La maldici¨®n de Banana Beach

"?C¨®mo van a tirar mi casa si me la ha vendido una promotora, tiene la licencia de primera ocupaci¨®n, luz, agua, de todo, la he registrado en el notario, y pago impuestos por ella?" se preguntaba ayer un jubilado vasco que tras su retiro decidi¨® instalarse en la Costa del Sol y adquiri¨® un piso en el complejo Banana Beach.

Y es que la petici¨®n que la Junta ha hecho al Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa (TSJA) de que ordene la demolici¨®n de 334 viviendas construidas con licencia ilegal en suelos que estaban reservados para equipamiento p¨²blico ha metido la zozobra a sus compradores.

Tambi¨¦n descreimiento, porque hay quien sostiene que una medida as¨ª es sencillamente imposible. Es el caso del conserje de Banana Beach, conjunto residencial con 238 viviendas, la mayor¨ªa de las cuales permanece deshabitada en invierno. "Creo que no, de tirar nada, se le est¨¢n buscando tres pies al gato, han puesto la cabeza de turco en esta urbanizaci¨®n y nada m¨¢s", argumenta.

El conserje se muestra incr¨¦dulo porque no es la primera vez que se habla de Banana Beach. En abril de 2004, la sala de lo contencioso-administrativo del TSJA dict¨® sentencia que declaraba nula la licencia de obra otorgada por el Ayuntamiento de Marbella ocho a?os antes sobre un suelo calificado como sistema general de ¨¢reas libres. Ya entonces, cuando la promotora a¨²n no hab¨ªa vendido todos los pisos. la noticia caus¨® inquietud a los vecinos que capearon unos d¨ªas una avalancha de reporteros.

Un a?o despu¨¦s, Juli¨¢n Mu?oz y otros seis concejales se sentaron en el banquillo de los acusados en el primer juicio por lo penal por prevaricaci¨®n urban¨ªstica en Marbella por la licencia de Banana Beach y fueron condenados a seis meses de prisi¨®n. La sentencia tambi¨¦n declaraba nula la licencia, y de nuevo la inquietud.

Ahora, pasados otro a?o y medio m¨¢s, Banana Beach vuelve a estar en el punto de foco por la petici¨®n de ejecuci¨®n de sentencia de la Junta. Para algunos, como el conserje, puede ser el cuento del lobo. Otros ven ahora una amenaza m¨¢s seria. Es el caso de David, que tiene en venta un piso en la urbanizaci¨®n. "Con la que est¨¢ cayendo en el urbanismo, se est¨¢n pidiendo sanciones ejemplarizantes, y puede ser que ahora s¨ª se puedan tirar los edificios, pero si no fuera por eso, estoy seguro de que no se derriba. Me da un poco de miedo, ahora s¨ª hay m¨¢s incertidumbre", explica.

Lo que dice no comprender es que al final se traslade el pago de los incumplimientos a personas que han actuado de buena fe comprando sus viviendas, como el caso del jubilado vasco. "En algunos pisos ha habido ya segundas y terceras transmisiones y no puede ser que pague el pato el usuario", argumenta y opina que habr¨ªa que introducir correcciones en el sistema para algo que en principio parece tan sencillo como que "no se permita construir un edificio que no se puede construir".

El administrador del edificio asegura que los vecinos "est¨¢n alarmados", e insiste en los argumentos de David. "Actuaron de buena fe, compraron una vivienda que ten¨ªa una licencia concedida por el Ayuntamiento y en el registro de la propiedad no constaba ning¨²n problema. En los pr¨®ximos d¨ªas, los vecinos estudiar¨¢n acciones a emprender para defender sus intereses en el procedo de ejecuci¨®n de sentencia que debe iniciar el TSJA.

El presidente de la gestora municipal, Diego Mart¨ªn Reyes, dijo ayer estar tambi¨¦n preocupado por la situaci¨®n, pero se mostr¨® fiememente convencido de que "las sentencias deben ejecutarse", y dijo que en otras poblaciones donde haya sentencias firmes que anulen licencias tambi¨¦n habr¨¢ demoliciones. No se trata de un problema exclusivo de Marbella, pero s¨ª tiene en esta ciudad una dimensi¨®n especial, porque hay m¨¢s de 400 impugnaciones de licencias sobre pendientes a¨²n de sentencia.

Pero como nunca llueve a gusto de todos, siempre hay quien saluda la posible demolici¨®n no como una amenaza, sino incluso como una posibilidad de negocio. Es el caso de un ciudadano h¨²ngaro que posee ocho viviendas en el complejo y que hace su particular cuenta de la vieja. "No es una mala noticia, porque me pagar¨¢n un mont¨®n de dinero. Las viviendas ahora valen aproximadamente el doble del precio en el que las compr¨¦", aprecia.

Un piso de dos dormitorios en Banana Beach puede costar ahora unos 270.000 euros y 350.000 si tiene tres dormitorios. "Es un sitio muy apreciado porque est¨¢ en primera l¨ªnea de playa y muy bien", afirma una agente inmobiliaria.

En R¨ªo Real, donde la Junta ha pedido la demolici¨®n de 30 casas, tambi¨¦n junto a la playa, la promotora tiene a¨²n algunas en primera venta por precios que alcanzan hasta 1,9 millones de euros.