El viajero impenitente

Josef Koudelka lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas fotografiando y casi el mismo tiempo viajando. En buena medida podr¨ªa encarnar un cierto tipo de fot¨®grafo "n¨®mada" dedicado a buscar y registrar por diferentes pa¨ªses el "teatro de la vida". En parte por vocaci¨®n natural y en parte por circunstancias pol¨ªticas y biogr¨¢ficas, Koudelka ha sido un eterno emigrado, un viajero constante. Nacido en Moravia en 1938, inici¨® su trayectoria en los a?os sesenta fotografiando la escena teatral checa, para la revista Teatro. De este periodo arranca sin duda ese gusto por lo teatral y por lo escenogr¨¢fico que muestra toda su obra, y que hace que hasta las escenas m¨¢s cotidianas est¨¦n construidas siempre con un fuerte sentido del drama y el ritual. A partir de esos inicios, la obra de Koudelka se articular¨¢ en torno a cuatro grandes grupos de trabajo sucesivos: Gitanos, Invasi¨®n, Exilios y Caos. A comienzos de los a?os sesenta ya hab¨ªa empezado a realizar el que ser¨ªa su trabajo m¨¢s caracter¨ªstico y carism¨¢tico, un retrato de la vida cotidiana de los gitanos eslovacos, que luego extender¨ªa a otras zonas. En 1968, la invasi¨®n de Praga por los tanques sovi¨¦ticos dar¨ªa lugar a la serie Invasi¨®n. Im¨¢genes que envi¨® clandestinamente a Estados Unidos, donde fueron difundidas a los medios de comunicaci¨®n por Elliot Erwitt, entonces presidente de la agencia Magnum. Este trabajo tuvo como consecuencia el exilio de Koudelka y su entrada en dicha agencia. Pese a su pertenencia a Magnum, Koudel-ka nunca realiz¨® un trabajo espec¨ªfico como reportero, manteniendo su inter¨¦s por proyectos de m¨¢s largo alcance. El exilio dar¨ªa lugar a su siguiente bloque fotogr¨¢fico, llamado precisamente Exilios: una mirada hacia la vida cotidiana y popular de pa¨ªses como Italia, Espa?a, Portugal o Irlanda, en los que reflej¨® un mundo a¨²n conectado al pasado y a las ra¨ªces, a las tradiciones y los rituales, con atm¨®sferas cargadas de dramatismo y cierto sentido de religiosidad. Su ¨²ltima gran aportaci¨®n, supuso tambi¨¦n un cambio de formato fotogr¨¢fico, pasando a utilizar la panor¨¢mica. Se trata de Caos, paisajes de gran belleza pl¨¢stica, en los que refleja la tensi¨®n entre el hombre y la naturaleza a trav¨¦s del registro de territorios en los que el desarrollo ha dejado una huella especialmente dram¨¢tica.

A lo largo de su trayectoria, Koudelka ha ido plasmando una mirada tradicionalmente asociada a la fotograf¨ªa humanista, pero que en su caso tiene algunos rasgos distintivos: un profundo sentido del drama entendido como capacidad para captar "el teatro de la vida" a trav¨¦s de escenas cotidianas que se cargan de trascendencia casi ritual, una cuidada atenci¨®n hacia lo que permanece y resiste, un profundo respeto hacia la libertad y la diferencia, sea esta pol¨ªtica, cultural o ¨¦tnica.

Koudelka es as¨ª, ante todo, un fot¨®grafo n¨®mada, con un profundo sentido de la libertad y un profundo respeto hacia el hombre y lo que ¨¦ste significa culturalmente.