculos publicados a partir de las im¨¢genes del Hubble confirman que el perfil previsto de materia oscura es casi compatible al 100% con nuestras observaciones.
P. ?Casi?
R. El Abell 1689 es el Everest de los c¨²mulos de galaxias. Y no se pueden sacar conclusiones definitivas de todas las monta?as estudiando el Everest. Por eso ahora nos hemos lanzado a estudiar otros c¨²mulos de galaxias m¨¢s peque?os, a ver qu¨¦ encontramos.
P. La c¨¢mara ACS del Hubble, en cuyo dise?o particip¨® durante su trabajo en la NASA, ha jugado un papel importante en estos descubrimientos ?no?
R. Sin duda. Si no llega a ser por este instrumento no habr¨ªamos obtenido este tipo de datos. Hay que tener en cuenta que la c¨¢mara anterior del Hubble hab¨ªa sido dise?ada en los a?os setenta, y era ya una antigualla.
P. ?Qu¨¦ tal el regreso a Espa?a?
R. Ha supuesto un cambio importante, que tiene sus ventajas. En el aspecto personal, por supuesto, pero tambi¨¦n en el aspecto cient¨ªfico. ?ltimamente se est¨¢ notando en nuestro pa¨ªs el incremento de recursos, al menos en mi campo. Adem¨¢s hay proyectos peque?os, como el Alhambra, un programa de observaci¨®n con gran detalle de un ¨¢rea muy reducida del universo, que ser¨ªa impensable emprender en EE UU.
P. ?Por qu¨¦?
R. La comunidad espa?ola es m¨¢s peque?a y m¨¢s f¨¢cil de vertebrar en iniciativas de este tipo. Adem¨¢s, el acceso a recursos como el de noches de telescopio por astr¨®nomo es mejor aqu¨ª que en muchas grandes universidades de EE UU, y en la NASA las decisiones a veces est¨¢n bastante politizadas.
P. ?Qu¨¦ inconvenientes conlleva hacer ciencia en Espa?a?
R. El mayor problema es el papeleo y la burocracia, pero es un problema com¨²n a toda Europa. Tambi¨¦n veo complicado el futuro de los Ram¨®n y Cajal. Vinimos aqu¨ª con la promesa del tenure track: vas a trabajar a un sitio y, si funcionas bien, te quedas. Pero la realidad no ha sido as¨ª. De hecho, a la hora de conseguir una plaza, la calidad cient¨ªfica cuenta poco en ciertos ¨¢mbitos. Esta forma de funcionar ha sido hist¨®ricamente uno de los grandes lastres de la ciencia espa?ola, y est¨¢ cambiando con demasiada lentitud.
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