Albari?o dise?ado para paladares yanquis
Viticultores gallegos contratan a en¨®logos extranjeros especializados en la preparaci¨®n de caldos para el mercado estadounidense
En el 174 de la Primera Avenida, el bar Xunta despacha raciones de tetilla a 8 d¨®lares, tapas de tortilla a 9, botellines de Estrella Galicia a 5, sardinas asadas a 10, chourizo de Lal¨ªn curado a la vera del Hudson a 11, mejillones a la gallega a 18,50 y una variada carta de albari?os y ribeiros siempre servidos en cunca.
A los neoyorquinos les encanta beber en este local Vi?a Costeira blanco etiquetado en New Jersey bajo la mirada aburrida de los jugadores del Celta y del Deportivo, que decoran alineados en sus respectivos p¨®sters la pared. Y aunque los precios son m¨¢s razonables en el Galicia Restaurant de Manolo el de Mux¨ªa, (en el 1.506 de Saint Nicholas Avenue) o en El Faro (abierto en el 823 de Greenwich Street desde 1927), los ciudadanos de la Gran Manzana casi nunca ponen pegas a las tarifas m¨¢s disparatadas. Los caldos gallegos caen muy bien al paladar americano y, todos los a?os, importadores de vinos y periodistas especializados de Estados Unidos que viajan a Espa?a para catar las novedades terminan su excursi¨®n en alguna bodega de las R¨ªas Baixas.
Los estadounidenses se beben al a?o dos millones de botellas de R¨ªas Baixas y Ribeiro
En las universidades de Nueva Zelanda los en¨®logos se entrenan en el gusto americano
La exportaci¨®n no es una novedad. Desde el siglo XVI, los vinos de Ribadavia viajaban a lomos de burros fari?eiros hasta la costa y eran embarcados en los puertos gallegos rumbo a Irlanda, Inglaterra, Francia, Italia o Flandes.
El muelle preferente era el de Pontevedra, que vio surgir a su alrededor los llamados pardi?eiros, unos almacenes especializados en el comercio de los caldos. Los pardi?eiros se constru¨ªan en fila, siempre junto al mar y siempre intercalados con los fumeiros, unas factor¨ªas donde se salaban y se conservaban los pescados. Cuando sub¨ªa la marea, el agua alcanzaba la entrada de estas casas y los almacenistas aprovechaban para lanzar al mar las pipas de vino y las barricas de sardina, que luego recog¨ªan las tripulaciones desde los barcos.
Quinientos a?os m¨¢s tarde, el Ribeiro exporta ya 3,33 millones de litros de vino y llega a pa¨ªses como Venezuela, M¨¦xico, Corea del Sur o China. El Albari?o, por su parte, manda al extranjero 1,54 millones de litros, y reposa en las cavas m¨¢s exquisitas de Jap¨®n, Taiw¨¢n, Canad¨¢, Australia o Nueva Zelanda.
Las denominaciones de origen gallegas (incluidas las de Monterrei, Valdeorras y Ribeira Sacra) est¨¢n ya en medio centenar de pa¨ªses, pero tanto los ribeiros como los albari?os han hecho de Estados Unidos su mejor mercado exterior.
Los estadounidenses, y mayormente los neoyorquinos, se beben al a?o 700.000 litros del Ribeiro y 760.000 de Albari?o, o lo que es lo mismo: aproximadamente dos millones de botellas de vinos gallegos. En el caso de los R¨ªas Baixas, el volumen de sus ventas en EE UU representa ya casi la mitad de todo lo que los viticultores de la zona env¨ªan al extranjero. Y hay marcas de esta denominaci¨®n que se han especializado tanto en el paladar americano que han llegado a exportar este a?o hasta el 90% de su producci¨®n.
Uno de los casos paradigm¨¢ticos es el de las bodegas Beiramar de As Neves, que acaparan el 28% del negocio de los albari?os en Estados Unidos. Para afinar el vino a las querencias de los norteamericanos, los propietarios contrataron hace ya tres temporadas los servicios de Alistair Gardner, un en¨®logo neozeland¨¦s, porque, en el gremio vinatero, los especialistas de nuestras ant¨ªpodas tienen fama de ser los que mejor conocen las preferencias estadounidenses.
