Desaparece el silencioso mito del poeta y referente cultural Jordi Sarsanedas
El escritor falleci¨® ayer en Barcelona, a los 82 a?os, tras una larga enfermedad
Con la misma discreci¨®n que marc¨® tanto su persona como su obra, pero que fue inversamente proporcional a su significativo papel en la Catalu?a cultural de la posguerra, el poeta Jordi Sarsanedas falleci¨® ayer en Barcelona, a los 82 a?os, v¨ªctima de una larga enfermedad. Fue autor de obras de culto, como los relatos que conforman Mites y los poemas de A trenc de sorra. Las honras f¨²nebres por Sarsanedas se celebrar¨¢n ma?ana en el tanatorio de Sant Gervasi, en Barcelona, a las 11.30 horas. El consejero de Cultura, Ferran Mascarell, lo calific¨® ayer de "cl¨¢sico imprescindible".
La actitud vital de Sarsanedas respond¨ªa quiz¨¢ a que cargaba, en sus anchas espaldas de hombre alto, la sensaci¨®n de hundimiento de la Catalu?a que no pudo ser por el franquismo y que estaba muy lejos del ambiente que vivi¨® el ni?o nacido el 3 de septiembre de 1924 en el Eixample barcelon¨¦s, influido por un padre, el pintor Ramon Sarsanedas, que igual le le¨ªa poemas de Josep Maria de Sagarra que de Joan Salvat-Papasseit o que le hablaba del urushi, una laca utilizada en la pintura japonesa.
Ese eclecticismo, que ¨¦l tradujo de forma autodidacta en lecturas que fueron desde las obras de corte na?f de Josep Maria Folch i Torres a las de mayor dureza moral y psicol¨®gica de Dostoievski, acabar¨ªa dibujando su polim¨®rfica trayectoria intelectual, en la que tanto tuvo cabida una atracci¨®n juvenil por las artes pl¨¢sticas como despu¨¦s explicar¨ªa las infinitas influencias de su indefinible poes¨ªa, deudora de Salvat-Papasseit y de J. V. Foix.
La Guerra Civil hizo que la familia se trasladara en 1937 a Francia, donde Sarsanedas se licenci¨® en Letras en la Universidad de Toulouse. Ello facilit¨® que, al poco de volver a Barcelona, en 1942, entrara como docente en el Instituto Franc¨¦s y empezara as¨ª una actividad que con los a?os culminar¨ªa en la direcci¨® adjunta de la escuela Aula.
Sarsanedas ampli¨®, de alguna manera, esa vocaci¨®n did¨¢ctica a toda la sociedad, pues su figura aparece desde entonces ligada a un sinf¨ªn de actividades culturales vitales para la subsistencia de la identidad catalana. Fue el caso de su participaci¨®n en la creaci¨®n, en 1945, del Grup dels Vuit, del que form¨® parte tambi¨¦n Albert R¨¤fols Casamada, colectivo que se caracteriz¨® por una programaci¨®n siempre provocativa.
Con esa misma filosof¨ªa de labor sorda entr¨® en la revista clandestina Ariel (1947-1951) y, de nuevo en el ¨¢mbito de las publicaciones, un papel silencioso, largo y sacrificado como secretario de redacci¨®n de Serra d'Or (1963- 1989).
La inquietud renacentista le llev¨® a su vez a estar tambi¨¦n en la formaci¨®n de la Agrupaci¨® Dram¨¤tica de Barcelona, en 1954, donde se puso a ense?ar fon¨¦tica y dicci¨®n y acab¨® de codirector; all¨ª dirigi¨® la obra de Salvador Espriu Primera hist¨°ria d'Esther. De la misma manera, aprovechando su facilidad por los idiomas y su estancia de lector en la Universidad de Glasgow (1948-1950), decidi¨® que la cultura catalana necesitaba tanto tener traducido a Salinger como la francesa a Espriu, se involucr¨® en la gestaci¨®n -los tiempos modernos lo exig¨ªan- del sello Adigsa, que sirvi¨® para arrancar la discograf¨ªa catalana. El compromiso, sin adjetivos, le llev¨® a asumir la presidencia del PEN Catal¨¤ (1983-2001) y a tomar las riendas de la recuperada Instituci¨® de les Lletres Catalanes, de la que fue decano entre 1988 y 1999.
"Todo es d¨ªficil en la vida. Seamos m¨¢s o menos millones, continuaremos viviendo. Que la lengua perdure depende de nosotros. Y tambi¨¦n de un regreso a la exigencia de su calidad", afirm¨® hace dos a?os el que fue miembro de la Secci¨® Filol¨°gica del Institut d'Estudis Catalans.. ?l aport¨® su grano de arena a partir de 1948, cuando public¨® clandestinamente su primer libro, A trenc de sorra, intento de reunir en unos poemas las contradicciones del vivir con el color gris, el ¨²nico, del franquismo. Con ese catal¨¢n exigente escribi¨® en 1954 su primer libro de ¨¦xito: los surrealistas relatos de Mites.
Eclipsado en parte por el reinado de Espriu, su reconocimiento po¨¦tico se forj¨® con los t¨ªtulos La Rambla de les Flors (1955) y, parad¨®jicamente, Fins a un cert punt, que recog¨ªa toda su poes¨ªa entre 1945 y 1989. Cor meu, el m¨®n (1999) le facilit¨® el Premio Nacional de la Cr¨ªtica. En prosa destacan tambi¨¦n sus novelas El martell (1956) y La noia de la sorra (1981, premio Josep Pla).
En los ¨²ltimos a?os, Sarsanedas hab¨ªa intensificado su ritmo de escritura, lo que llev¨® a publicar con m¨¢s asiduidad a un hombre que tampoco tuvo una obra muy larga: apenas 30 t¨ªtulos. De estos ¨²ltimos a?os son los libros de poes¨ªa L'enlluernament, el cap del carrer (2001) y Com una tornada, s¨ª (2003). Una nueva incursi¨®n en la narrativa, Una discreta venjan?a, le permiti¨® ganar el ¨²ltimo galard¨®n, el Ciutat de Barcelona, el pasado enero.
"S¨®lo he ambicionado la extra?a eficacia de las obras in¨²tiles de los artistas", escribi¨® una vez sobre su pasi¨®n. El Premi d'Honor de les Lletres Catalanes de 1994 y las declaraciones ayer de algunos intelectuales, entre ellos Oriol Bohigas -"es un monumento de la evoluci¨®n de la intelectualidad catalana"-, y del consejero de Cultura -"es un cl¨¢sico imprescindible"- le sacaron de ese modesto silencio.
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