Titulares
Desde que se impuso la moda de titular con declaraciones del protagonista de la noticia hay que temerse lo peor. Pasa como con los trailers de las pel¨ªculas que, movidos los publicistas por la necesidad imperiosa de hacer taquilla, extraen cinco momentos impactantes del filme y el resultado de ese trabajo de corta y pega no tiene nada que ver con la pel¨ªcula verdadera. Promete acci¨®n donde no la hay, suspense que no aparece por ninguna parte o t¨®rridas secuencias amorosas que se quedan en nada. Lo mismo en prensa. A fuerza de querer arrastrar al lector a la lectura completa de la noticia se nos brinda, iluminada con lucecillas de ne¨®n, una frase de adelanto de lo que dice el periodista que el protagonista dice. Los pol¨ªticos en Espa?a aparecen tantas veces en la prensa "diciendo" que uno siente que la vida pol¨ªtica consiste en hacer declaraciones. Hay todo un cl¨¢sico del titular period¨ªstico que es el "Otegi dice". Si sum¨¢ramos todos los "Otegi dice" y los compar¨¢ramos con los "Zapatero dice" probablemente saldr¨ªa ganando Otegi por goleada. En un "Otegi dice" se nos transmite la vana esperanza de que el personaje diga algo distinto a lo que ha dicho siempre. Pero aunque los comedores de peri¨®dicos hemos desarrollado cierta pericia para distinguir el titular que encierra una verdad a medias, una mentira encubierta o una verdad como un templo, hay veces que un titular te levanta el est¨®mago. Titular, como se ha hecho en la mayor¨ªa de los peri¨®dicos, la informaci¨®n sobre el juicio contra Tony King, presunto asesino de Roc¨ªo Wanninkof, con las palabras acusatorias de este individuo, "Vi a Dolores V¨¢zquez apu?alar por la espalda a Roc¨ªo", es concederle una verdad a su declaraci¨®n que hiela la sangre. Las palabras elegidas para construir el titular fueron dichas contra la mujer que ya padeci¨® en su d¨ªa la violencia verbal de la vecindad en la puerta de casa. Los gritos de "?asesina!", con una virulencia que conten¨ªa gran dosis de homofobia, no podr¨¢n ser eliminados del recuerdo de Dolores. Su inocencia nunca ser¨¢ del todo rehabilitada, entre otras cosas por ese extra?o empe?o de la madre de la joven en arremeter contra su antigua amiga.
Hay veces que los titulares los carga el diablo.
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