Estas mujeres viv¨ªan el ¨²ltimo 25 de noviembre
18 mujeres han sido asesinadas en Andaluc¨ªa por sus parejas o ex parejas desde hace un a?o
El lunes Susi le dijo a su madre: "Si me deja me muero". El viernes 4 de diciembre Rosa recibi¨® una llamada, breve como un disparo, desde el hospital: "Vente pac¨¢ que a tu hija le han dado un tiro. No tengo saldo".
Susana Vega M¨¢rquez, de 21 a?os, no se muri¨®, la mataron en su casa en el barrio sevillano de Los Pajaritos. Hay un testigo del asesinato: un ni?o de a?o y medio sentado en el regazo de Susi, frente a la persona que empu?¨® el arma. Un ni?o salpicado de sangre que una vecina rescat¨® de los brazos muertos de su madre. Enrique Ram¨ªrez G¨®mez, alias El Peluca, de 22 a?os, pareja de Susi, ingres¨® en prisi¨®n preventiva en Huelva como supuesto autor del asesinato, adem¨¢s de enfrentarse a acusaciones por malos tratos y tenencia il¨ªcita de armas. El testigo imposible del crimen es el hijo de ambos.
Hace justo un a?o Susana estaba viva. Y la marroqu¨ª Kadhija, encontrada el 6 de septiembre en el ba?era de su casa de Roquetas de Mar (Almer¨ªa) con golpes y cortes por todo el cuerpo. Y la anciana granadina Francisca, de 76. Y Vanesa, la ex novia del subinspector de polic¨ªa que asist¨ªa a las comisiones para combatir los malos tratos. Desde el 25 de noviembre de 2005 han sido asesinadas en Andaluc¨ªa 18 mujeres (las fotos de 13 de ellas acompa?an este art¨ªculo), siempre por parejas o ex parejas. Entre los autores hab¨ªa alba?iles, jubilados, un polic¨ªa, agricultores, un funcionario de prisiones. Algunos se suicidaron tras quitarles la vida. El mayor ten¨ªa 74 a?os. El menor, 20. La violencia machista se registra a cualquier edad y en cualquier entorno. No hay clases, ni generaciones que se libren de ella. S¨®lo entre enero y septiembre se han tramitado 10.918 denuncias por malos tratos en Andaluc¨ªa, seg¨²n la consejera para la Igualdad y el Bienestar Social, Micaela Navarro.
El presentimiento materno
Por eso a Rosa M¨¢rquez Casin, de 41 a?os, le cuesta tanto encontrar una explicaci¨®n para este fen¨®meno que le ha costado una hija. "Yo sab¨ªa que cualquier d¨ªa la mandaba al hospital, ten¨ªa la esperanza de que ella un d¨ªa se despertara por la ma?ana y se diera cuenta, muchas veces me mosqueo pensando en como pod¨ªa estar tan enferma de amor y tan ciega, luego le pido perd¨®n".
Rosa viste de negro absoluto, de un negro poco com¨²n en estos d¨ªas y muy alejado de la foto que facilita para este reportaje de su hija Susi, que muestra un aire casi polin¨¦sico durante una visita a Guadalpark en agosto. Su hija era t¨ªmida, reservada, "nada loquilla", "no hablaba por no ofender". Pero se aferr¨® a Enrique, la peor elecci¨®n posible, con la desesperaci¨®n de una n¨¢ufraga.
Al principio, la resistencia familiar al noviazgo con aquel adolescente que sal¨ªa y entraba de los centros de reforma s¨®lo sirvi¨® para que Susi atentara contra su propia vida con una ingesta masiva de pastillas. A partir de los 18 se sali¨® con la suya y en cuanto pudo se fue a vivir con Enrique, que para entonces ya acumulaba causas por robos y una espectacular fuga en un centro de menores de Carmona (Sevilla), al que accedi¨® para liberar al l¨ªder de su banda y otros compa?eros. Su ¨²nico intento por desempe?ar un trabajo convencional acab¨® como el rosario de la aurora. Nada en la vida de Enrique fue convencional desde que naci¨® en un entorno donde abundaban las drogas, los delitos y la violencia. Su relaci¨®n con Susi tampoco lo fue. La dejaba, volv¨ªa con ella. Le dec¨ªa que no la quer¨ªa, Rosa cree que la golpe¨® durante el embarazo y la humillaba con su aspecto f¨ªsico. "Le dec¨ªa que era una estriosa tras el parto, al final ten¨ªa la talla 34", revive. Aterrada por lo que observaba, Rosa acudi¨® a un centro del Instituto Andaluz de la Mujer, al que critica por la deficiente atenci¨®n, igual que desaprueba la labor policial o la ley de Responsabilidad Penal del Menor. "Cometi¨® dos atracos a un estanco y a una joyer¨ªa estando de permiso, ha matado a mi hija estando en la calle". Rosa concluye: "Me quita el sue?o que las instituciones fallen".
