Lo solemne y lo ocurrente
La historia reciente de los pueblos europeos se puede intentar, pese a todas sus miserias, sin mucho esfuerzo. Las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas de la vida de los europeos dicen m¨¢s que mil tomos sobre lo que la honestidad intelectual, la humildad, la voluntad de superaci¨®n, la determinaci¨®n en la autodefensa que surge de la convicci¨®n moral, la preparaci¨®n y la sincera b¨²squeda del bien com¨²n pueden generar. Cierto que Europa ha tenido la suerte para esta gran aventura de construcci¨®n pol¨ªtica y moral de tener el apoyo definitivo allende el Atl¨¢ntico. Pero nadie que sepa de la historia de los hombres puede negarle despu¨¦s el halo de milagro. Europa ha sido m¨¢s trabajadora y pr¨®spera, m¨¢s compasiva y por ello m¨¢s justa, m¨¢s estudiosa y cada vez m¨¢s l¨²cida, a veces dolorosamente introspectiva y sin embargo m¨¢s abierta y extrovertida. M¨¢s rica, a la postre, en todo lo que supone vida para ciudadanos con memoria que quieren "luz, m¨¢s luz" -dec¨ªa Goethe al morir pidiendo vida- en libertad y en dignidad. Si de ellos depende ser¨¢ tambi¨¦n en paz, pero no a toda costa, porque esta Europa se hizo precisamente en lucha contra los enemigos de la libertad que siempre han prometido paz a cambio de aquella.
Desde Schiller o Shelley a Heine, Mayakovski o Sajarov, desde Miguel Hern¨¢ndez a Anna Ajm¨¢tova, de Sandor Pet?fi a Wislawa Szymborska, Europa ha demostrado llegar a estos tiempos con el bagaje de amor y sabidur¨ªa para zafarse de tanta tragedia y en solo 50 a?os emerger -esperemos que sin desmayo- con la virtud de la fuerza para la mirada limpia que convierte en pasado los odios viejos de Verd¨²n y los de Oradour, el rencor de Coventry, de Dresde y de las Fosas Ardeantinas, junto a Roma. Ha ilusionado a generaciones magn¨ªficas de nuevos europeos, cada vez m¨¢s formados y libres, y decididos a integrarse en esa empresa sin precedentes de ¨¦xito hist¨®rico absoluto, tambi¨¦n en los pa¨ªses donde aun son relativamente recientes los traumas del miedo. S¨®lo la gran ¨¦pica de la creaci¨®n de unos Estados Unidos de Am¨¦rica con su crisol de culturas bajo un proyecto ¨²nico de civilizaci¨®n de seres libres puede compararse al de la nueva Europa como milagroso proyecto de convivencia. Construida sobre paisajes de mil guerras, ruinas y las peores infamias cometidas por unos humanos a otros.
Todo se ha hecho en lucha contra fantasmas del recuerdo. El r¨¦gimen criminal comunista sobrevivi¨® d¨¦cadas a la gran hecatombe de Varsovia, Stalingrado y Berl¨ªn y muri¨® con menor estr¨¦pito que el monstruo menos longevo del nazismo. Y sigue entre nosotros el fantasma del Holocausto, de la imposible respuesta al hecho de que casi todos los pueblos europeos aceptaran con pasividad, cuando no complicidad, la destrucci¨®n del juda¨ªsmo europeo. Mucho ha sido solemne en este paisaje de tragedia. Mucho rid¨ªculo. Pero el resultado es serio y los europeos debemos saber lo que nos jugamos. Todo aquel que ingres¨® en la UE se adhiri¨® a principios que se fundamentan en ideas, miedos y convicciones que surgen del Gran Cataclismo que se consuma en esos 30 a?os de guerra civil entre 1914 y 1945. Ni un paso atr¨¢s ante el enemigo. Sea nazi, comunista, fascista, hoy islamista, siempre enemigo de lo que hemos construido desecando todo un pantano inmenso de sangre desde los Balcanes hasta Noruega, desde Algeciras a Cracovia y m¨¢s all¨¢. Spiegel, Time y Newsweek coinciden en que las palabras de Benedicto XVI en Ratisbona no eran un gazapo. Claro que no. Era una llamada a esa autodefensa que la libertad europea se debe a s¨ª misma. En Turqu¨ªa el Papa fuerza con su visita una tensi¨®n cultural que sin duda ser¨¢ clarificadora, que la visita se produzca pese a la ausencia de Erdogan demuestra esa voluntad. Va por todos. Polonia no puede reeditar una venganza hacia sus vecinos ni el l¨ªder de la oposici¨®n h¨²ngara puede osar pedir la reinstauraci¨®n de la pena de muerte. Es feo que el Rey de Espa?a compadree con un Vlad¨ªmir Putin que resucita los tiempos del NKVD y encarcela en Siberia, como Y¨¢zov, Yagoda y Beria. Pero lo es m¨¢s que el presidente Zapatero sea ya un exc¨¦ntrico personaje cuya ¨²ltima semana de pol¨ªtica exterior fue un perfecto espect¨¢culo de cabar¨¦ vien¨¦s, esa maravillosa ocurrencia. Helmut Qualtinger, aquel inolvidable diseccionador de ridiculeces nos habr¨ªa resumido todo en una velada inolvidable titulada "Estambul, Obiang, Gerona, el tango del vac¨ªo".
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