Las opciones del Pent¨¢gono
Los militares de EE UU exploran una alternativa que combina el incremento de tropas inmediato con un repliegue a medio plazo
En el gran debate nacional en EE UU sobre el futuro de Irak y las alternativas al actual despliegue militar, la revisi¨®n estrat¨¦gica que el Pent¨¢gono inici¨® hace casi dos meses y que a¨²n no ha concluido delimita tres opciones, seg¨²n The Washington Post: aumentar el n¨²mero de soldados, como sugiri¨® el general Peter Pace, n¨²mero uno de las Fuerzas Armadas, y como defiende el senador John McCain; disminuirlo, pero prolongar su misi¨®n, o retirarse. En s¨ªntesis, seg¨²n jefes militares que cita el diario, "ir a lo grande, estar m¨¢s tiempo o irse a casa".
En el nuevo marco pol¨ªtico estadounidense, despu¨¦s de la victoria dem¨®crata en las legislativas y con una nueva mayor¨ªa en el Congreso que empieza su andadura en enero, la discusi¨®n es muy din¨¢mica. Adem¨¢s del Pent¨¢gono, la Casa Blanca est¨¢ revisando la estrategia global, y el Grupo de Estudios de Irak, dirigido por el ex secretario de Estado James Baker dar¨¢ a conocer antes de fin de a?o sus recomendaciones tras haber analizado la situaci¨®n en los ¨²ltimos ocho meses. A todo ello se a?adir¨¢n, a partir de enero, los debates p¨²blicos en el Capitolio sobre aspectos centrales o derivados de la pol¨ªtica de la Casa Blanca sobre la guerra.
Seg¨²n el Post, la opci¨®n de enviar m¨¢s tropas contempla un aumento del actual despliegue de 141.000 soldados para "tratar de romper el ciclo de violencia inter¨¦tnica y de la insurgencia". Como dijo McCain en la ABC, si no hay pronto m¨¢s tropas para estabilizar Irak, "las consecuencias del fracaso ser¨¢n catastr¨®ficas". La opci¨®n de disminuir el n¨²mero de soldados y extender el plazo de la misi¨®n se basa en la esperanza de que los iraqu¨ªes asuman progresivamente las tareas de seguridad y defensa, pero exige una paciencia que, hoy por hoy, escasea en EE UU y podr¨ªa ser criticada como m¨¢s de lo mismo. Por ¨²ltimo, la retirada a corto plazo, a partir de la segunda mitad de 2007, es favorecida por algunos dem¨®cratas, como el senador Carl Levin, pero el partido a¨²n no tiene una estrategia com¨²n. A los jefes militares y a algunos expertos les preocupa que aumenten el caos y los enfrentamientos en caso de retirada r¨¢pida. La semana pasada, el general John Abizaid dijo en el Senado que una salida r¨¢pida empeorar¨ªa el nivel de violencia y se mostr¨® contrario a adoptar calendarios que "limiten la flexibilidad".
Por estas razones, se?ala el diario, est¨¢ forj¨¢ndose "un plan h¨ªbrido" que combina la primera y la segunda opci¨®n: un incremento temporal "de 20.000 a 30.000 soldados", seguido de un repliegue radical que podr¨ªa reducir a 60.000 el n¨²mero de tropas. Es posible que entre las recomendaciones del Grupo de Irak se incluya algo similar a esta opci¨®n. En Indonesia, el presidente Bush dijo que no ha tomado a¨²n ninguna decisi¨®n "sobre el aumento o la disminuci¨®n de tropas, y no lo har¨¦ hasta que no haya escuchado a las diversas fuentes".
Mientras, el congresista dem¨®crata Charles Rangel, que presidir¨¢ el importante Comit¨¦ de Medios y Arbitrios -que controla el dinero- ha vuelto a proponer el servicio militar obligatorio, suspendido en 1973 y al que se opone el 70% de la poblaci¨®n. Rangel, apoyado por el tambi¨¦n afroamericano Jesse Jackson, est¨¢ seguro de que no habr¨ªa habido invasi¨®n de Irak si el Ej¨¦rcito no fuera de soldados voluntarios, y anunci¨® que propondr¨¢ una ley para reinstaurar el servicio, porque el sistema actual "repercute en las minor¨ªas y en los ciudadanos de m¨¢s bajos ingresos".
[Pese a la victoria dem¨®crata, los halcones de la Administraci¨®n Bush no descartan una intervenci¨®n militar contra Ir¨¢n, seg¨²n un art¨ªculo publicado en la ¨²ltima edici¨®n del semanario The New Yorker por el periodista Seymour Hersh, quien desvel¨® los malos tratos a prisioneros iraqu¨ªes en la c¨¢rcel de Abu Ghraib.]
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.