Gardner entren¨® sus sentidos en la Lincoln University de Christchurch, la ciudad en la que naci¨® hace 34 a?os. Despu¨¦s trabaj¨® en su pa¨ªs, en Australia y en Francia, sin o¨ªr hablar de Galicia ni de los vinos gallegos hasta que una amiga de la universidad fue fichada por la denominaci¨®n de origen Tierra de Zamora. Trabajando en Espa?a, afinando el tempranillo al genuino sabor americano, la compatriota de Gardner supo que en una bodega de las R¨ªas Baixas buscaban un en¨®logo que mejorase su tasa de exportaciones al nuevo continente.
"No sab¨ªa ni papa de espa?ol, pero no me lo pens¨¦ dos veces", cuenta el neozeland¨¦s mientras recuerda su primera inmersi¨®n en el laberinto angosto y apenas asfaltado que lleva a los vi?edos Beiramar. En estas fincas, que forman un balc¨®n con vistas al r¨ªo Mi?o, Gardner trabaja ahora entre el 15 de agosto y el 15 de noviembre. Durante tres meses, el en¨®logo supervisa todo el proceso desde que la uva madura hasta que los 250.000 litros de vino que produce esta bodega bajo las etiquetas Carqueixal, Nora y Nora da Neve est¨¢n listos para embotellar.
La misi¨®n del extranjero es lograr un albari?o tan "afrutado, fresco y ¨¢cido" como de costumbre pero "con m¨¢s cuerpo que el que se distribuye en el mercado espa?ol". Y, para conseguirlo, debe acertar con el momento de la vendimia y controlar luego a diario, durante tres semanas, el ritmo de fermentaci¨®n, la densidad del caldo y su temperatura.
?ste, explica el experto, "fue un a?o dif¨ªcil porque, aunque en verano no llovi¨® y se concentr¨® mucho el sabor, cuando lleg¨® el momento de recoger la uva la previsi¨®n meteorol¨®gica anunciaba lluvias muy fuertes. As¨ª que tuvimos que vendimiar en una semana, usando todas las manos que pudimos reclutar" porque, en caso de mojarse, el fruto perder¨ªa todo el cuerpo que hab¨ªa ganado durante el verano.
En los d¨ªas de la fermentaci¨®n, Alistair Gardner duerme en la casa de piedra que corona los vi?edos, y pasa las horas de luz en el laboratorio que hay en el s¨®tano rodeado de papeles azules cargados de anotaciones, probetas, y contraetiquetas en ingl¨¦s con los nombres de los importadores de Estados Unidos.
En este rinc¨®n cient¨ªfico de las bodegas que inunda el penetrante olor de los dep¨®sitos de acero (las barricas de roble franc¨¦s, en una nave separada, huelen totalmente distinto y dan un vino, el Nora da Neve, a¨²n m¨¢s apreciado y m¨¢s caro), el en¨®logo pelirrojo confiesa que, pese a los contratiempos, est¨¢ muy satisfecho con el resultado de esta cosecha.
"Va a ser un blanco excelente", comenta Gardner, que en su patria siempre ha sido m¨¢s amigo de los tintos. "El Albari?o es un gran vino. Y esta tierra es un lugar especial. Mucho mejor, para la vid, que Nueva Zelanda. Una tierra con uvas aut¨®ctonas como otros no tienen".
Aunque a este recreador de paladeos yanquis lo que m¨¢s le sorprendi¨® cuando lleg¨® a Galicia fue el aprovechamiento eficaz de eso que en su pa¨ªs llaman marc y aqu¨ª bautizamos como bagazo: "El augardente es una cosa impresionante".
