El Madrid se cuelga de Casillas

Un portentoso cabezazo de Sergio Ramos, una gran jugada trenzada por Diarra y Emerson, ah¨ª es nada, y un fuera de juego que pill¨® despistado al juez de l¨ªnea permitieron al Madrid despachar con un nuevo triunfo un partido en el que durante muchos minutos, 45 concretamente, no se enter¨® de nada. No se desmoron¨® el Madrid porque su pegada sigue d¨¢ndole extraordinarios r¨¦ditos y, sobre todo, porque su porter¨ªa la guarda Casillas, que aburri¨® al Racing.

La grada del Bernab¨¦u se est¨¢ acostumbrando a un espect¨¢culo de dif¨ªcil digesti¨®n. Ocurre que el rival de turno se planta en un escenario que hasta ahora sol¨ªa provocar el p¨¢nico generalizado y se dedica a tocar el bal¨®n, con mejor o peor estilo; y a dominar el juego, con mejor o peor criterio; y a crear ocasiones, con mejor o peor suerte; y a sentirse grande, gigante a veces. Lo mismo da que ese equipo se llame ?cija o Bar?a. Ayer fue el Racing quien se plant¨® all¨ª y, en la primera mitad, le dio un meneo de cuidado al Madrid. Ocho tiros a puerta se sac¨® de la manga el equipo c¨¢ntabro. Resultado: 3-1 para el Madrid, que sigue haciendo caja. Cosas del f¨²tbol. Y cosas de Capello.

Ha adquirido el Madrid una fortaleza descomunal en el juego a¨¦reo. Sobre todo en ataque, en las jugadas a bal¨®n parado. Cinco minutos tard¨® ayer en golpear a su rival. Reyes sac¨® un c¨®rner y lo mismo dio que 10 jugadores del Racing merodearan por el ¨¢rea. Sergio Ramos se elev¨® entre cinco de ellos, quienes, impactados por el salto, no movieron un m¨²sculo, y cabece¨® con todo, abajo, adentro. Ya estaba el partido donde le gusta a Capello, convencido de que al Madrid le va bien si el rival maneja la pelota, asunto de complicada explicaci¨®n.

Y se arranc¨® el Racing a manejar la pelota. Y a manejar el partido. No es el c¨¢ntabro un equipo cuyo f¨²tbol enamore, pero se ha aprendido un discurso y a ¨¦l se agarra con dedicaci¨®n. Tiene en ataque a Zigic, un serbio inacabable desde sus 2,02 de estatura, y a quien sus compa?eros se encomiendan en cuanto le ven, lo que no es complicado. Acababa de marcar el Madrid y en el primer palo apareci¨® Zigic para cabecear con violencia. Se encontr¨® a Casillas. Fue aquella la primera exhibici¨®n del portero, que hizo un partido de cine. Luego le sac¨® otro cabezazo a Rub¨¦n, un tiro a Serrano, una falta a Garay, dos disparo a Zigic... Ocho paradas hizo el chico, para un total de 18 intervenciones.

El Madrid se fue con ventaja al descanso agarrado a su portero y a las arrancadas de un Sergio Ramos que parec¨ªa el expreso all¨¢ en la banda. La grada tron¨® cuando el ¨¢rbitro anul¨® un gol a Ra¨²l, por presunto fuera de juego, un gol que era una obra de arte, con el control del capit¨¢n a un env¨ªo de Helguera, la vaselina que supera al portero, qu¨¦ tiempos aquellos...

El Racing volvi¨® del descanso con gesto de desesperaci¨®n. Hab¨ªa sido el due?o del partido y el premio era la derrota. Casillas volvi¨® a cruzarse en el destino de Zigic y, en una acci¨®n ins¨®lita, Diarra y Emerson enhebraron una jugada en ataque. Se arranc¨® el de Mali, que lanz¨® a su compa?ero brasile?o. ?ste levant¨® la cabeza, abri¨® a Reyes a la izquierda y el sevillano la mand¨® junto al palo con habilidad. Dos disparos hab¨ªa efectuado el Madrid y dos goles hab¨ªa cazado. Siete llevaba el Racing y a cero segu¨ªa. Pareci¨® tirar la toalla el equipo c¨¢ntabro y Diarra, aprovech¨¢ndose de un fuera de juego, lograba el tercer gol. El Madrid no cuadraba una jugada, no inventaba nada y marcaba goles con inusitada punter¨ªa. Por fin encontr¨® premio el Racing en una falta que Garay mand¨® a un ¨¢ngulo donde ni Casillas pudo llegar.

Y de repente, Guti se hizo presente. El futbolista que ilumina al Madrid (aunque sea a ratos) perdi¨® la luz y caz¨® a Vitolo de mala manera. Se fue expulsado y bien pudo imitarle Sergio Ramos. Muri¨® el partido en los bajos fondos, el d¨ªa que el Bernab¨¦u recordaba a Puskas, uno de los mejores futbolistas que jam¨¢s pisaron su c¨¦sped y que ayer hubiera soltado m¨¢s de una l¨¢grima. El mejor homenaje se lo dedic¨® Casillas, h¨¦roe de un Madrid cuyo f¨²tbol no es precisamente digno de homenaje.