El ruso, el ucranio y la modelo americana
Victoria Beckham se habr¨¢ querido pegar un tiro al enterarse hace unos meses de que el Sunday Times de Londres hab¨ªa elegido a la modelo Kristen Pazik como la m¨¢s guapa de las esposas de los futbolistas. Pazik, estadounidense, est¨¢ casada con el ucraniano Andrei Shevchenko, traspasado en el verano del Milan al Chelsea por 45 millones de euros.
Para el due?o del Chelsea, el magnate ruso Roman Abramovich, gastar esa cantidad (el 0,3 por ciento de su fortuna total) supone lo mismo que para una persona normal, clase media espa?ola, comprarse un lavaplatos. Para el mercado de fichajes, teniendo en cuenta que Shevchenko ya ha cumplido los 30 a?os, es un disparate.
El ucraniano ha sido uno de los tres o cuatro mejores goleadores del mundo en lo que va del milenio, es verdad, pero la medida del capricho que se concedi¨® el ruso lo da Ruud Van Nistelrooy. El holand¨¦s tiene la misma edad que Shevchenko y una trayectoria parecida, pero le cost¨® al Real Madrid tres veces menos, y en lo que va de temporada ha marcado dos veces m¨¢s.
Lo m¨¢s notable que ha hecho Shevchenko en Inglaterra hasta la fecha es agradecer el piropo que le lanz¨® el Sunday Times a su mujer al aceptar posar medio desnudos los dos para la portada del magazine del diario. En el mismo plan salieron tres fotos de ¨¦l en un n¨²mero recente de la revista oficial del Chelsea: una jugando al golf; otra, sonriendo junto a Tiger Woods; y la tercera, mirando a la c¨¢mara con ojos de Latin Lover en un anuncio para la marca Armani.
En cuanto al trabajo por el que Abramovich le paga 1.000 euros a la hora (incluyendo las que est¨¢ dormido), ha anotado tres goles en lo que va de Liga, dos en un par de competiciones menores y ninguno en la Liga de Campeones, trofeo que es priorio ganar esta temporada para el Chelsea. Mientras tanto, su compa?ero en la delantera del equipo londinense, Didier Drogba no deja de marcar -14 goles hasta la fecha, cinco en Europa-. Drogba, un futbolista con pinta de jugador de baloncesto norteamericano, fue un desastre la temporada pasada, raz¨®n por la cual el fichaje de Shevchenko se consider¨® imprescindible. Ahora, Drogba, de Costa de Marfil, parece el mejor delantero centro del mundo. Mientras que Shevchenko ha resultado ser menos eficaz incluso que Ra¨²l, el ¨²nico jugador que le supera en goles anotados a lo largo de los a?os en competici¨®n europea.
?Ser¨¢ que Shevchenko, Bal¨®n de Oro en el 2004, ve su traslado a Londres como una especie de prejubilaci¨®n? Es una t¨¦sis que se baraja en la prensa inglesa, alimentada en gran parte por el hecho de que ¨¦l y Abramovich son amiguetes. Aunque no rinda mucho en el campo, Shevchenko le aporta algo importante fuera de ¨¦l. Como Abramovich habla el ingl¨¦s apenas mejor que David Beckham el espa?ol, Sheva es la ¨²nica persona en el club que el ruso se regal¨® en el 2003 (comprar el Chelski fue para ¨¦l como para un espa?ol medio comprar una nevera) con el que puede conversar sin traductor.
El futuro futbol¨ªstico de Shevchenko depende de si el problema reside en el cuerpo o en la cabeza; si le est¨¢ costando adaptar su juego al de la Premier League, o si ha perdido las ganas..
Lo m¨¢s probable es que le est¨¦ costando adaptarse, que su mal comienzo en el Chelsea tenga que ver con la singular dureza del f¨²tbol ingl¨¦s, cuya condici¨®n de primo hermano con el rugby se detecta con especial claridad en la isla donde ambos deportes se inventaron...
El gran temor del Chelsea es que las enormes cantidades que se pagaron por el ucraniano, y que le siguen pagando, haya contribuido a que disminuyera su hambre por triunfar; que los encantos de la bella Kristen, que el embrujamiento del golf, que el peso de los rublos y los trajes Armani, y los trofeos ya acumulados le hayan convertido las piernas en plomo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.