Pr¨®ximo objetivo: Canad¨¢ y Jap¨®n
Los vinos de Amandi son uno de los ¨²ltimos descubrimientos en las tiendas de la Europa del Este. En Ruman¨ªa o en Polonia empiezan a demandarse los tintos cosechados en las terrazas del Sil, pero lo cierto es que, en el mercado exterior, siguen siendo muy minoritarios si se los compara con los R¨ªas Baixas y los ribeiros, que aspiran a exportar, en una d¨¦cada, entre el 20% y el 25% de todo lo que producen.
Hoy, los vinos de la denominaci¨®n de origen Ribeiro (la m¨¢s antigua de Galicia) se han consolidado en el mercado gallego y espa?ol como los s¨¦ptimos m¨¢s vendidos y los segundos m¨¢s conocidos. En la lista de los caldos m¨¢s c¨¦lebres de Espa?a, seg¨²n los estudios del sector, el Ribeiro se sit¨²a justo por detr¨¢s de los riojas y por delante de los riberas del Duero y las otras setenta zonas protegidas del pa¨ªs.
Pero la fama del vino de Ribadavia, en el extranjero, todav¨ªa es limitada. Seg¨²n el m¨¢ximo responsable del organismo vitivin¨ªcola orensano, Jos¨¦ Antonio Bouza, la expansi¨®n del Ribeiro en el exterior servir¨ªa para mejorar no solamente las cuentas globales de la denominaci¨®n, sino las expectativas nacionales de los peque?os bodegueros.
Este planteamiento es seguido a pies juntillas, tambi¨¦n, por los albari?os, que en 2005 acrecentaron sus ventas fuera de Espa?a en un 18,5%. El consejo regulador (que agrupa a 185 bodegueros y a 6.191 viticultores que trabajan 3.009 hect¨¢reas de vi?edos) calific¨® en el pasado ejercicio 12,8 millones de litros de vino blanco y comercializ¨® m¨¢s de 17 millones de botellas. De ¨¦stas, m¨¢s de dos millones fueron vendidas en el exterior, dos tercios en el continente americano.
Las campa?as de promoci¨®n que llev¨® a cabo la denominaci¨®n de origen entre los distribuidores y los catadores extranjeros se dejaron sentir en los resultados anuales pero, sin duda, el que m¨¢s ha ayudado a mejorar la tasa de exportaciones ha sido el mercado estadounidense. El volumen de ventas en EE UU creci¨® un 40%, y en esto ha tenido mucho que ver el intento de los en¨®logos de adaptar el producto al gusto de sus habitantes.
En un art¨ªculo que public¨® en el semanario norteamericano Business Week, el en¨®logo Robert Parker, m¨¢s conocido en su pa¨ªs como "la nariz del mill¨®n de d¨®lares", escribi¨® hace un a?o que "el Albari?o es uno de los grandes regalos de Espa?a al mundo" y "el ¨²nico vino espa?ol conocido por la variedad de su caracter¨ªstica uva aut¨®ctona". Parker, adem¨¢s, incluy¨® en la ¨²ltima edici¨®n de su gu¨ªa de vinos, The Wine Advocate, trece marcas de albari?os y les dio puntuaciones de entre 86 y 92 sobre cien.
En los pr¨®ximos a?os, la estrategia de los vinateros de las R¨ªas Baixas ser¨¢ amoldar sus vinos al paladar de los canadienses, los irlandeses y los japoneses, los otros compradores de buen vino que han mostrado inter¨¦s en el Albari?o.
En Canad¨¢, el a?o pasado, el volumen de ventas se increment¨® en un 180%; en Irlanda, en un 130% y en Jap¨®n, en un 48%.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Relaciones econ¨®micas
- Financiaci¨®n auton¨®mica
- Vinos
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica exterior
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Bebidas alcoh¨®licas
- Sector vitivin¨ªcola
- Galicia
- Bebidas
- Espa?a
- Relaciones exteriores
- Agricultura
- Finanzas p¨²blicas
- Alimentaci¨®n
- Alimentos
- Agroalimentaci¨®n
- Finanzas
- Administraci¨®n p¨²blica
- Industria