"Me levanto todas las ma?anas pensando en lo que me ha ocurrido, sin saber por qu¨¦ ha pasado esto y por qu¨¦ hay gente en la vida capaz de cometer estas barbaridades". Manuel Lucena Serrato se refiere a su padre, Francisco Lucena, que en agosto mat¨® con una escopeta de ca?ones recortados a su esposa y a una hija, embarazada, en Osuna (Sevilla). A los 54 a?os, Carmen Serrato decidi¨® separarse del hombre que llevaba maltrat¨¢ndola toda la vida. Tras la ¨²ltima agresi¨®n logr¨® una orden de alejamiento, que no la protegi¨® en absoluto. Lucena irrumpi¨® una noche en la casa de su hija donde se alojaba su esposa y dispar¨® cuatro veces. Suficientes para que un aficionado a la caza como ¨¦l no fallase. Luego huy¨® y se dispar¨® en el rostro. Una de las razones que empujan a Manuel a seguir adelante, adem¨¢s de su familia, es el deseo de "esperar que ese individuo pague por lo que ha hecho", "no volver a verlo jam¨¢s" y que la justicia "haga de una vez lo que tiene que hacer".
Hay familiares que, tras el crimen, optan por encerrarse en su duelo y evitan revivir el suceso. Otras, como algunas hermanas de Montserrat Andrade Rodr¨ªguez, de 33 a?os, conjuran el dolor moviliz¨¢ndose para que a otras mujeres no les ocurra lo mismo. Es el caso de M? Dolores, que esta semana ha repartido lazos blancos contra la violencia machista.
Monse hab¨ªa decidido separarse de Rafael Sig¨¹enza Nu?o, de 37, funcionario de prisiones, tras a?os de violencia psicol¨®gica y econ¨®mica. "La machacaba oralmente, la humillaba diciendo que no serv¨ªa para nada", reviven sus hermanas M? Dolores y Ana Mari. La noche en que la apu?alaron en San Jos¨¦ de la Rinconada (Sevilla) telefone¨® a Ana Mari: "Me cont¨® que su marido estaba muy mal, que hab¨ªan hablado de la separaci¨®n y quedamos para vernos al d¨ªa siguiente". La siguiente llamada del domicilio la realiz¨® su marido para informar del crimen de Monse a la polic¨ªa.
M¨¢ximo Garc¨ªa, ex novio de Roc¨ªo, se suicid¨® tras matarla en Alcaudete (Ja¨¦n). En prisi¨®n est¨¢ Miguel Hern¨¢ndez, tras el crimen de Beatriz en Granada.
21 a?os, un hijo. Asesinada de un disparo en Sevilla el 4 de diciembre. Su pareja, Enrique Ram¨ªrez, de 22, est¨¢ en prisi¨®n preventiva en Huelva.
54 a?os, cinco hijos, asesinada junto a su hija Carmen, de 33, embarazada, en Osuna (Sevilla) el 27 de agosto. Tras a?os de maltrato, hab¨ªa decidido separarse de su marido, Manuel Lucena, que est¨¢ en prisi¨®n preventiva.
Esta informaci¨®n ha sido elaborada con la colaboraci¨®n de Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez D¨ªaz (Almer¨ªa), Gin¨¦s Donaire (Ja¨¦n), Javier Mart¨ªn-Arroyo (Marbella), Manuel Planelles (C¨®rdoba) y Reyes Rinc¨®n (Granada).
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